Historia de la Historiografía Romana: Autores y Obras Clave

Historiografía Romana: Un Legado Literario en Prosa

En Roma, donde la novela no se desarrolló hasta una época relativamente tardía, la historiografía gozó de gran prestigio como forma de literatura en prosa. El arte de la prosa se cultivó principalmente a través de la historia.

Estilos Historiográficos Romanos

El estilo originario de la historia romana es el analista, que consiste en dar cuenta de los acontecimientos que sucedieron cada año, un modelo que adoptó Tito Livio. Además de este estilo, se distinguen otros cuatro: moral-reflexivo, biográfico, informe e historiografía crítica.

Precedentes del Género Histórico

Se pueden considerar como los primeros documentos de valor histórico escritos en prosa los siguientes:

  • Documentos de carácter público: Tratados de los reyes y actas de los magistrados, en los que se anotaban año por año los sucesos más dignos de ser recordados.
  • Documentos de carácter privado: Elogios fúnebres (elogios del difunto pronunciados en sus funerales) y títulos de las imágenes (inscripciones grabadas debajo de los retratos o mascarillas del difunto).

Comienzos del Género: Los Analistas

La primera historiografía romana surge de un afán nacionalista que persigue la propaganda política y la afirmación patriótica. Siguiendo la costumbre de la narración anual de los acontecimientos más relevantes y conservando el nombre que pontífices y otros magistrados habían dado a sus escritos, estos primeros historiadores continúan dicha tradición y reciben el nombre de analistas. La lengua que utilizan no es el griego, la misma en que los historiadores griegos habían relatado previamente su visión de la historia romana.

Autores Destacados de la Historiografía Romana

Catón (234-149 a.C.)

Marco Porcio Catón, romano de viejo cuño, caracterizado por su dureza, austeridad y honestidad y por su actitud combativa frente a la corrupción política y de las costumbres, escribió una obra histórica en latín ya titulada Origines, en la que abarca no solo la historia de Roma, sino también la de los pueblos de Italia. No se trata ya, como en las obras de los analistas, de una mera crónica de sucesos, sino que hay cierta aproximación a las causas que los motivan.

César (100-44 a.C.)

Julio César, el más grande de los generales romanos, que en una carrera política y militar verdaderamente deslumbrante recorrió todas las magistraturas, formó parte del primer triunvirato, conquistó las Galias y derrotó a Pompeyo en la guerra civil, asumiendo así todos los poderes hasta el día de su muerte (idus de marzo del 44), encontró tiempo también para escribir la historia de sus gestas. De su producción literaria se nos han conservado los siguientes:

  • De bello Gallico: 8 libros en correspondencia con cada uno de los 8 años que duró la campaña de las Galias (58-51 a.C.), si bien el 8º no fue escrito por César sino por su lugarteniente.
  • De bello civili: 3 libros dedicados al enfrentamiento con Pompeyo.

Tradicionalmente se consideró que la obra historiográfica de César mostraba la máxima objetividad, impresión a la que contribuía el relato de los hechos en 3ª persona. Actualmente no se piensa de la misma manera, sino que se le considera un importante instrumento de propaganda política al servicio del propio César, e incluso se piensa que la narración en 3ª persona acentúa e intensifica la constante repetición del nombre de César produciendo en el lector una impresión que no causaría la 1ª persona innominada. Ahora bien, por mucho que se niegue objetividad a su obra, lo que no se puede negar en modo alguno es que se trata de información de 1ª mano, relatada por el protagonista de los hechos y al hilo de ellos. Lo que en cualquier caso sí parece indiscutible es la perfección formal de su estilo literario, caracterizado por la pureza de la lengua en los niveles léxico, morfológico y sintáctico, lo que ha hecho de él, junto con Cicerón, uno de los modelos de la prosa latina clásica.

Nepote (95?-25 a.C.)

Alejado de las luchas políticas y dedicado por completo al estudio, escribió una obra titulada Chronica, especie de historia universal resumida que no nos ha llegado. Sólo se nos ha conservado en parte “Sobre los hombres ilustres”, con la que se inicia en la literatura latina el género de la biografía y que contaba con el precedente griego de las “vidas paralelas” de Plutarco. Destaca en su obra la pretensión ejemplarista y la buena caracterización de personajes, pero su valor histórico es más bien escaso.

Salustio (87-35 a.C.)

Salustio llegó joven a Roma, donde participó activamente en la vida política de la ciudad. Amigo y afín al partido de César, ocupó algunos cargos públicos y fue nombrado gobernador de la provincia de África, donde acumuló importante fortuna. Tras la muerte de César se retiró de la vida pública y se dedicó a escribir obras históricas. Sus obras fueron:

  • Historiae: Obra perdida en la que trataba lo sucedido en los 12 años desde la muerte de Sila (78 a.C.) hasta el año 67 a.C. Solamente nos han llegado algunos fragmentos.
  • Bellum Catilinae (Conjuración de Catilina): Narra el intento de Catilina de hacerse con el poder durante el consulado de Cicerón (63 a.C.).
  • Bellum Iugurthinum (Guerra de Jugurta): Jugurta, hijo adoptivo de Micipsa, rey de Numidia, tras asesinar a los herederos de éste se proclama único rey. Los romanos le declaran la guerra. Finalmente es vencido gracias a la traición del rey Boco de Mauritania.

Realmente Salustio es el 1er gran historiador político latino, el creador de la historia como género literario en Roma. Puede decirse que su modelo es el historiador griego Tucídides y que, como él, se propone la búsqueda de las causas de los acontecimientos históricos. Destaca el sentido dramático de su escritura, al que contribuye la elección de personajes y situaciones conflictivas. Para la caracterización de personajes se sirve del retrato y de los discursos que pone en boca de ellos. Ocasionalmente presenta digresiones. Estilísticamente se caracteriza por la concisión, la asimetría (variatio) y el gusto por el arcaísmo. Su prosa resulta densa, solemne y austera.

Tito Livio (59 a.C. —17 d.C.)

Natural de Padua, marchó a Roma hacia el año 30 a.C., donde, apartado de los cargos políticos, se dedicó por entero a su tarea de historiador. Compuso 142 libros (Libros desde la fundación de la ciudad) en los que relataba la historia desde los orígenes de Roma hasta la muerte de Druso (9 a.C.). De ellos sólo se nos han conservado 35 con varias lagunas. De los perdidos contamos con resúmenes esquemáticos de cada uno de ellos que se remontan al siglo IV. Como Nepote y Salustio tiene una visión ejemplarista y moralista de la historia, a la que se une una característica propia: la exaltación de Roma, objetivo que encaja perfectamente en el programa restaurador de Augusto: amor a la patria, respeto al mos maiorum, concordia civil, religiosidad profunda. Generalmente se le ha criticado a Livio su método histórico, que, por otra parte, no es más que el habitual de los historiadores antiguos: la falta de crítica de datos y fuentes consultados, la composición de discursos inventados incluso cuando tenía a su disposición los auténticos. Desde el punto de vista literario se ajusta a los preceptos y recursos de la retórica, de modo que representa como ningún otro la concepción ciceroniana de la historia como “Sobre todo una obra de oratoria”. Su estilo se caracteriza por la preferencia por los períodos largos, amplios y cadenciosos, próximos a la prosa ciceroniana, y por el tono poético que en buena parte se debería a la influencia que sobre él ejercieron los poetas contemporáneos.

Tácito (ca. 55-120 d.C.)

Tácito, excelente orador y hábil abogado, desempeñó cargos públicos importantes, entre ellos el consulado. Entre su producción histórica figuran las siguientes obras:

  • Agrícola: Biografía apologética de su suegro Julio Agrícola, general conquistador de Britania a quien se rumoreaba que había ordenado asesinar Domiciano. La obra supone un ataque a éste y un elogio de la libertad recuperada con Nerva y Trajano, en cuyo reinado escribe Tácito.
  • Germania: Monografía etnográfica en la que se describe Germania, su población, vida y costumbres. Contrasta la rudeza primitiva, el valor y las costumbres sanas de estos bárbaros con la decadencia y corrupción de los romanos.
  • Historias: Abarcaba desde la muerte de Nerón hasta la de Domiciano. Era una de sus dos grandes obras.
  • Anales: Abarca el período anterior a las Historias (reinados de Tiberio, Calígula, Claudio y Nerón)

En la producción histórica de Tácito destaca su afán de sinceridad y objetividad (sin ira y sin favoritismo), su pesimismo y su concepción moralista. Desde el punto de vista estilístico es característica su concisión (elipsis, asíndeton, etc.), la asimetría y el nervio de su prosa sobria, austera y vivaz, de tonos trágicos y sombríos.

Suetonio (75 d.C. – mediados s. II d.C.)

Más que historiador, Suetonio fue erudito, filólogo y enciclopedista. La más importante de sus obras fue De viris illustribus, casi totalmente perdida, que constituía una historia completa de la literatura latina (poetas, oradores, historiadores, filósofos, gramáticos y rétores). Íntegra sólo se nos ha conservado De vita Caesarum (La vida de los 12 Césares), 12 biografías de los 12 primeros Césares, es decir, abarca el período relatado por Tácito en los Anales y en las Historias. En su obra prima el interés por la anécdota.