Mona Lisa
Es difícil comentar sobre la Gioconda. La fascinación que ha ejercido a lo largo de los siglos y el poder que tiene sobre la mirada del espectador dificultan un análisis objetivo, dado el icono en que se ha convertido para la cultura moderna y contemporánea. En ella se citan todas las características de la pintura de Leonardo: el empleo del sfumato, esa técnica que difumina suavemente los rasgos hasta hacer indefinibles los contornos; el hermoso paisaje de fondo, agreste, salvaje y de un matizado tono azul que lo hace desaparecer en un degradado invisible; la ambigüedad del rostro, la indefinición sexual que la hace parecer una mujer, un adolescente… un mito de androginia con inacabables referencias a teorías filosóficas y religiosas; y, por encima de todo, la sonrisa más melancólica y misteriosa de la historia del hombre. El retrato es el de Madonna Lisa, la señora Lisa, esposa de Francesco del Giocondo, de donde toma su sobrenombre. Leonardo retuvo consigo el retrato hasta su muerte, no dejó de trabajar en él y, por supuesto, jamás se lo entregó a su cliente. De sus manos pasó a la colección real de Francia y hoy puede verse en el Museo del Louvre, protegida por un panel blindado y envuelta en un remolino de turistas que la fotografían sin cesar.
Plaza Mayor
El trazado rectangular de esta plaza define un espacio cerrado destinado en origen a celebrar festejos y reuniones populares, función esencial de las plazas barrocas españolas. En los lados norte y sur se levantan las casas de la Panadería y de la Carnicería, coronadas ambas por chapiteles de pizarra, característicos de la arquitectura civil de la época de los Austrias. La fábrica original de Gómez de Mora, en madera y ladrillo, propició los incendios de 1631, 1672 y 1790 que causaron grandes daños. Tras el último, Juan de Villanueva dio a la plaza el aspecto actual, rebajando su altura y cerrando con caserío las calles abiertas al recinto.
Coliseo
El Coliseo, un anfiteatro (unión de dos teatros) en Roma, está construido con bloques de mármol, hormigón, arena, ladrillos, grandes piezas rectangulares de poco grosor, piedra y estuco. Es una sucesión de 80 arcos de medio punto. Los órdenes se superponen de abajo arriba: dórico, toscano, jónico y corintio. El acceso se realizaba a través de los arcos del piso inferior. Una compleja organización de galerías coronadas por bóvedas de cañón y arista permitía circular por todo el recinto. Las comunicaciones entre niveles se realizaban a través de escaleras que daban acceso a las gradas a través de vomitorios. Estos edificios se construían para celebrar espectáculos gratuitos de gladiadores y fieras salvajes; incluso se escenificaban batallas históricas y navales (naumaquias), para las cuales se llenaba la arena de agua. Es de origen romano y la cávea se dividía en otras tres con distintos pasillos.
David
Miguel Ángel superó el legado plástico de la estatuaria antigua y labró su fama como cima de la escultura clasicista del Renacimiento. También es punto de partida para el desarrollo de la dicción manierista, con la poderosa energía concentrada, la cabeza grandiosa de mirada altiva y donatelliano rictus, la mano robusta y algo exagerada, y cierta disposición en zigzag del cuerpo a la vez reposado y tenso. Aunque en principio estaba destinada a decorar la fachada de la catedral florentina, se colocó ante el palacio de la Señoría por consejo de una comisión de la que formaron parte Botticelli y Leonardo, y el pueblo de Florencia la consideró monumento al triunfo de la democracia sobre el poderío de los Medici.
Santa María del Naranco
El piso inferior de la iglesia de Santa María del Naranco tiene una cámara mayor central, abovedada con arcos fajones y con dos puertas, pero sin ventanas; a los lados hay otras dos menores, con cubiertas de madera, de las que una se empleó posiblemente como baño. El sistema de abovedamiento, con el largo cañón dividido por arcos fajones y soportado en una arquería ciega perimetral, es la forma constructiva más singular en el arte ramirense, sin orígenes específicos, sino una vinculación remota con modelos romanos de salas de termas y algunos mausoleos, pero muy distantes de esa época; otros sistemas similares conocidos en Persia se difunden por el Mediterráneo en fechas posteriores, de forma que el sistema asturiano permanece aislado en el desarrollo artístico de Occidente.
Expolio de Cristo
El Expolio de Cristo es el comienzo del proceso de abandono de referencias espaciales. Las figuras llenan toda la superficie. El tema principal es Jesucristo de camino al Calvario despojado de sus vestiduras; utiliza convenciones del lenguaje figurativo como la anulación del espacio, la figura principal frontal al espectador, la profundidad espacial dada por la altura de los personajes. También destaca el manejo del color y la luz de influencia veneciana. Miguel Ángel hace un estudio de la anatomía humana y muestra un dominio del retrato; las cabezas que rodean a Cristo son el contrapunto para que, jugando con los contrastes, la divinidad de Cristo refulgiera en el centro del cuadro. Las tres Marías, desde un punto de vista distinto, son un elemento clave para la composición. Forman una diagonal en el primer plano que, junto con el escorzo del sayón que trabaja en la cruz, centra la atención en la figura de Cristo. Esta representación se encuentra en un contexto manierista, por ejemplo, en el recurso de los puntos de vista.