Testamento de Carlos II y la llegada de los Borbones
Tras haber muerto sin descendencia, Carlos II dejó el testamento a favor de Felipe de Anjou, nieto del rey francés Luis XIV, dando así a la dinastía borbónica el trono español.
Los Decretos de Nueva Planta y la unificación de España
Se promulgaron para lograr la homogeneización de todos los reinos peninsulares bajo la figura central del rey. Fue la reforma más trascendental llevada a cabo por las dinastías de los Borbones en el siglo XVIII, y de ellos dependerán todas las demás reformas llevadas a cabo durante este periodo. Supuso la abolición del régimen foral de la Corona de Aragón, aunque el resultado final fue la unificación constitucional y jurídica del reino. Parece que no se trató de un plan preconcebido y sistemático, sino más bien de un castigo hacia estas zonas que habían apoyado al archiduque Carlos en la Guerra de Sucesión. Así se suprimieron primero los fueros de Valencia y Aragón en 1707, y después los de Cataluña en 1715. Sin embargo, se mantiene el régimen foral de Vascos y Navarros, que habían permanecido fieles al pretendiente borbón durante la guerra dinástica. Al mismo tiempo que se suprimían los fueros, se declaraban estas zonas sometidas a las leyes de Castilla, dando de esta forma uniformidad a todo el reino, que comenzará ahora a denominarse España. Mención especial requiere la promulgación en 1713 de la Ley Sálica, por la que se concedía prioridad en la herencia al trono de la línea masculina sobre la femenina.
Los Pactos de Familia y la alianza con Francia
Denominados así por el parentesco entre las dos casas de los Borbones (francesa y española), fue una alianza con Francia para recuperar Gibraltar y Menorca, en manos de los ingleses, la recuperación de la influencia en Italia y las alianzas con Francia frente a Inglaterra.
El Motín de Esquilache y la tensión social
Al prohibirse el uso de la capa y el sombrero, la ancha, ropas tradicionales españolas, la movilización popular fue masiva y llegó a considerarse amenazada la seguridad del rey.
El 2 de mayo de 1808: el inicio de la resistencia
Salieron los últimos miembros de la familia real para acudir a la llamada de Napoleón. La voz corrió entre los grupos formados frente al Palacio Real de que los de Paula y su tío Don Antonio… El nerviosismo de la población fue respondido violentamente por las tropas francesas, extendiéndose por toda la ciudad. En los combates callejeros participaron tropas de choque francesas y, del lado español, los vecinos armados. Fue un combate desigual: mientras los franceses disponían de 30.000 soldados en Madrid, el ejército español contaba solo con 3.000, que recibieron la orden de permanecer en sus cuarteles. Algunos capitanes, como Daoíz y Velarde, se sumaron a la lucha. La represión fue brutal. El mismo día 2 de mayo, el alcalde de Móstoles firmaba su famoso bando declarando la guerra a los franceses. La noticia de los sucesos en Madrid provocó la movilización contra los franceses en algunas ciudades y provincias, pero el alzamiento general no se produjo hasta finales de mayo, cuando se tuvo noticia de lo ocurrido en Bayona: Napoleón consiguió la abdicación en cadena de los miembros de la familia real española y, al quedar vacante el trono, el emperador nombró rey de España a su hermano José Bonaparte. Este hecho provocó la generalización de la lucha contra los franceses y la formación de Juntas populares para organizar la resistencia.
El Manifiesto de los Persas y el regreso al absolutismo
Documento publicado por los diputados del partido absolutista en contra de la Constitución, fue llamado así porque empieza recordando las costumbres políticas de los antiguos persas. Las consecuencias fueron que Fernando VII firmó el 4 de mayo de 1814 en Valencia un decreto disolviendo las Cortes y restableciendo la monarquía absoluta.
La Constitución de Cádiz y el debate político
La España patriota vivió desde el principio un gran debate de ideas sobre el futuro del país. A pesar de que la mayoría de los españoles eran analfabetos, la imprenta tuvo un papel clave a la hora de difundir las nuevas propuestas políticas a través de folletos y periódicos. Se trataba de crear una verdadera opinión pública que apoyara las reformas políticas. Con la elección de las Cortes en 1810 y la posterior promulgación de la Constitución, se cerró el proceso iniciado en 1808 para dotar a la España patriota de un marco político propio. La Constitución de Cádiz sería durante mucho tiempo el texto de referencia del liberalismo español. Se trata de una Constitución muy larga y, en muchos sentidos, revolucionaria, aunque contiene algunas concesiones a la tradición española y es muy respetuosa con la religión católica. El año 1812 fue el más importante de la Guerra de la Independencia. Los franceses empezaron a perder terreno, los patriotas aprobaron la Constitución de Cádiz y los problemas de abastecimiento, sobre todo en Madrid, hicieron de 1812 el año del hambre. En julio se produjo la batalla de los Arapiles, que concluyó con la victoria de las tropas españolas e inglesas a las órdenes de Wellington sobre el ejército francés. José I tuvo que abandonar Madrid y refugiarse en Valencia. Napoleón, que luchaba con su ejército en Rusia, se vio obligado a sacar de España a más de la mitad de sus hombres. El ejército napoleónico, cada vez más débil, fue nuevamente derrotado en la batalla de Vitoria en junio de 1813 y obligado a cruzar la frontera francesa. La derrota de Napoleón en Europa en abril de 1814 supuso el fin definitivo de la Guerra de la Independencia. Fernando VII pasó toda la guerra en Francia, y la guerra terminó realmente en diciembre de 1813 con el Tratado de Valençay, firmado con Napoleón y que hacía posible el regreso de Fernando a España.
Características de la Constitución de 1812
Se trata de una Constitución muy larga y, en muchos sentidos, revolucionaria, aunque contiene algunas concesiones a la tradición española y es muy respetuosa con la religión católica. Destaca la soberanía nacional, los derechos legítimos de los individuos, la libertad de imprenta, la creación de la Milicia Nacional y la figura del rey, sagrada e inviolable.
La Década Moderada (1844-1854): reformas y centralización
Empieza con la mejora económica y las reformas político-administrativas hacia una mejor eficacia y a la integración del país, que precisa una organización jurídica, política, docente y fiscal para toda España y la igualdad de los ciudadanos ante la ley. Se cita en este sentido:
- Se creó el Banco Español de San Fernando.
- Las leyes de administración provincial y local (gobernador civil).
- Las reformas en Correos: se utiliza por primera vez el sello.
- Bravo Murillo procuró una burocracia más eficiente a través de un decreto sobre funcionarios de 1852.
- Relaciones con la Santa Sede: el Concordato de 1851.
- La recién creada Guardia Civil.