Causas de la Guerra Civil Española
Reacción conservadora y radicalización social
La Segunda República Española (1931-1939) generó una fuerte oposición entre sectores conservadores y tradicionalistas. Las reformas políticas, económicas y sociales implementadas en el periodo republicano, como la reforma agraria, la ampliación de derechos laborales, la secularización del Estado y la reducción del poder de la Iglesia, provocaron la reacción de grupos contrarios a estos cambios.
Tras la victoria electoral del Frente Popular en febrero de 1936, la situación se tornó más inestable. Mientras los sectores conservadores intentaban frenar las reformas, la izquierda y los movimientos obreros exigían cambios más profundos. Las huelgas, la violencia política y los enfrentamientos entre grupos extremistas de ambos bandos aumentaron la tensión social. Aunque el gobierno republicano intentó mantener el orden, en muchas ocasiones recurrió a medidas represivas o se vio superado por la situación.
La conspiración militar y el golpe de Estado
Ante la creciente crisis política, un grupo de militares, liderado por el general Emilio Mola, planificó un golpe de Estado para acabar con la República. Esta conspiración contó con el apoyo de oficiales del ejército, de la Unión Militar Española (UME) y de fuerzas políticas como falangistas y carlistas. El general Sanjurjo, exiliado en Lisboa, fue designado líder del levantamiento.
El golpe de Estado comenzó el 17 de julio de 1936 en Melilla y rápidamente se extendió por el Protectorado de Marruecos, donde Francisco Franco asumió el mando. En la península, la sublevación tuvo éxito en ciudades como Pamplona, Sevilla, Mallorca y Zaragoza, gracias a la acción de generales como Mola, Queipo de Llano, Goded y Cabanellas. Los sublevados contaron con el apoyo de parte del ejército, la policía y grupos civiles armados (falangistas y requetés).
Por otro lado, la República logró resistir en el resto del territorio gracias a la movilización de organizaciones obreras, fuerzas republicanas y elementos del ejército y la policía fieles al gobierno. Las milicias populares desempeñaron un papel clave en la defensa de la legalidad republicana.
La intervención extranjera y la división de España
La sublevación militar no logró un éxito inmediato, y España quedó dividida en dos zonas: la republicana y la sublevada. Para consolidar su posición, los rebeldes necesitaban trasladar a la península el Ejército de África, compuesto por la Legión y tropas marroquíes, consideradas las fuerzas más aguerridas del ejército. La ayuda de la Alemania nazi y la Italia fascista fue determinante para esta operación, ya que proporcionaron aviones para un puente aéreo entre Marruecos y la península, además de recursos militares y financieros.
Mientras tanto, el gobierno republicano intentó sofocar la sublevación, pero se enfrentó a la falta de organización, la radicalización interna y la pasividad de las democracias occidentales, que se abstuvieron de intervenir. En contraste, la Unión Soviética y las Brigadas Internacionales apoyaron a la República, aunque con recursos limitados.
La República en Guerra
Durante los tres años de guerra (1936-1939), la República pasó por tres gobiernos principales:
- José Giral (julio-septiembre 1936): Desbordado por el estallido revolucionario, no logró controlar la violencia en la retaguardia ni organizar una defensa efectiva.
- Francisco Largo Caballero (septiembre 1936-mayo 1937): Formó un gobierno de coalición con socialistas, comunistas y republicanos, incorporando a la CNT. Buscó centralizar el poder y reorganizar el Ejército Popular.
- Juan Negrín (mayo 1937-marzo 1939): Impulsó una estrategia de resistencia, fortaleció la centralización del poder y promovió la disciplina interna. Su gobierno estuvo cada vez más vinculado a la URSS.
Evolución de la Guerra (1936-1938)
La Batalla de Madrid
Los sublevados intentaron tomar Madrid a finales de 1936. La resistencia republicana, con el apoyo de las Brigadas Internacionales y la Columna Libertad liderada por Buenaventura Durruti, logró frenar el avance franquista en las batallas del Jarama (febrero de 1937) y Guadalajara (marzo de 1937).
La Campaña del Norte
Franco dirigió su ofensiva al norte industrializado. En abril de 1937, la Legión Cóndor alemana bombardeó Gernika, causando miles de muertes. Bilbao cayó en junio y la República perdió Cantabria y Asturias en los meses siguientes.
La Batalla del Ebro (julio-noviembre 1938)
El general Vicente Rojo intentó frenar el avance franquista con un ataque en el Ebro. Aunque las tropas republicanas resistieron durante tres meses, la superioridad militar de los sublevados llevó a su derrota. Esta batalla marcó el declive definitivo de la República.
El Fin de la Guerra
Con la caída de Cataluña en enero de 1939 y la retirada del apoyo internacional, la República se desmoronó. En marzo, Madrid cayó sin resistencia significativa y, el 1 de abril de 1939, Franco proclamó el fin de la guerra y el inicio de su dictadura.
La España sublevada: la construcción del nuevo Estado
Durante la Guerra Civil, en la zona controlada por los sublevados, se establecieron las bases de la dictadura de Franco. Este nuevo Estado se consolidó mediante la concentración del poder en su figura, una fuerte represión y la imposición de una ideología única.
Franco como líder único
- Se instauró un estado de guerra en los territorios ocupados por los sublevados.
- Se creó la Junta de Defensa Nacional en Burgos (24 de julio de 1936), con Franco como jefe supremo.
- El 1 de octubre de 1936, Franco fue nombrado Generalísimo y Jefe del Estado, acumulando todo el poder.
- En 1937, se convirtió en jefe del Partido Único y en 1938, en presidente del gobierno.
- Adoptó el título de “Caudillo“, similar al Führer alemán o el Duce italiano.
Represión y violencia
- Se implantó la jurisdicción militar para castigar a los republicanos con juicios sin garantías.
- Se calificó a los republicanos como “rebeldes”, castigándolos con penas de muerte y ejecuciones masivas.
- Se crearon campos de concentración.
- Se incrementó la represión contra las mujeres, con violencia sexual y humillaciones (rapadas, vejaciones).
Imposición de la España única
- Se eliminó la descentralización y los sistemas autonómicos aprobados por la República.
- En 1937, se castigó a Vizcaya y Guipúzcoa suprimiendo sus derechos fiscales.
- En 1938, se abolió el Estatuto de Cataluña y se prohibió el catalán en la esfera pública.
La guerra como cruzada religiosa
- La Iglesia apoyó a los sublevados, viendo en la guerra una lucha contra el comunismo.
- En 1937, la Carta Pastoral Colectiva de los Obispos justificó el golpe como defensa del catolicismo.
Creación del partido único
- Se prohibieron todos los partidos y sindicatos republicanos.
- Franco promulgó el Decreto de Unificación (abril de 1937), fusionando falangistas y carlistas en Falange Española Tradicionalista y de las JONS, con él como jefe absoluto.
- Se estableció el saludo fascista y la simbología falangista.
Gobierno de Burgos y marco legal del nuevo Estado
- Se creó el primer gobierno franquista en Burgos (enero de 1938), con Franco como jefe de Estado y gobierno.
- Se establecieron leyes represivas:
- Ley de Prensa: censura estatal.
- Ley de Depuración de Funcionarios: despidos por razones ideológicas.
- Ley de Responsabilidades Políticas: prohibición de partidos y multas a republicanos.
- Se impuso un modelo nacionalsindicalista con el Fuero del Trabajo (marzo de 1938), prohibiendo sindicatos de clase y huelgas.
El 1 de abril de 1939, Franco proclamó la “Victoria“, pero no hubo reconciliación.
Se estableció un Estado totalitario basado en el nacionalismo, el catolicismo y la tradición. La sociedad quedó dividida entre vencedores y vencidos, con exclusión de los derrotados.