1. El Reino de Asturias
En la Cordillera Cantábrica, algunos nobles visigodos se refugiaron para escapar de los musulmanes, creando los primeros núcleos de resistencia. Hacia 718, se eligió como jefe a Pelayo, quien dirigió al grupo de guerreros que detuvo a los musulmanes en Cangas de Onís (batalla de Covadonga). Sus sucesores fundaron el reino de Asturias alrededor de la ciudad de Oviedo. Alfonso I dirigió expediciones militares en las tierras entre su reino y el Duero, cuyo éxito se debió a las debilidades internas del enemigo. Alfonso II estableció la capital en Oviedo, y tuvo que repeler expediciones musulmanas que llegaron a saquear la ciudad (la reconstruyó, mandando hacer el palacio real y varias iglesias), y extendió su dominio en buena parte de la actual Galicia.
La expansión continuó con Ramiro I, Ordoño I y Alfonso III, quien ocupó hasta el valle del Duero (por la debilidad de los emires). Ordoño trasladó la capital a León y repobló con astures, cántabros, gallegos, vascos y mozárabes. Este asentamiento se vio frenado en el siglo X por las incursiones de los califas y las razias (Almanzor), y los reyes acabaron pagando tributos. En el territorio este de la Meseta se construyeron muchos castillos, y se creó el condado de Castilla, gobernado por condes nombrados por el rey leonés, hasta que Fernán Gómez dejó el título vinculado a su familia (por una serie de matrimonios pasó a ser propiedad de Navarra).
2. El Reino de Nájera
La destrucción de Pamplona por el ejército de Abderramán III en 924 obligó a los reyes de Pamplona a buscar un lugar más seguro para la corte real. Nájera, plaza fortificada, por ser fronteriza con los musulmanes del este, se convertiría en la nueva capital del reino y pasaría, a partir de ese momento, a denominarse Reino de Nájera-Pamplona. De los siete monarcas que encontramos a lo largo del periodo que duró este reino (905-1076), cabe destacar a dos: Sancho III el Mayor y García el de Nájera.
Con Sancho III el Mayor (1004-1035), el reino de Nájera-Pamplona conoció su máxima extensión territorial al anexionarse el condado de Aragón y los condados de Sobrarbe y Ribagorza por el este y el condado de Castilla por el oeste. Incluso su poder llegó a tierras francesas. Era el reino más poderoso de la España cristiana. A este monarca se debe el desvío que hace del Camino de Santiago para dar más seguridad a los peregrinos y evitarles los continuos asaltos que sufrían por los bandoleros. La ruta pasaba ahora por tierras riojanas y Nájera constituye una de las ciudades más importantes del Camino. El interés por engrandecer e impulsar el desarrollo de Nájera le llevó a concederle un fuero que, con el paso del tiempo, sirvió de modelo a otras muchas localidades y la creación de una ceca, en la que se acuñó la primera moneda de la Reconquista.
A su muerte, Sancho III el Mayor dividió su reino entre sus cuatro hijos, correspondiéndole al primogénito, García el de Nájera, el reino de Nájera-Pamplona. Este rey será el que más se identifique con esta ciudad por haber nacido y vivido en ella. Extendió sus dominios por La Rioja Baja, conquistando Calahorra. A raíz de este acontecimiento, fundó la primera orden de caballería de España en 1048, la Orden de la Terraza. Pero su máxima aportación fue la construcción del monasterio de Santa María la Real (iglesia y panteón de reyes navarros).
Con la muerte de Sancho IV, el de Peñalén, el reino de Nájera-Pamplona desapareció y las tierras riojanas pasaron definitivamente al reino de Castilla.
3. El Camino de Santiago
A principios del siglo IX, durante el reinado de Alfonso II el Casto, se difundió la noticia del descubrimiento de la tumba del apóstol Santiago. El hecho se propagó rápidamente y Compostela se convertiría en un centro de peregrinación semejante en importancia a Roma y Jerusalén. Los monarcas de Navarra, Aragón, Castilla y León facilitaron el viaje a los peregrinos mediante la construcción de puentes, reparación de caminos y edificación de hospitales.
Las repercusiones del Camino de Santiago fueron diversas y trascendieron más allá de lo meramente religioso. Cabe destacar:
- Ayudó a consolidar el reino asturiano en unos momentos históricos en que era necesario atraer a gentes para repoblar unos territorios con escasa población.
- Sirvió como una vía para la reactivación de la economía y del comercio. Fue el eje vertebrador de la economía castellana. A lo largo de la ruta fueron floreciendo ciudades donde se establecieron “francos” que ejercieron todo tipo de oficios. En estas localidades encontraremos las primeras referencias de una burguesía comercial.
- Favoreció el encuentro con las culturas europeas. A través de él penetran las ideas de los monjes de Cluny y se conoce el arte románico y gótico.
Los siglos XI al XIII son los de máximo apogeo del Camino. Algunos textos hablan de 500.000 peregrinos al año. Pero a partir del siglo XIV esta ruta pierde importancia. La atención de los reyes se dirigía ahora hacia la conquista de las tierras del sur y Europa vivía el Cisma de Occidente y entraba en un periodo de crisis, guerras, pestes y malas cosechas.