El desastre del 98:
A finales de 1890, el enfrentamiento entre los dirigentes políticos, una relativa depresión económica y, sobre todo, la guerra de Cuba, empezarion a minar el sistema de la Restauración. Desde 1868, las insurrecciones cubanas habían sido casi permanentes y fueron sofocadas tanto por la vía militar como mediante pactor políticos. Pero en 1895, con el llamado “Grito de Baire” a los rebeldes se les uníó un intelectual de categoría: José Martí. No se trataba ya de acciones aisladas: la insurrección se extendíó como un reguero de pólvora por la manigua. Participaban en la revuelta la pequeña burguesía independentista y, especialmente, los elementos más populares de la sociedad isleña. El gobierno español envió hasta 130 000 soldados bajo las ordenes del general
Martínez Campos, que en ocasiones anteriores había conseguido sofocar rebeliones. La táctica del general, a base de combinar negociaciones con operaciones militares, esta vez no dio resultado alguno. A finales de 1895, Martínez Campos había fracasado en su intento de controlar la isla.
Tanto Cánovas como Sagasta estaban dispuestos a otorgar a los cubanos concesiones mayores de las que habían gozado tras la Paz de Zanjón. Pero ambos gobernantes españoles coincidían en no ceder un palmo en la soberanía. “Cuba en España” como se repetía una y otra vez en los discursos parlamentarios. La respuesta fue, pues, militar. El contingente español n la isla llegó a superar los 300 000 soldados. Como nuevo jefe de operaciones fe designado el general Valeriano Weyler. A pesar de que el general Weyler parecía controlar la insurrecion, a comienzos de 1897 dos circunstacioas dieron al traste con el dominio militar de la isla. Por una parte, los liberales, en la oposición, empezaron a distanciarse de la política de Cánovas y a pedir una acción mas política que militar. Por otra, en Estados Unidos ganaron las elecciones los republicanos. El nuevo presidente , Mckingley, era partidario de intervenir en la contienda y de sustituir a los españoles en el dominio de la isla. En Agosto de 1807, tras el asesinato de Cánovas, subió al poder Sagasta, quien intento solucionar el problema cubano por medios políticos tal como había preconizado desde la oposición. Para ello se publicó una nueva Constitución para Cuba, donde quedaba establecido que era un Estado autónomo dentro de la corona española. Sus habitantes tendrían indénticos derechos que los peninsulares, podrían elegir una cámara de representantes y contarían con un gobierno propio mas un gobernador general, cargo similar al de virrey. El 1 de Enero de 1898 tomó posesión el nuevo gobierno insular, pero la tencions política resulto insoportable y, a la menor provocación, estallaban conflictos violentos entre los españoles residentes en la isla, el ejercito y los cubanos. En la batalla naval de Santiago de Cuba, la flota española sucumbíó ante la potencia de los barcos de Estados Unidos y el Gobierno español no tuvo mas opción que pedir la paz. En la Paz de París, España perdía definitivamente todas sus posesiones de ultramar: Cuba y Puerto Rico, en las Antillas, y Filipinas, donde la flota española fue derrotada por la estadounidense en la batalla naval de Cavite, y las islas Marianas, en el Pacifico. Las perdidas económicas como consecuencia de la derrota fueron limitadas y la economía española se recuperó rápidamente. Estas derrotas tan espectaculares conmovieron a la opinión publica española y se perdió el ambiente de confianza que se habai vivido con la Restauración. Propiciaron la crítica al sistema y la aparición de la idea de regeneracionismo del país mediante el saneamiento de la Hacienda, el crecimiento económico, la mejora de la educación, etc. La pérdida de las colonias supuso, también, un duro revés para las exportaciones de industrias españolas, que tenían allí importantes mercados y eran lugar de producción de determinados productos y materias primas.
El carlismo:
El carlismo estuvo dividido entre nu ala intransigente y otra colaboracionista con el régimen. Los intransigentes estaban liderados por Cándido Nocedal, que representaba los intereses dinásticos del pretendiente don Carlos. Nocedal combatíó duramente contra el régimen liberal de la Restauración y con un especial encono a los católicos que colaboraban con él. El otro ala del tradicionalismo, los colaboracionistas, fundada en 1881 por Alejandro Pidal y Mon, se manifestó despuesta a colaborar con el régimen con su presencia en el Parlamento, aunque no renunciara a los postulados ideológicos del tradicionalismo. Esta división del carlismo se acentuará cuando Ramón Nocedal, hijo del anterior, se deslizó hacia la extrema derecha, supeditando la devoción dinástica a lo que el considero la verdad católica en su integridad. Nacíó así el llamado integrismo, que, si bien no tuvo un desarrollo político digno de mención, influyó de manera importante algunos sectores
La cultura española de 1875 a 1898:
A partir de 1875, la cultura española inició un camino ascendente que no tiene parangón desde el Siglo de Oro. Tanto es así que el período que se extiende entre 1875 y 1936 es conocida como la Edad de plata. El período de la Restauración se caracterizó por una considerable voluntad de trabajo en el orden científico, por un esfuerzo de europeización y por el predominio de la descripción y de la observación tanto en la literatura como en las artes plásticas que se adscriben a la corriente estética del Naturalismo. En lo que respecta al orden científico sobresale la figura de Santiago Ramón y Cajal, a quien se le concedíó el Premio Nobel de Medicina en 1906 por haber descubierto los mecanismos que gobiernan la morfología y los procesos conectivos de las células nerviosas. Ocupó distintas cátedras universitarias y consiguió que el Gobierno español creara un moderno laboratorio de nivestigaciones biológicas. En el campo de las letras cabe destacar también la gigantesca figura de Marcelino Menéndez y Pelayo, un erudito que consagró s vida a la historia de las ideas y a la critica e historia de la literatura española e hispanoamericana. Su obra completa comprende 65 volúmenes. Aunqe identificó la raíz de lo español con la tradición católica y combatíó sin contemplaciones las posturas liberales, estudió y valoró con seriedad las aportaciones culturales españoles procedentes de otras concepciones religiosas o ideológicas. El Naturalismo de la literatura en ese periodo se caracterizo por un ideal de observación de la realidad al servicio de la critica social de las clases dirigentes de la Restauración y al descubrimiento de la región y de lo castizo. Constituyen ejemplos de denuncia de la oligarqa de la Restauración las obras de Benito Pérez Gldos, José María de pereda o de armando palacio Valdés. En pintura, Joaquín sorolla constituye la referencia plástica situada en la misma línea estética que los escritores naturalistas.. Junto a la critica social, el Naturalismo, tanto en la literatura como en la pintura y en la música, propicio también el cultivo de lo castizo, es decir, de lo popular. La novela descubre el paisaje regional; la pintura, los cuadros de género y, en música, se produce la apoteosis de la zarzuela. En el campo de la enseñanza, el régimen de la restauración elimino al profesorado mas liberal de los centros oficiales a la vez que favorecíó la construcción de centros privados, que, en general, quedaron en manos de la Iglesia. La enseñanza adquiríó, pues, en esa época tinter religiosos y conservadores. Con la vista puesta en Europa, un grupo de profesores universitarios opuestos a las ideas conservadoras de los gobiernos canovistas fundaron la institución libre de enseñanza, dirigida por Francisco giner de los Ríos. La institución funciónó como universidad y como centro de secundaria, alcanzando un notable nivel cultural y científico. Proclamó el racionalisom y la libre discusión frente a la enseñanza memorística y desarrollo una educación integral y activa, defendiendo la coefucacion y el laicismo frente al dominio eclesiástico. Los nacionalismos periféricos llevaron aparejado el Renacimiento de las lenguas regionales y de la literatura que se expresaba con ellas. En cataluña, donde el catalán continuaba siendo una lengua hablada normalmente por todos los grupos sociales, surgió la Renaixença, con escritores excepcionales como el dramaturgo Ángel Guimera o el poeta JAcintoVerdaguer. En Valencia, de condición histórica mas bilingüe, se dio también un Renacimiento del valenciano. En castellano se debe destacar, también en Valencia, la obra de Vicente Blasco Ibañez, cuyas obras de ambiente valenciano se editan entre 1894 y 1902. En Galicia, durante ese periodo, o Rexurdimiento, se consigue la restauración literaria de la lengua gallega. Los juegos Florales de Santiago iniciados en 1875 constituyen en este senido todo un símbolo. Los escritores mas representativos fueron Rosalía de Castro, Eduardo Pondal y Curros Enriquez. Un grupo de intelectuales y escritores, la Generación del 98, se planteo también la necesidad de regenerar la sociedad española. Se trataba de un grupo heterogéneo aglutinado alrededor de la exaltación del nacionalismo español y de los valores de España, en el momento del auge de los nacionalismo en Europa.