Guerra Civil Española: Gobierno Republicano, Bando Nacional y Consecuencias

Cuando tuvo lugar la sublevación, el gobierno republicano dirigido por Casares Quiroga presentó su dimisión, y fue sustituido por José Giral. Durante su jefatura había que organizar apresuradamente una fuerza militar para oponerse a los sublevados, pero el estallido de la guerra provocó un gran entusiasmo revolucionario que desbordó al gobierno e hizo derrumbarse a algunas instituciones. Los poderes regionales y locales comenzaron a actuar al margen del Estado y el gobierno decidió entregar las armas a las milicias de los partidos y sindicatos. Dentro del territorio republicano emergió una estructura de poder popular llamada a defender la legalidad republicana (El pueblo defiende a la República). Se formó un gobierno de coalición de varios partidos dirigido por Largo Caballero, con el objetivo de concentrar fuerzas y ganar la guerra. Al mismo tiempo, el gobierno de la República decidió trasladarse a Valencia ante el inminente ataque de Madrid por parte de los sublevados, dejando la ciudad bajo la autoridad de una junta de defensa dirigida por el general Miaja. Desde Valencia, el gobierno republicano continuó con su política de reformas en el que la guardia civil se transformó en guardia nacional republicana, se incautaron tierras e industrias abandonadas por sus dueños, se nacionalizaron algunas empresas como el ferrocarril, CAMPSA…, y se devolvió el estatuto de autonomía a los vascos que durante el bienio radical cedista, se había quitado. A su vez los anarquistas llevaron a cabo una revolución social espontánea en Cataluña y expropiaron tierras e industrias para colectivizarlas.

Enfrentamientos Internos y Crisis de Gobierno

Sin embargo, una serie de fracasos militares, la batalla de Brunete, del Jarama, etc. acabó produciendo un enfrentamiento entre las fuerzas republicanas y afectó al propio desarrollo de la guerra. Un sector formado por el Partido Comunista de España contó con el apoyo ruso unido aparte de los socialistas y republicanos, era partidario de conseguir una alianza con las clases medias y controlar las experiencias colectivizadoras. Como resultado de estos enfrentamientos entre los sectores republicanos, tuvo lugar una crisis de gobierno que terminó con la dimisión de Largo Caballero. Tras esos hechos, Manuel Azaña, presidente de la República, encargó la formación de un nuevo gobierno al socialista Juan Negrín, que dio prioridad al esfuerzo militar, reforzando el poder central, unificando la dirección de la guerra y controlando la producción industrial y agraria. Se decidió también cambiar la sede del gobierno de Valencia a Barcelona. Aunque era consciente de la dificultad para frenar el avance de las tropas franquistas obligó a buscar una salida negociada a la guerra, armisticio. Sin embargo, la vida era ya sumamente difícil en el territorio republicano y el golpe de estado dirigido por el coronel Casado, buscó sobre todo finalizar la guerra.

El Bando Nacional y el Ascenso de Franco

La muerte del general Sanjurjo, que dirigía el bando sublevado, cuando se dirigía a Burgos a encabezar la rebelión, planteó un problema inicial del liderazgo en el territorio de la España sublevada. Sin embargo, no tardó en formarse en Burgos una junta de defensa nacional, integrada por militares y presidida por Cabanellas. Al alargarse el conflicto, se vio la necesidad de unificar el mando, el general Franco fue ganando cada vez más adeptos. Se publicó un decreto que nombraba como jefe del gobierno del Estado y generalísimo de los ejércitos españoles. Para conseguir una mayor cohesión inspirándose en el modelo de Estado fascista italiano y alemán. Franco dio a conocer el decreto de unificación por el que creaba un partido único la Falange Española Tradicionalista y de las JONS. En enero de 1938 se formó el primer gobierno de Franco que concentró la jefatura de Estado y la presidencia del gobierno el cual pasó a ser llamado a partir de entonces caudillo de España. El nuevo Estado se inspiró en el fascismo y defendía un modelo social basado en la tradición y el catolicismo. Se abolió la legislación republicana en materia económica, social y laboral, se suprimieron las libertades religiosas, política, sindical y de prensa, se suspendieron los estatutos de autonomía y se restableció la pena de muerte. El nuevo Estado contó con el apoyo de la Iglesia Católica.

Consecuencias de la Guerra Civil

La guerra trajo consigo una serie de consecuencias:

  • Consecuencias demográficas: gran cantidad de víctimas en ambos bandos, y gran número de heridos.
  • Causas materiales: la destrucción causada por la guerra fue inmensa y se destruyeron gran parte de las infraestructuras y las comunicaciones. Los bombarderos afectaron a numerosas ciudades y pueblos y los campos de cultivo quedaron devastados. Todo esto trajo consigo el hambre y el desabastecimiento en las grandes ciudades.
  • Consecuencias económicas: la guerra supuso unas importantes pérdidas. La reservas de oro del banco de España trasladadas a Moscú, acabaron esfumándose y España entra en una etapa de autarquía que se prolongó aún más por la Segunda Guerra Mundial. La mayoría de la población española tuvo que sufrir los efectos de racionamiento y privación de bienes de consumo. Además surgió el estraperlo y el mercado negro.
  • Consecuencias sociales: la sociedad española quedó marcada tristemente por la guerra.
  • Consecuencias culturales: se destruyó todo el esfuerzo de regeneración cultural y educativa, que se había iniciado tras la crisis de 1898 durante el franquismo. Llegaron a ser ejecutados y destruidos más del 60 % de maestros y profesores.
  • Consecuencias políticas: el final de la guerra supuso acabar con el segundo intento modernizador y democratizador de España durante la segunda República. Se abrió un largo periodo de represión, falta de libertad política y supresión de los derechos fundamentales.

Conclusión

En conclusión, la dictadura de Franco fue un periodo complejo que se caracterizó por la imposición de un modelo ideológico rígido y la evolución de su política en respuesta a las circunstancias internas y externas. Aunque logró estabilizar el país en términos económicos, su legado está marcado por la represión y la falta de libertades, lo que ha dejado una huella profunda en la memoria colectiva de España. La transición a la democracia posterior a su muerte refleja tanto el deseo de superar este pasado autoritario como la necesidad de construir una sociedad más plural y democrática.