Guerra de Sucesión Española y Romanización en la Península

Guerra de Sucesión Española

Carlos II de Habsburgo, rey de España, falleció sin descendencia. Firmó su testamento antes de morir, en 1700, y dejó la corona al nieto de Luis XIV de Francia y bisnieto de Felipe IV de España, Felipe de Borbón, duque de Anjou. Con ello, el rey intentaba asegurar la unidad de la monarquía española. No obstante, existía otro candidato al trono, el archiduque Carlos de Habsburgo, hijo del emperador de Alemania y descendiente también de monarcas españoles. Muchas potencias europeas negaron la validez del testamento basándose en la debilidad mental de Carlos II (“el Hechizado”).

La mayor parte de las potencias europeas apoyaron al archiduque Carlos porque temían que Felipe de Anjou reinara sobre Francia y España. Cuando Felipe de Anjou llegó a Madrid para tomar posesión del trono como Felipe V (1701), se formó la Gran Alianza anti-borbónica, compuesta por los Habsburgo, Inglaterra (Reino Unido desde 1707), las Provincias Unidas, Portugal, Prusia (al norte de Alemania) y el ducado de Saboya (en el norte de Italia).

Además, existía un interés de Inglaterra, Austria y Holanda de repartirse los territorios españoles y derrotar a Luis XIV de Francia.

Por último, el archiduque Carlos de Habsburgo quiso hacer valer sus derechos sucesorios.

Bandos en Conflicto

Los bandos en conflicto fueron dos:

  • Borbónicos: Francia, bajo el reinado de Luis XIV Borbón, y la parte de España fiel a Felipe de Anjou (Felipe V de España).
  • Austracistas: Gran Alianza anti-borbónica, compuesta por los Habsburgo, Inglaterra (Reino Unido desde 1707), las Provincias Unidas, Portugal, Prusia (al norte de Alemania) y el ducado de Saboya (en el norte de Italia), y la parte de España fiel a Carlos de Habsburgo.

La confrontación por la herencia de la corona española dio lugar a la Guerra de Sucesión (1701-1715), y tuvo como escenarios las fronteras con Francia, Milán y Flandes (españoles), las posesiones franco-españolas de ultramar y la península Ibérica, que se vio confrontada en una guerra civil:

  • Castilla: se alineó con Felipe V porque los grupos sociales populares esperaban la igualdad fiscal francesa.
  • Reinos orientales: apoyaron generalmente a Carlos de Habsburgo, por miedo al centralismo francés.
  • Cataluña: las élites comerciales, comerciantes, artesanos y baja nobleza respaldaron a los Habsburgo, porque el reinado de Carlos II les había favorecido, proporcionando mayor autonomía y bonanza económica. Además, los catalanes eran hostiles a los franceses, que habían ocupado su territorio (1640-1652). Carlos de Habsburgo convirtió a Barcelona en su centro de operaciones en la Península Ibérica.

Paz de Utrecht

En la Península, las tropas de Felipe V de Borbón derrotaron a la Gran Alianza anti-borbónica en Almansa; así, Carlos de Habsburgo solo controló Cataluña y Baleares.

Finalmente, Carlos fue coronado emperador de Alemania en 1711 (Carlos VI) y Felipe V Borbón renunció a la corona de Francia. La guerra terminó y se firmó la Paz de Utrecht, constituida por los tratados de Utrecht (1713) y Radstadt (1714).

Los partidarios de Carlos Habsburgo abandonaron Cataluña y Baleares, y Barcelona cayó en 1714.

El final de la Guerra de Sucesión española tuvo importantísimas consecuencias de orden internacional y dio lugar a un nuevo equilibrio europeo:

  • Murieron entre 400,000 y 700,000 personas.
  • España cedió numerosos territorios:
    • Gran Bretaña se consolidó como gran potencia naval y comercial: recibió Menorca y Gibraltar, el navío de permiso y el asiento de negros. Además, contuvo la expansión francesa, así que se convirtió en el garante del nuevo equilibrio europeo.
    • Saboya recibió Sicilia.
    • Austria recibió los Países Bajos españoles, Nápoles, Milán y Cerdeña.
    • Portugal recibió el control de la Colonia del Sacramento.

Con todas estas pérdidas, el objetivo fundamental de la política exterior de los primeros Borbones fue recuperar los territorios cedidos en el Mediterráneo y en el Atlántico, para los que debía enfrentarse con Reino Unido.

Ello condujo al reforzamiento de la flota naval y la búsqueda de aliados, que se focalizó en Francia, cuna de la dinastía borbónica, mediante la firma de los Pactos de Familia, que tenían como principal enemigo Reino Unido, los Habsburgo y Portugal.

Romanización

Etapas de la conquista romana de la Península Ibérica. Proceso de aculturación posterior. Integración de élites locales.

  • Medios: Lengua latina, Derecho romano, organización socioeconómica, organización administrativa (municipios y provincias), creencias y costumbres.

Fue el proceso histórico mediante el cual la población indígena de Hispania asumió los modos de vida romanos en diversas facetas. Fue un proceso heterogéneo en el tiempo (se intensificó a partir del siglo I a.C., “pax romana”) y en las áreas geográficas (tuvo mayor incidencia en la zona íbera que en la celta).

Para llevar a cabo la aculturación, Roma utilizó varios medios:

  1. Integración administrativa de la Península: Durante la República, existían dos provincias, con alta presencia militar; en el Alto Imperio, tres, y durante el Bajo Imperio, la diócesis “de las Hispanias” contaba con siete provincias.
  2. Extensión de la vida urbana: Fundación de nuevas ciudades (Emérita Augusta: Mérida) y obtención de estatus privilegiado (exentas de impuestos y tropas: ciudades “federadas”) a aquellas que colaboraron durante la conquista.
  3. Construcción de obras públicas: para espectáculos públicos (teatros, circos, anfiteatros), termas, monumentos conmemorativos (arcos del triunfo), foro, basílica (donde se impartía justicia), templos, infraestructuras de comunicación (puentes, calzadas), abastecimiento de agua (acueductos, cisternas).
  4. La lengua: el latín como medio de comunicación entre todos los habitantes del Imperio.
  5. El Derecho Romano: como medio para regular las relaciones y resolver conflictos.
  6. Reconocimiento de la ciudadanía romana: y sus derechos a todos los habitantes del Imperio: por nacimiento, concesión o manumisión (esclavo liberado).
  7. El ejército romano: llevaba la lengua y cultura latina y muchos hispanos entraron en el ejército.
  8. Implantación del modelo social romano: patricios, plebeyos y esclavos.
  9. Implantación de la religión romana: primero con los dioses “paganos”, luego con el cristianismo.
  10. Implantación del modelo económico romano: basado en la agricultura (latifundios alrededor de villas, nuevas técnicas) y el comercio (moneda única, con Roma como centro, por vía terrestre-calzadas, o marítima-puertos).