Historia de la Península Ibérica: Desde los Pueblos Prerromanos hasta la Edad Media

Pueblos Prerromanos. Colonizaciones Históricas: Fenicios, Griegos y Cartagineses

En el primer milenio a.C., la Península Ibérica estaba habitada por una serie de pueblos conocidos como prerromanos, políticamente divididos. Estos pueblos recibieron influencias culturales de pueblos del norte de Europa (celtas) y del Mediterráneo (fenicios, griegos y cartagineses). Estos últimos llegaron en busca de materias primas como minerales y comerciaron con las poblaciones locales. El contacto entre los pueblos generó influencias culturales, como creencias religiosas, metalurgia y cultivos (la triada mediterránea: vid, olivo y trigo).

Los primeros en llegar fueron los fenicios, fundando factorías costeras, es decir, pequeñas poblaciones que comerciaban con otras. Ejemplos de estas factorías son Gadir (Cádiz), Sexi (Almuñécar) y Abdera (Almería). Posteriormente, llegaron los griegos, fundando también factorías costeras como Ampurias (en la actual Cataluña) y comerciando con los pueblos locales.

El último pueblo en llegar fueron los cartagineses en el siglo VI a.C. Además de comerciar, conquistaron Andalucía militarmente y fundaron un imperio en el Mediterráneo (Cartago Nova, la actual Cartagena). A raíz de la conquista de Andalucía, se produjeron enfrentamientos con el Imperio Romano, hasta que la Península se convirtió en el campo de batalla. Los romanos derrotaron a los cartagineses, terminando con su dominio.

Las características de los pueblos prerromanos son:

  • Economía basada en la agricultura y ganadería.
  • Conocimiento de la metalurgia del hierro.
  • División política.

Estos pueblos tenían distintos niveles de desarrollo. Los más avanzados eran los del sur y el Mediterráneo, mientras que los del noreste estaban menos desarrollados. Ejemplos de pueblos prerromanos son:

  • Los tartesos en Andalucía occidental, con sociedades muy desiguales y creencias en el más allá, con influencias orientales.
  • Los íberos, que se instalaron en el Mediterráneo y crearon poblados en zonas altas para defenderse de ataques.

Conquista y Romanización

Conquista

Los romanos desembarcaron en Ampurias en el 218 a.C. A partir del 197 a.C., la zona sometida a Roma fue dividida en dos provincias: Hispania Citerior e Hispania Ulterior. El dominio de las provincias fue un proceso complejo. En el levante mediterráneo, la conquista se realizó sin grandes dificultades, pero en el interior la resistencia fue mayor, y los pueblos que se opusieron fueron esclavizados.

La conquista y ocupación generaron la resistencia de los íberos, celtíberos y turdetanos, lo que hizo que el dominio en esta primera etapa fuera precario. La conquista terminó con el gobierno de Octavio Augusto, quien reorganizó las provincias: Hispania Citerior pasó a llamarse Tarraconensis e Hispania Ulterior se dividió en dos: Lusitania y Bética. El gobierno local se organizaba sobre la base de las magistraturas.

Romanización

La romanización fue un proceso de aculturación, adoptado por convivencia, comercio, matrimonios mixtos (pacíficamente) o por deportaciones (violentamente). Los romanos dejaron como legado en la Península:

  • La religión: primero las ideas politeístas y después el cristianismo.
  • La lengua: el latín vulgar.
  • Arquitectura y obras públicas (calzadas, acueductos, alcantarillado).
  • Derecho (patria potestad).
  • Organización de la población.

La Península se convirtió en suministradora de materias primas con una economía basada en la esclavitud.

Las Invasiones Bárbaras. El Reino Visigodo: Instituciones y Cultura

Entre los siglos V y VII d.C., se produce la caída del Imperio Romano con las invasiones bárbaras. Las invasiones se produjeron por la presión demográfica y la crisis del Imperio Romano (crisis económica y social). A la Península llegaron diferentes pueblos:

  • Los suevos, que se asentaron en Galicia.
  • Los vándalos y alanos, que ocuparon el sur.
  • Los visigodos, que dominaron la Península en el siglo V y establecieron un reino con capital en Toledo.

El reino visigodo duró dos siglos. Consiguieron unificar la Península territorialmente, pero el reino era inestable por motivos demográficos (pocos visigodos) y sociales (no se integraron con la población hispanorromana). Sin embargo, los visigodos se convirtieron al catolicismo. Durante el reinado de Recaredo, se produjo un debilitamiento del Estado por el inicio de un proceso de feudalización.

Las dos instituciones más importantes del reino visigodo fueron:

  • La monarquía electiva: los nobles y el clero elegían al rey.
  • El Aula Regia: un consejo que asesoraba al rey.

Otra institución importante fue la Iglesia, que tenía gran influencia en la sociedad. Los concilios, donde se trataban cuestiones religiosas y políticas, eran importantes. La Iglesia también hacía leyes que se imponían a todo el reino.

En la cultura visigoda, la religión cristiana fue fundamental, dejando iglesias y monasterios. También fue importante la orfebrería (trabajo de metales preciosos).

La Península Ibérica en la Edad Media: Al-Ándalus

Evolución Política de Al-Ándalus: Conquista, Emirato y Califato de Córdoba

A comienzos del siglo VIII, se produce la invasión musulmana de la Península. Fue muy rápida, durando menos de 6 años, debido a la crisis del reino visigodo y a los pactos con los conquistados. Estos pactos se basaban en un contrato entre conquistadores y conquistados: los conquistadores ofrecían paz, respetar la religión, la familia y la propiedad de los conquistados, a cambio de lealtad y tributos. Otra causa fue que los judíos acogieron a los musulmanes porque eran perseguidos en la época visigoda.

Tras la conquista, se creó en la Península un emirato, una especie de monarquía que inicialmente era una provincia dependiente de Damasco. A mediados del siglo VIII, el emirato se independizó. Los musulmanes crearon un Estado con una monarquía absoluta, un sistema de impuestos, un ejército permanente y una burocracia. Sin embargo, el Estado fue inestable debido a las luchas internas entre los propios conquistadores (árabes y bereberes) por el reparto del botín, y entre conquistadores y conquistados por dos conflictos:

  • El movimiento muladí: conflicto social entre ricos y pobres que se habían convertido al islam.
  • El movimiento mozárabe: conflicto religioso-cultural entre los cristianos que se mantenían en territorio musulmán.

En el siglo X, se formó en Al-Ándalus el califato, ya que el monarca adquirió poder religioso. El califato fue la época de esplendor de Al-Ándalus, especialmente durante el gobierno de Abderramán III. Se produjo una época de estabilidad basada en alianzas poderosas. La estabilidad permitió que Al-Ándalus se expandiera al norte de África (Ceuta y Melilla) y hacia el norte (reinos cristianos). Esta situación duró hasta el siglo XI, tras la muerte de Almanzor.

La Crisis del Siglo XI: Reinos Taifas e Imperios Norteafricanos

Tras la inestabilidad del califato, surgieron los reinos de taifas, una veintena de reinos dirigidos por la aristocracia hispano-árabe, muladíes o burócratas. Los reinos de taifas fueron ricos económicamente y tuvieron una gran pujanza cultural, pero eran débiles políticamente y luchaban entre ellos.

Entre los siglos XI y XIII, los reinos cristianos aprovecharon la debilidad de los reinos de taifas para imponerles tributos. Los musulmanes pidieron ayuda a los reinos de Marruecos, que aceptaron atraídos por la riqueza de Al-Ándalus. Se unificó Al-Ándalus bajo el dominio de los almorávides, pero su dominio fue impopular debido a su rigor religioso. Posteriormente, los almohades invadieron la Península, pero los reinos cristianos los derrotaron en la batalla de las Navas de Tolosa (1212), conquistando todo Al-Ándalus excepto el reino de Granada.

Al-Ándalus: Organización Económica y Social

En la sociedad de Al-Ándalus, los conquistadores musulmanes configuraban la cúspide social. Por debajo, los hispanogodos mantuvieron la jerarquización previa a la conquista islámica. Los árabes ocupaban un lugar preeminente con respecto a los bereberes, lo que les proporcionaba las mejores tierras y cargos políticos.

En la religión, el islam dominaba, aunque cristianos y judíos podían practicar su religión gracias a la tolerancia islámica. La base de la economía era la agricultura, perfeccionando las técnicas de regadío. La economía urbana se basaba en el comercio y la artesanía. Desde África y Próximo Oriente traían manufacturas, oro, sal, etc., y de Europa, esclavos y materias primas. El arroz, la naranja y el azúcar fueron introducidos en la Península por los musulmanes.

Al-Ándalus: Legado y Cultura

La cultura andalusí fue una de las más ricas y poderosas de la Edad Media. Durante el periodo cultural, el centro cultural fue Córdoba. En el campo científico destacaron Maimónides y Averroes, importantes médicos, filósofos, matemáticos y astrónomos.

Uno de los legados andalusíes fue la recuperación de la filosofía, donde también ejercieron de intermediarios entre Europa, África y el Próximo Oriente. Destacaron Platón y Aristóteles. La poesía fue uno de los géneros literarios más sobresalientes. En la agricultura, dejaron cultivos como el arroz, la naranja y el azúcar.

En arte, el andalusí creó una tipología genuina, una mezcla del arte islámico con las tradiciones romana y visigoda. Destacan la Mezquita de Córdoba y la Alhambra de Granada.

La Península Ibérica en la Edad Media: Los Reinos Cristianos

Los Reinos Cristianos en la Edad Media: Los Primeros Núcleos de Resistencia

Los primeros núcleos de resistencia cristiana eran muy precarios. Estaban en zonas apartadas, zonas montañosas, de difícil acceso, lo que les permitía defenderse bien. Estaban ubicados en la zona norte peninsular. Se encuentra el núcleo oriental, cuya existencia dependió de un fenómeno externo: las guerras entre los carolingios y los musulmanes. La frontera, denominada Marca Hispánica, estaba dominada por los carolingios, pero entró en crisis y se independizó, dividiéndose en distintos estados independientes (condados). Estos condados avanzaron hacia el sur, hacia el valle del Ebro, donde había mucha población musulmana.

El otro núcleo de resistencia es el occidental, cuya existencia dependió de un fenómeno interno: la unión de los visigodos y la población autóctona, de la que surge el reino de Asturias tras la batalla de Covadonga. El reino de Asturias se convirtió en el reino de León y comenzó su expansión hasta el río Duero, que se llamaba”tierra de nadi” por ser una zona despoblada.

Principales Etapas de la Reconquista

La Reconquista duró varios siglos. Se enfrentaron cristianos contra musulmanes, pero también hubo guerras internas entre los propios reinos cristianos. No estuvieron los cinco siglos en guerra, sino que se vivieron temporadas de paz. Las guerras también eran para saquear, no solo para conquistar. Los cruzados ayudaron a los cristianos y los del norte de África a los musulmanes.

La primera etapa ocupa los siglos VIII-X (el final del tema anterior). La segunda etapa se da en los siglos XI y XII, donde se da la idea de reconquista y cruzada, guerra por motivos religiosos. En la zona occidental hay tres reinos: León, Castilla y Portugal, que avanzan conquistando Toledo. En la zona oriental, el protagonismo lo tiene Aragón.

La tercera etapa, en el siglo XIII, es la época de gran avance. En la zona occidental, el protagonismo era de Castilla y Portugal, que consiguen derrotar a los almohades en la batalla de las Navas de Tolosa (1212). Esto permite conquistar Andalucía, menos Granada. En la zona oriental, el protagonismo sigue siendo de Aragón, que conquista Valencia y Baleares.

La cuarta etapa es una época de freno en la Reconquista debido a una gran crisis económica, social y política. Hay guerras civiles en Castilla y Aragón. También luchan por el reino de Murcia, que finalmente se queda Castilla.

La quinta etapa es en el siglo XV. La Reconquista acaba porque los Reyes Católicos conquistan Granada en 1492.

Las Formas de Ocupación del Territorio y su Influencia en la Sociedad

La conquista estuvo acompañada por un proceso de repoblación, que fue importante porque permitió consolidar lo conquistado y porque se reparten tierras. En el norte hay pequeñas y medianas propiedades, y en el sur, grandes propiedades. En la Marca Hispánica dominó la aprisio, por el que se otorgaba la propiedad de las tierras al primero que las roturase. En Aragón se constituyeron grandes dominios nobiliarios en el valle del Ebro.

En cuanto a la sociedad, en los reinos cristianos coexistían tres minorías de población diferenciadas según su religión: mozárabes, judíos y mudéjares.

Diversidad Cultural: Cristianos, Musulmanes y Judíos

En la Península convivían tres poblaciones: cristianos, musulmanes y judíos. A los musulmanes que permanecieron en territorio cristiano tras la conquista se les impusieron condiciones muy duras. Se produjo una rebelión en Andalucía, donde fueron derrotados. Finalmente, muchos se fueron y los que quedaron fueron llamados mudéjares, que se convirtieron al cristianismo a la fuerza, aunque conservaron algunas costumbres.

Por otro lado, estaban los judíos, que fueron muy perseguidos en la época visigoda, pero prosperaron en Al-Ándalus. En el siglo XIV, su situación empeoró por una gran crisis y se convirtieron en chivo expiatorio. Fueron perseguidos y se les culpó de la crisis, terminando con la expulsión de los judíos en 1492 si no se convertían.

Quedan aspectos de estas culturas como la Escuela de Traductores de Toledo, que traducía obras del hebreo y del árabe al latín y castellano. También influyeron en las manifestaciones artísticas, como las figuras geométricas en las iglesias, y en la literatura mística, como Santa Teresa de Jesús y San Juan de la Cruz.