Historia de España
1. La Prehistoria en la Península Ibérica
1.1. Paleolítico, Mesolítico y Neolítico
Este periodo abarca desde hace un millón de años hasta el año 1000 a.C. (1.000.000-1000 a.C.). Los homínidos más antiguos se encuentran en Atapuerca (Burgos). El más antiguo es el Homo Antecessor (800.000 años), y los más modernos son el Homo Neandertal y el Homo Sapiens.
Estos homínidos tenían una cultura paleolítica, una economía depredadora y utilizaban útiles de piedra. Se encuentran las primeras manifestaciones artísticas, que se caracterizaban por pintarse en las paredes de las cuevas, tener un carácter naturalista y un sentido mágico simpático con el objetivo de cazar más. Un ejemplo de ello es la escuela Franco-Cantábrica.
La cueva de Altamira es un claro ejemplo de este arte.
En el Mesolítico (10.000 a.C.), como por ejemplo la escuela levantina, las pinturas representan figuras humanas y animales, con un estilo más abstracto. A diferencia del Paleolítico, en estas pinturas se crean historias.
En el Neolítico (comienza 5.000 a.C.) la economía era productora, las poblaciones eran sedentarias y los agricultores creaban poblados. Se produce una mejora en las herramientas.
Para finalizar, en la Edad de los Metales (2.000 a.C.) destaca el uso de los metales para fabricar armas y los megalitos, que eran piedras muy grandes que se usaban como tumbas colectivas.
2. La Edad Media en España
2.2. La Fragmentación de Al-Ándalus y el Avance Cristiano
A inicios del siglo XI, Al-Ándalus se rompe por la inestabilidad tradicional que existía en la veintena de reinos dirigidos por diferentes grupos (nobleza, hispanoárabes, muladíes, burócratas).
Los rasgos que presentan estos reinos son pujanza económica y cultural; sin embargo, en lo político van a ser muy débiles, siendo derrotados por los cristianos y convertidos en vasallos que les imponen unos tributos (parias) para que pudieran seguir siendo independientes.
La debilidad política es aprovechada por los cristianos para ir poco a poco recuperando territorios. Los musulmanes llaman a tribus del norte de África (almorávides y almohades). Estos pueblos frenan el avance de los cristianos y unifican otra vez Al-Ándalus. Los almorávides declaran la guerra santa y se quedan con propiedades, imponiendo un rigor religioso muy fuerte, lo que provoca rebeliones internas y el debilitamiento de los musulmanes, facilitando el avance a los cristianos.
En el siglo XII llegan los almohades, que conquistan Al-Ándalus y son derrotados por los cristianos en la batalla de las Navas de Tolosa.
Todo Al-Ándalus es conquistado por los cristianos después de la batalla, menos el reino de Granada, que sobrevive otros dos siglos, del XIII al XV. Es un reino rico, ya que se basa en el comercio intermediario, aunque es un reino vasallo de Castilla, debido a su debilidad política, pagándoles parias.
2.6. El Fortalecimiento de la Monarquía
Este periodo abarca del siglo XIV al XVI. Se produce un fortalecimiento de la monarquía, que va a ser menos feudal. La monarquía se fortalece por causas como un retroceso de la patrimonialidad. La nobleza en esta época se debilita y pierde poder político, debido a las guerras civiles. A veces los reyes se enfrentan a la nobleza con el apoyo de las ciudades.
Se siguen desarrollando instituciones como el Consejo Real y las Cortes. El siglo XIV fue una época de crisis social y política.
- El Reino de Navarra: El más débil, situado entre dos reinos mayores, Castilla y Aragón. En las guerras civiles va a ser apoyado por ambos reinos. El poder del rey está limitado porque las Cortes son muy fuertes y existía un fuero general.
- El Reino de Castilla: El más poderoso y con más población. Es un reino rico, cuya actividad más importante es la ganadera ovina, que era la que más dinero aportaba. El rey de Castilla tiene mucho poder gracias a la Reconquista y a las riquezas que obtiene. No tiene que convocar a las Cortes y, al tener tantas tierras, mantiene contenta a la nobleza. Se expande hacia el estrecho de Gibraltar y también hacia el Atlántico para conquistar las Islas Canarias.
- El Reino de Aragón: Se expande hacia el mar Mediterráneo y conquista las islas de Cerdeña, Sicilia y Nápoles, y un par de ducados, Atenas y Neopatria, que pierde pronto. Hubo causas dinásticas para tener más poder y para apoderarse de Italia. Hay un motivo comercial en Barcelona y con estas conquistas se expande el comercio. El rey de Aragón era menos poderoso que el de Castilla, ya que tenía que convocar a las Cortes. Aragón no era un reino, sino una confederación de reinos. Las Cortes podían crear una diputación permanente (Generalitat), con la que se podía reclamar al rey. Funciona el llamado pactismo, por el que el rey debía jurar cumplir las leyes. El Justicia, en caso de conflicto, actuaba como rey. En cada reino de Aragón había un virrey que actuaba en nombre del rey.
3. La Edad Moderna en España
3.4. El Reinado de Felipe II
Felipe II hereda todos los territorios de su padre, Carlos I, menos Austria y el derecho a ser emperador. Todo su reinado se centrará en Castilla (reino rico) e incorporará Portugal a sus reinos porque no tenía rey y es heredado por él. Este se gestionará creando un consejo. Todos los territorios de Portugal serán de Felipe II, pero los portugueses se quedan con el comercio.
La Monarquía Hispánica es una suma de reinos con leyes propias y se gobernará mediante consejos territoriales y temáticos. Su único límite es la lentitud burocrática.
Fue un gran defensor del cristianismo y hereda las guerras de su padre. Derrota a los turcos en la batalla de Lepanto y a Francia en la batalla de San Quintín. A esto se le suman dos conflictos en el Atlántico contra Inglaterra y los Países Bajos, que serán por motivos religiosos y políticos.
El reinado de Felipe II representa la cumbre de la monarquía y será un punto de inflexión por no resolver sus conflictos y llevar a sus reinos a la bancarrota.
4. La Edad Contemporánea en España
4.1. La Guerra Carlista y el Reinado de Isabel II
Este periodo comienza cuando Fernando VII muere y se produce una crisis sucesoria. La Ley Sálica impedía reinar a su hija, Isabel. Carlos, su hermano, decide tomar el poder, pero María Cristina, apoyada por los reformistas, consiguen quitar la Ley Sálica a través de la Pragmática Sanción. Hubo muchos líos, pero finalmente a Fernando VII lo sucede su hija.
Los partidarios de Carlos no lo aceptan y se desencadena la Guerra Carlista. El carlismo fue un movimiento de masas que tuvo mucho apoyo social y duró hasta 30 años. Existía una cultura carlista, es decir, era por herencia. Esto provocó tres guerras civiles:
- 1833-1839
- 1846-1849
- 1872-1876
En la Guerra Civil Española (1936-1939) también participaron carlistas a favor de Franco. El carlismo fue antiliberal, defendiendo el catolicismo, la tradición y el rey absoluto.
Se inicia la Guerra Carlista, donde reina la violencia. Fue internacional, apoyada por las potencias absolutistas como Rusia, Austria y el Papado. Isabel era apoyada por la Cuádruple Alianza. La guerra se va a desarrollar sobre todo en el País Vasco y Cataluña, donde los carlistas fracasan en sus intentos de conquistar ciudades y expandir la guerra por todo el país.
La primera guerra carlista termina en el Convenio de Vergara, donde los absolutistas aceptan a Isabel II a cambio de poder integrarse en el ejército de la reina manteniendo sus cargos y mantener los fueros.
Esto fue una victoria parcial para los carlistas. Esto produce que el ejército español sea muy grande y a la vez muy caro y atrasado, lo que provoca muchas revueltas.
Cuando Isabel II llega al trono no puede gobernar porque es menor, por lo que lo hace su madre. A esto se le llama Regencia de María Cristina. Necesitaba más apoyo aparte de los reformistas y busca el de los liberales.
Para atraerlos hace algunas reformas económicas y una especie de constitución llamada Estatuto Real, que en realidad era una carta otorgada. En ese Estatuto se establecían unas Cortes con dos cámaras: una alta, formada por los nobles, y otra baja, elegida por un sufragio censitario. Otra reforma fue la división territorial en provincias.
En 1835 se produce una revolución porque no satisface a los liberales, debido a que se produjeron matanzas de frailes que apoyaban a los carlistas. Esta revolución triunfa y llegan al poder los liberales progresistas, dirigidos por Mendizábal, que destaca por la desamortización y la supresión de las órdenes religiosas. La regente quita a los progresistas y se produce el Motín de la Granja, de carácter progresista. Además, se vuelve a imponer la Constitución de Cádiz. En esta época se forman dos grupos dentro de los liberales:
- Los Moderados: Defienden una soberanía compartida y son centralistas. Rechazan la Milicia Nacional, su religión oficial es la católica y el rey tiene mucho poder.
- Los Progresistas: Defienden la soberanía nacional, apoyaban a la Milicia Nacional, respetan la religión que siguen los españoles y tienen muchos derechos.
Este conflicto culmina con una nueva revolución de los progresistas en 1840, en la que se sustituye a la regente por un militar progresista, Espartero.
Este va a tener pronto conflictos porque defiende posiciones librecambistas. Se produce un conflicto en Barcelona que Espartero resuelve bombardeándola, lo que acelera su caída.
Vuelven los moderados al poder y duran 10 años, época en la que construyen el Estado liberal. Con esto se inicia el reinado efectivo de Isabel II con un régimen liberal y el parlamento. Sin embargo, este sistema liberal tuvo mucho de fachada porque la reina elegía al gobierno y las elecciones no eran limpias.
La alternativa de la oposición era hacer un pronunciamiento militar, con lo que el ejército va a tener un gran protagonismo. Otras vías eran hacer una revolución o conspirar contra la reina.