Guerra Civil Española (1936-1939): Un Conflicto Decisivo
La Guerra Civil Española (1936-1939) fue un conflicto decisivo del siglo XX en España. Comenzó el 17 de julio de 1936 con un levantamiento militar en Marruecos, que se extendió a la península al día siguiente en forma de golpe de Estado. Durante tres años, se enfrentaron los sectores conservadores (aristocracia, grandes propietarios, empresarios, Iglesia y ejército) contra las clases medias populares (campesinos, obreros y pequeña burguesía), partidarias de las reformas republicanas. El conflicto terminó con la derrota republicana, el fin de las reformas democratizadoras y la instauración de la dictadura franquista, que impuso una dura represión. La posguerra fue larga y dejó una profunda huella en la historia, la cultura y la memoria de la sociedad española.
La Guerra Civil Española dividió el país en dos zonas: la España sublevada, formada por zonas agrarias tradicionales y algunas ciudades, y la España republicana, que incluía los principales centros industriales y regiones de agricultura de exportación. La República sufrió una fuerte crisis interna y experimentó tres gobiernos: José Giral, Francisco Largo Caballero y Juan Negrín.
La República en Guerra: Gobiernos y Divisiones Internas
El gobierno de José Giral se encontró con una ola revolucionaria en respuesta al golpe de Estado del 18 de julio de 1936. Se formaron comités revolucionarios, dirigidos por anarquistas, socialistas y comunistas, que impulsaron la colectivización de tierras, empresas y servicios. También se produjeron detenciones y asesinatos de propietarios, religiosos y empresarios, así como la destrucción de iglesias y propiedades. La resistencia republicana se organizó en columnas de milicianos, que sustituyeron al ejército tradicional.
Ante el avance de las tropas rebeldes, se formó un nuevo gobierno presidido por Largo Caballero, con participación de socialistas, comunistas, republicanos y anarquistas. Se incorporó la CNT. Se impuso la movilización obligatoria y la creación de un ejército regular con mandos unificados. No obstante, las tensiones dentro del bando republicano se intensificaron, especialmente entre comunistas y anarquistas, ya que los primeros querían priorizar la guerra y los segundos profundizar la revolución.
Estas disputas estallaron en los Hechos de Mayo de 1937 en Barcelona, cuando la Generalitat intentó desalojar a los anarquistas de la Telefónica. El enfrentamiento provocó combates en las calles entre republicanos, socialistas y comunistas contra la CNT y el POUM. La derrota de los sectores más revolucionarios llevó a la destitución de Largo Caballero y al nombramiento de Juan Negrín por Manuel Azaña.
Negrín centralizó el poder, reforzó el ejército y reprimió a los anarquistas y al POUM. Intentó prolongar la guerra con su política de resistencia, basándose en la esperanza de que estallara la Segunda Guerra Mundial y las democracias europeas ayudasen a la República. Presentó su programa de los Trece Puntos, proponiendo una amnistía y la preservación de la democracia liberal, pero Franco rechazó cualquier negociación, exigiendo una rendición sin condiciones. La derrota republicana en la batalla del Ebro desmoralizó al gobierno de Negrín y dejó a la República sin opciones de victoria.
El Bando Nacional: Consolidación del Poder Franquista
En la zona nacional, los generales sublevados proclamaron el estado de guerra, asumiendo plenos poderes. La muerte del general Sanjurjo facilitó que Franco fuese elegido Generalísimo y Jefe del Estado. Se creó la Junta de Defensa Nacional y, posteriormente, la Junta Técnica, consolidando el poder de Franco. Con la unificación de Falange y los carlistas en la Falange Española Tradicionalista y de las JONS, se formó un partido único, base del Movimiento Nacional.
La represión en la zona franquista fue extrema: se instauraron consejos de guerra, miles de personas fueron ejecutadas o encarceladas, y se crearon campos de concentración para los republicanos. Se eliminó cualquier descentralización, aboliendo instituciones autonómicas y suspendiendo los conciertos económicos.
A principios de 1938, Franco formó el primer gobierno franquista y aprobó leyes como la Ley de Prensa, la Ley de Depuración de Funcionarios y la Ley de Responsabilidades Políticas, que prohibían los partidos opositores. Finalmente, el 1 de abril de 1939, Franco proclamó la “Victoria”, consolidando un estado totalitario y dictatorial que se mantendría durante casi 40 años.
El Franquismo: Dictadura y Transformación de España (1939-1975)
La victoria de Franco en la Guerra Civil Española dio lugar a la instauración de un régimen dictatorial que perduró durante 40 años. Aunque las instituciones del régimen evolucionaron para adaptarse a los cambios internacionales, el régimen se mantuvo antidemocrático y totalitario. Franco concentró todo el poder, eliminó la Constitución de 1931, los partidos políticos y los sindicatos, e impuso una fuerte represión mediante leyes como la Ley de Responsabilidades Políticas. La Falange Española fue el partido único durante esta etapa.
Durante los primeros años, la figura más destacada fue Serrano Suñer, estrechamente ligado al fascismo. La derrota del Eje en 1945 y el cambio de la situación internacional marginaron al falangismo más radical. Aunque se intentó dar la apariencia de un sistema parlamentario con la creación de la Ley Constitutiva de las Cortes (1942), la cámara era en realidad consultiva y estaba dominada por el Movimiento Nacional.
El régimen adoptó las Leyes Fundamentales, como el Fuero del Trabajo (1938) y el Fuero de los Españoles (1945), que regulaban la sociedad española bajo los principios del nacionalsindicalismo. Durante la Segunda Guerra Mundial, Franco se declaró neutral, aunque envió la División Azul para apoyar a las tropas alemanas en la invasión de la URSS. La oposición interna se manifestó a través de guerrilleros y políticos exiliados.
Aislamiento Internacional y Acercamiento a Estados Unidos
En los primeros años del franquismo, España sufrió un aislamiento internacional. La ONU recomendó la retirada de embajadores, y España fue excluida del Plan Marshall y de la OTAN. Sin embargo, a partir de 1950, la Guerra Fría permitió a Franco acercarse a Estados Unidos, lo que resultó en los acuerdos de 1953. Ese mismo año se firmó el Concordato con la Santa Sede, reforzando la alianza con la Iglesia.
A partir de 1950, el régimen se alejó de los elementos fascistas y adoptó una ideología nacionalcatólica. En 1953, los acuerdos con Estados Unidos y el Concordato con la Santa Sede marcaron una nueva etapa. En 1955, España fue admitida en la ONU, y al año siguiente Franco reconoció la independencia de Marruecos, poniendo fin al protectorado.
El Desarrollismo y los Tecnócratas
A partir de 1957, una nueva generación de políticos vinculados al Opus Dei, conocidos como tecnócratas, asumieron posiciones clave en el gobierno. Estos implementaron un enfoque económico basado en el desarrollismo, promoviendo la estabilidad social y la continuidad política del régimen. Introdujeron una reforma fiscal y el Plan de Estabilización (1959) para liberalizar la economía, reducir la intervención estatal y fomentar las inversiones extranjeras.
Economía Franquista: De la Autarquía al Desarrollismo
El franquismo intentó lograr la autosuficiencia económica (autarquía), pero el control estatal del comercio exterior generó escasez de bienes de consumo, lo que afectó la producción industrial y el suministro eléctrico. Durante los primeros años, la industria fue limitada, aunque se promovieron sectores vinculados a la defensa militar. El desabastecimiento de alimentos y la instauración de tarjetas de racionamiento afectaron a la población, causando una disminución en la calidad de vida.
A partir de 1957, la economía estaba al borde del colapso, con altos niveles de inflación y déficit comercial. El Plan de Estabilización de 1959 buscaba una nueva orientación económica, con la liberalización de los mercados y la promoción del comercio exterior. Los tecnócratas impulsaron una política de crecimiento económico basada en el desarrollo industrial y la reducción de los desequilibrios regionales.
Reformas Políticas y Tensiones Internas
A partir de 1957, los gobiernos de Franco incorporaron a una nueva generación de políticos con un perfil técnico, conocidos como tecnócratas. Los tecnócratas apostaron por el desarrollismo económico como garantía de estabilidad social y política.
En los años 60, los gobiernos influenciados por Carrero Blanco intentaron reformar la estructura política para adaptarse a las transformaciones sociales y económicas. Se aprobaron leyes como la Ley de Bases de la Seguridad Social (1967) y la Ley Orgánica del Estado, que consolidaban el carácter monárquico del régimen.
Las reformas generaron tensiones entre sectores inmovilistas y reformistas dentro del régimen, especialmente después del caso de corrupción Matesa. Esto llevó a la formación de un nuevo gobierno dirigido por Carrero Blanco, que cerró las puertas a nuevas reformas. La conflictividad social se intensificó con la oposición de movimientos como el PCE, PSOE y CNT, que organizaron huelgas y manifestaciones. La creación del sindicato Comisiones Obreras (1964) y la formación del Contubernio de Múnich contribuyeron a la oposición moderada al régimen. Al mismo tiempo, resurgieron las reivindicaciones nacionalistas catalanas y vascas, con la creación de ETA en el País Vasco.
Crisis del Franquismo y Muerte de Franco
Desde los años 70 hasta la muerte de Franco, la conflictividad social creció y la oposición democrática se organizó en grupos como la Junta Democrática y la Plataforma de Convergencia Democrática. El asesinato de Carrero Blanco por ETA aumentó las tensiones. Además, el problema de la descolonización del Sáhara llevó a la firma del Acuerdo de Madrid (1975), por el cual el territorio fue entregado a Marruecos y Mauritania. La muerte de Franco el 20 de noviembre de 1975 puso fin a la dictadura de 40 años.
Transformaciones Sociales y Económicas
Durante los años 60, España experimentó un notable crecimiento económico, con una diversificación de la producción industrial y el desarrollo de nuevas zonas industriales. La agricultura tradicional fue sustituida por explotaciones ganaderas modernas, y muchos campesinos emigraron a las ciudades. Paralelamente, crecieron el sector servicios, el comercio internacional y la construcción, y el turismo se convirtió en una fuente de ingresos importante. La sociedad se urbanizó rápidamente, aumentando el porcentaje de personas que vivían en ciudades (del 37 % al 65 %).
Surgió la clase media, formada por funcionarios y profesionales urbanos. La industrialización llevó a miles de campesinos a trabajar en la industria y los servicios. Los consumidores comenzaron a adquirir electrodomésticos como televisores, lavadoras y frigoríficos, así como automóviles (simbólicamente el modelo 600). A pesar de estas transformaciones, la economía española seguía siendo débil, dependiente del mercado internacional y con pocos recursos públicos.
Crisis Económica de los Años 70
A partir de 1973, la economía mundial experimentó una recesión debido al aumento de los precios del petróleo y las materias primas. Esta crisis impactó duramente en España, donde muchas industrias quebraron y el turismo y las inversiones extranjeras disminuyeron. Esto provocó un aumento del desempleo y frenó el crecimiento económico, poniendo de manifiesto las debilidades de la economía española.
Características del Estado Franquista
La victoria del general Franco en la Guerra Civil dio paso a la creación de un Estado dictatorial que fue liderado por el propio Franco hasta su muerte en noviembre de 1975, siendo cuarenta años de pervivencia de un régimen antidemocrático. Aunque sus instituciones evolucionaron para adaptarse a las diferentes coyunturas internacionales, se mantuvo inalterable en sus aspectos totalitarios fundamentales.
El nuevo Estado franquista se caracterizó por la concentración del poder en la persona de Franco, quien adoptó el título de Caudillo, jefe de Estado, presidente del Gobierno, Generalísimo del Ejército y líder del partido único. Fue un Estado totalitario en el que se suprimieron la Constitución de 1931, los partidos políticos y los sindicatos. La represión se ejerció de manera constante y sistemática a través de una legislación represiva, como la Ley de Responsabilidades Políticas, que hacía responsables de la guerra a quienes habían colaborado con la República, o la Ley de Represión del Comunismo y la Masonería. Se abolieron los estatutos de autonomía y se marginaron la cultura y la lengua propias de Cataluña, el País Vasco y Galicia. Los medios de comunicación fueron utilizados como herramientas de propaganda y sometidos a censura. El ejército fue el principal apoyo del régimen. La Falange Española Tradicionalista y de las JONS se convirtió en el partido único.
Apoyo Social y Organizaciones del Régimen
Para obtener apoyo social, el partido creó organizaciones de adoctrinamiento como el Frente de Juventudes y la Sección Femenina. El Sindicato Español Universitario pretendía controlar el sistema universitario, mientras que la Central Nacional Sindicalista regulaba las relaciones entre obreros y patrones.
Desde el primer momento, la dictadura contó con el apoyo de las clases altas (grandes propietarios, empresarios, banqueros y comerciantes) y de buena parte de los pequeños y medianos propietarios agrícolas del norte de España. La clase media, atemorizada por los acontecimientos de la guerra, desarrolló una actitud mayoritariamente pasiva ante la dictadura. Por su parte, los sectores populares fueron sometidos a una vigilancia y represión extremas.
El funcionamiento político estaba restringido a los grupos afines al régimen, aunque coexistieron diferentes familias o tendencias ideológicas que rivalizaban por ejercer su influencia: falangistas, carlistas, monárquicos alfonsinos y miembros de la CEDA. La Iglesia influyó en la vida política a través de distintos grupos de presión y, sobre todo, a partir de 1960, mediante la organización religiosa Opus Dei.
Tensiones Internas y Crisis del Franquismo
La victoria del general Franco en la Guerra Civil dio paso a la creación de un Estado dictatorial que fue liderado por el propio Franco hasta su muerte en noviembre de 1975, siendo cuarenta años de pervivencia de un régimen antidemocrático. Aunque sus instituciones evolucionaron para adaptarse a las diferentes coyunturas internacionales, se mantuvo inalterable en sus aspectos totalitarios fundamentales.
A finales de la década de los 60, España vivió un momento de tensiones internas dentro del régimen franquista, provocadas por ciertas reformas institucionales y legislativas. Estas reformas generaron divergencias entre los diferentes sectores del régimen: por un lado, aquellos que defendían el fortalecimiento del Movimiento; por otro, los que, como Fraga, promovían una apertura limitada; y, finalmente, los tecnócratas, que querían reducir el poder del Movimiento en favor de la nueva institucionalización de la monarquía.
Esta crisis interna se resolvió con la victoria de Carrero Blanco, quien logró la expulsión de los ministros más aperturistas, aunque las movilizaciones laborales y estudiantiles continuaron creciendo. Las huelgas por reivindicaciones laborales se intensificaron, y la protesta universitaria se convirtió en uno de los principales problemas del régimen. Esta protesta también alcanzó el ámbito cultural, desafiando cada vez más los fundamentos del régimen.
Oposición al Régimen y Cambios Sociales
Uno de los cambios más significativos fue la crisis dentro de la Iglesia, que hasta entonces había sido uno de los pilares fundamentales del régimen. La convocatoria del Concilio Vaticano II y la postura de figuras como Vicente Enrique y Tarancón evidenciaron el distanciamiento de la Iglesia con el régimen, lo que afectó profundamente su influencia.
En las regiones periféricas, como Cataluña, surgió un movimiento cívico de reivindicación de la lengua y la cultura, mientras que en el País Vasco apareció ETA, una organización radical que inició una lucha armada contra el franquismo. Asimismo, el antifranquismo se reorganizó con el activismo del Partido Comunista de España (PCE), dirigido por Dolores Ibárruri y Santiago Carrillo, así como del Partido Socialista Obrero Español (PSOE).
El asesinato de Carrero Blanco por parte de ETA marcó un punto de inflexión, con la formación de un nuevo gobierno presidido por Carlos Arias Navarro, que intentó unir a los sectores aperturistas e inmovilistas. Sin embargo, el proyecto de reforma moderada que presentó no obtuvo el apoyo ni de los franquistas ni de la oposición democrática. En respuesta, se crearon organizaciones unitarias de oposición, como la Junta Democrática (en torno al PCE) y la Plataforma de Convergencia Democrática (en torno al PSOE), que incluía al PNV, la UGT y CCOO.
Final del Franquismo: Crisis y Descolonización
Durante estos años, la violencia se intensificó, con ETA aumentando sus atentados y la aparición de dos grupos más de izquierda radical, el FRAP y el GRAPO. Al mismo tiempo, se produjo la descolonización de territorios como Ifni y Guinea Ecuatorial. Aprovechando la enfermedad de Franco, Marruecos exigió la cesión del Sáhara, que se materializó con el Acuerdo de Madrid, por el cual España cedió el territorio a Marruecos y Mauritania.
Este conjunto de tensiones internas dentro del régimen, las movilizaciones sociales y las crisis internacionales culminaron con la muerte de Franco el 20 de noviembre de 1975, dejando atrás un régimen anacrónico y en crisis.
Preguntas Clave sobre la Guerra Civil y el Franquismo
27.- ¿Cuáles fueron las justificaciones que utilizaron los militares golpistas en julio de 1936?
Los militares golpistas de julio de 1936 justificaron el levantamiento por el miedo a una revolución bolchevique, la restauración del orden, la defensa de la unidad de España y de la religión católica, con un fuerte carácter antidemocrático y anticomunista. Tras el triunfo electoral del Frente Popular en febrero, el general Mola planeó el golpe de Estado contando con el apoyo de la derecha. El asesinato de José Calvo Sotelo en julio de 1936 aceleró la insurrección. El 17 de julio, el coronel Yagüe se levantó en armas en Melilla, extendiendo el golpe a otras guarniciones. En Mallorca, el comandante Goded traicionó su aparente lealtad al gobierno y declaró el estado de guerra el 19 de julio.
28.- ¿Cuáles fueron las causas de la Guerra Civil Española?
La Guerra Civil Española (1936-1939) fue un conflicto entre las clases dominantes y las populares debido al fracaso del golpe de Estado de julio de 1936. Entre las causas remotas se encontraban la polarización política, la intervención del ejército en política, la exclusión de sectores sociales del sistema, la crisis económica y la influencia del fascismo y el comunismo. Entre las causas inmediatas estaban la resistencia de las derechas a las reformas republicanas, el miedo a perder privilegios, la radicalización social y el asesinato de Calvo Sotelo. El levantamiento militar, iniciado en Marruecos el 17 de julio, derivó en una guerra de tres años. En las Baleares, el golpe triunfó rápidamente, excepto en Menorca.
29.- La Guerra Civil Española (1936-1939) fue un conflicto político y militar iniciado con un golpe de Estado el 17 de julio de 1936, enfrentando a los sectores dominantes (aristocracia, Iglesia, ejército) con las clases medias y populares que apoyaban a la República. El alzamiento recibió el respaldo de monárquicos, carlistas y falangistas, mientras que el bando republicano reunía fuerzas políticas y sindicales progresistas. La victoria franquista se debió a la unidad de los “nacionales”, su superioridad militar, el uso del terror como estrategia y el apoyo de potencias fascistas, en contraste con la división republicana y la política de no intervención europea. En las Baleares, el golpe triunfó rápidamente, excepto en Menorca. En Mallorca, el general Goded se unió a los insurgentes el 19 de julio, asegurando el control de la isla.
31La Guerra Civil Española (1936-1939) enfrentó a las clases dominantes y populares, truncando las reformas republicanas e instaurando una dictadura con una fuerte represión. En la zona republicana se produjo una revolución social y represión contra los insurgentes y la derecha, mientras que los militares golpistas impusieron una represión brutal para eliminar resistencias. El exilio aumentó, incluyendo a los “niños de la guerra”. En Mallorca, la represión inicial se intensificó después del desembarco de Bayo, con fusilamientos, confiscaciones y trabajos forzados en campos de concentración, donde 15.000 presos construyeron 200 km de carreteras entre 1936 y 1942.
Zonas en Conflicto: Republicana y Nacional
Zona Republicana
Aspectos Sociales: Apoyos: Clases populares, obreros, campesinos, intelectuales y artistas. Ideología: desde republicanos reformistas hasta anarquistas y comunistas.
Revolución Social: Colectivización de tierras e industrias.
Represión contra sublevados: Fusilamientos, quema de iglesias y conventos.
Población Civil: Bombardeos, exilio y evacuación infantil (niños de la guerra).
Mujeres: Mayor presencia en el mundo laboral y en las milicias.
Aspectos Económicos
Colectivización agraria e industrial. Intervención de bancos y bienes. Escasez de productos básicos, racionamiento y mercado negro. Inflación.
Aspectos Culturales
Milicias de la Cultura: Para alfabetizar soldados.
Apoyo de intelectuales y artistas (muchos exiliados o asesinados).
Destrucción de patrimonio y confiscación de arte.
Zona Nacional
-Aspectos Sociales
Apoyos: Militares, grandes propietarios, empresarios, Iglesia. Ideología: conservadora, monárquica y católica.
Régimen totalitario: Represión, censura y eliminación de derechos.
Control de la población: Apoyo de la Iglesia y propaganda.
Papel de la mujer: Limitado al ámbito doméstico.
-Aspectos Económicos
Economía dirigida: Proteccionismo y control de la producción.
Devolución de tierras expropiadas.
Ayuda económica y militar internacional.
-Aspectos Culturales
Imposición ideológica.
Persecución de intelectuales y censura.
Uso del arte como propaganda franquista. Algunos artistas apoyaron al régimen.
Etapas Económicas del Franquismo
1. Primera etapa (1939-1959) – Autarquía y crisis
Economía cerrada y control del Estado.
Escasez de productos básicos, racionamiento y mercado negro (estraperlo).
Caída de la producción e inflación.
En las Islas Baleares: hambre y crisis económica, uso del mercado negro y trueque para sobrevivir.
2. Segunda etapa (1959-1975) – Desarrollo y crecimiento
Plan de Estabilización (1959): apertura económica y liberalización parcial.
Crecimiento industrial e inversiones extranjeras.
“Boom” turístico en los años 60 y 70, impulso del sector terciario.
En las Islas Baleares: construcción del aeropuerto de Son Sant Joan, auge del turismo, crecimiento de la renta per cápita, pero también gran impacto ambiental.
3. Final del franquismo (1975) – Crisis y transición
Crisis del petróleo (1973) afecta la economía española.
Desigualdades sociales y tensiones laborales.
En las Islas Baleares: dependencia económica del sector turístico.
34.- ¿En qué consistió la política económica practicada por el régimen franquista en la época de la autarquía?
El franquismo impulsó la autarquía para lograr la autosuficiencia económica, regulando el comercio exterior y reduciendo importaciones, lo que provocó desabastecimiento de bienes de consumo, materias primas y electricidad, afectando la producción industrial. Se fomentó la industria siderúrgica y militar con la creación del INI y empresas como RENFE o Telefónica. Los agricultores debían entregar la producción a precios fijos, agravando la escasez de alimentos. Esto condujo a un estancamiento económico, racionamiento mediante cartillas, mercado negro, inflación y una grave reducción del nivel de vida, con hambre generalizada en el país.
35.- Durante los años sesenta, el desarrollo económico transformó profundamente la sociedad española, pasando de una economía agraria a una industrial. Se formó una nueva burguesía urbana, se extendieron las clases medias y aumentó el número de funcionarios y profesionales liberales. La Iglesia perdió influencia debido a la secularización, mientras que el crecimiento del poder adquisitivo impulsó la sociedad de consumo. La educación se expandió y redujo el analfabetismo con una nueva ley. La familia nuclear se consolidó y la mujer comenzó a incorporarse al mundo laboral. Estas transformaciones fomentaron la oposición al franquismo, con movilizaciones obreras y estudiantiles. En Mallorca, el turismo provocó un cambio radical, sustituyendo la sociedad agrícola por una sociedad de servicios.
36.- ¿En qué consistió el Plan de estabilización de 1959 y cuáles fueron sus consecuencias?
El Plan de Estabilización fue un conjunto de medidas económicas que rompieron con el aislamiento de los primeros años del franquismo, liberalizando la economía, abriéndose al comercio exterior y la inversión extranjera, y convirtiendo la peseta en una divisa internacionalmente aceptada y más sólida. Otras medidas fueron:
- Aceptar créditos internacionales (EE. UU. y otros), integrarse en instituciones económicas internacionales (FMI, OECE, Banco Internacional de Reconstrucción, etc.).
- Aumentar el tipo de interés y congelar salarios y préstamos (para controlar la inflación).
- Aumentar la recaudación fiscal y congelar el gasto público.
Estas medidas facilitaron el crecimiento económico de la España de los años 60.
37.- ¿Cuáles fueron los principales movimientos migratorios en España durante la década de los sesenta del siglo XX? Explica el caso de las Islas Baleares.
Entre 1960 y 1975, España experimentó un gran crecimiento demográfico marcado por importantes movimientos migratorios, tanto internos como externos. La atracción de las grandes ciudades industriales españolas y europeas, junto con la crisis rural, provocó un éxodo masivo desde Andalucía, Extremadura, Galicia y Castilla y León hacia Madrid, Cataluña, el País Vasco y la costa mediterránea. En las Islas Baleares, el boom turístico y la construcción generaron una doble migración: interna, de zonas rurales hacia las ciudades costeras, y externa, con la llegada de trabajadores de regiones españolas empobrecidas. Mallorca e Ibiza fueron las primeras destinaciones, seguidas de Formentera y Menorca. Esta oleada migratoria impulsó la terciarización económica y transformó la sociedad, haciéndola más diversa.
Oposición al Franquismo
Después de la guerra, la oposición al franquismo quedó desmantelada, excepto el PCE, que mantuvo actividad clandestina. En el exilio, el gobierno republicano en México perdió influencia, mientras los maquis actuaban en zonas rurales de España. En los años 40, la caída del Eje renovó esperanzas de cambio, con monárquicos y demócratas creando la Alianza Nacional de Fuerzas Democráticas. En los años 60, el antifranquismo se recompuso con nuevos movimientos sociales, la aparición de ETA y la formación de Comisiones Obreras. En la década de 1970, la oposición se organizó en la Junta Democrática y la Plataforma de Convergencia Democrática. ETA y grupos de ultraizquierda como el FRAP y el GRAPO incrementaron los atentados, provocando una represión brutal. En Mallorca, la oposición era minoritaria, liderada por el Partido Comunista y figuras como Francisca Bosch, mientras el PSOE no se reorganizó hasta 1974.