Tratamiento y Acondicionamiento de Residuos de Baja y Media Actividad (RBMA)
Los principales objetivos de la gestión de los residuos de baja y media actividad (RBMA) son minimizar su volumen y garantizar su estabilidad y su aislamiento del medio. Los residuos se almacenan siempre en estado sólido. En el centro de almacenamiento de El Cabril, son sometidos a diversos procesos, en función de su origen y sus características fisicoquímicas. Así:
RBMA procedentes de instalaciones nucleares
- Los RBMA procedentes de la operación y/o desmantelamiento de instalaciones nucleares, habiendo sido caracterizados y acondicionados en origen, llegan a la instalación en bidones de 220 litros o en contenedores metálicos especiales.
- Los bultos o bidones ya acondicionados se someten a diversos ensayos que tienen por objeto asegurar que la primera barrera, constituida por el residuo y la matriz de inmovilización, reúne las condiciones que garantizan su estabilidad y aislamiento.
RBMA generados en hospitales y centros de investigación
- La materia orgánica se incinera, siendo las cenizas resultantes inmovilizadas en matriz de hormigón.
- Los líquidos se solidifican en matriz de hormigón.
- Los residuos compactables, una vez tratados, se inmovilizan con hormigón.
Como media, un bidón de RBMA almacenado en El Cabril está compuesto en un 70% por hormigón y un 30% por residuo.
El Combustible Gastado (CG) y los Residuos de Alta Actividad (RAA)
La gestión del combustible gastado y los residuos de alta actividad (RAA) supone un reto para todos los países. Aunque sus volúmenes son pequeños (en España 160 t/año), sus características fisicoquímicas y su alto nivel de radiactividad, que implica generación de calor, hacen que su gestión deba acometerse en dos etapas:
- Etapa de gestión temporal: para la cual existen en el mundo diversas tecnologías con una experiencia operativa contrastada de varias décadas.
- Etapa de gestión final: que en la actualidad se encuentra en fase de investigación.
Sistemas de Almacenamiento Temporal
En primera instancia, el combustible extraído del reactor se deposita en las piscinas de las propias centrales nucleares, donde debe permanecer un tiempo para enfriarse y reducir su actividad con objeto de facilitar su posterior traslado y gestión.
A medio plazo, y teniendo en cuenta tanto la capacidad de almacenamiento de las piscinas como la necesidad de extraer el combustible de las centrales nucleares cuando estas deban ser desmanteladas, podemos citar otros sistemas de almacenamiento:
- En contenedores: metálicos o de hormigón, diseñados para disipar el calor producido por el combustible y servir de blindaje contra las radiaciones, de forma que las dosis en su superficie exterior sean inferiores a las legalmente establecidas. Este sistema constituye una solución para periodos no muy prolongados de tiempo.
- En bodegas de hormigón: donde los residuos se almacenan también en seco y aplicando los mismos principios técnicos y de seguridad, pero que ofrecen mayor capacidad de almacenamiento durante periodos de tiempo superiores (aprox. 100 años).
Independientemente de los sistemas a utilizar para el almacenamiento temporal del combustible gastado y los RAA, el modo en que se almacenan estos materiales puede ser individual o centralizado.
España considera el almacén temporal centralizado (ATC) en bodegas de hormigón como etapa inmediata antes de acometer la gestión final del mismo.
El sistema de bóvedas constituye una solución segura (confinamiento y blindaje por barreras múltiples, refrigeración por convección natural), económica (carácter modular que permite diferir la inversión; razonables costes de operación; diseño compacto) y probada en instalaciones ya en funcionamiento, además de disponer de un centro tecnológico de investigación.
Asimismo:
- Permite optimizar los recursos, tanto económicos como humanos, destinados a la vigilancia del combustible gastado al centralizarse en un solo emplazamiento, reduciendo así el número de emplazamientos nucleares.
- Facilita el desmantelamiento de las centrales nucleares y, por lo tanto, la disponibilidad absoluta del terreno que ocupaban.
- Permite la creación de un centro tecnológico para el desarrollo de técnicas avanzadas.
- Permite el almacenamiento de otros residuos tecnológicos de alta actividad no generados en las centrales nucleares.
Gestión Final del Combustible Gastado y los RAA
Para la gestión final del combustible gastado, y teniendo en cuenta el larguísimo periodo de semidesintegración de algunos isótopos contenidos en el mismo, se está dedicando un esfuerzo creciente en proyectos de investigación cuyo objetivo fundamental es la transformación de los isótopos radiactivos de vida larga en elementos estables o en radionucleidos de vida corta (separación-transmutación) y, en consecuencia, una reducción cuantitativa y cualitativa de los residuos radiactivos a almacenar.
No obstante, cualquiera que sea el ciclo de combustible aplicado, siempre quedará una cantidad de residuos de alta actividad que será necesario almacenar a largo plazo. Algunos países como EE. UU., Finlandia, Francia y Suecia contemplan la construcción de un sistema de almacenamiento en una formación geológica profunda.