1.1 archigénero y épico y novela.
El género épico se caracteriza por un género mixto, que alternan la voz del narrador y la de los personajes. Por medio de la narración, la descripción y el diálogo, se cuenta una historia.
La novela como subgénero participa en carácterísticas generales:
-La narrativa representa una esfera de la vida real, con los diferentes aspectos, direcciones, acontecimientos.
– La situación básica de todos los textos narrativos es única: un narrador cuenta una historia. Definida como la configuración verbal y ficticia de un espacio, un tiempo y unas figuras o personajes conflictivos.
– El narrador es el intermediario entre la historia y el público. El narrador puede adoptar tres puntos de vista o focalizaciones: la focalización cero, que da lugar al narrador omnisciente; la focalización interna, propia de los relatos en primera persona (el narrador solo conoce el pensamiento de su personaje); y la focalización externa, que es la que aparece cuando el narrador prácticamente no interviene (en obras dialogadas, como la novela El Jarama de Sánchez Ferlosio).
– La voluntad del narrador es radicalmente distinta a la del lírico: su pretensión debe ser “objetivar” un mundo que posee independencia frente al novelista; entre ambos (mundo creado y novelista) se pueden generar muy diferentes actitudes: odio, ternura, nostalgia…
El mundo ficcional inventado, por muy inverosímil que llegue a ser, no pierde nunca totalmente su vinculación con el mundo real (si fuese de otra forma, la obra sería incomprensible).
– El autor puede “proyectarse” en un personaje, pero lo hace de una manera diferente a la lírica, ya que lo que interesa es la actuación de los personajes en un mundo concreto y objetivo (San Manuel Bueno puede representar en algún momento el pensamiento de Unamuno, pero no es Unamuno).
– El tiempo es un factor de enorme importancia en la narrativa: La novela constituye un subgénero narrativo que puede ser definido de forma elemental como una trama compleja de sucesos que se desarrollan generalmente en capítulos.
1.2 Historia de la novela
En la Edad Media existíó la distinción entre el término “Román” o “romance” y la palabra “novella”. Con el primer término se designaba a los relatos breves o largos, escritos en verso o en prosa que reflejaban una visión idealista de la vida. Sus temas eran la historiografía, las narraciones caballerescas y sentimentales, los relatos pastoriles y de aventuras, etc. A esta tradición pertenecen las llamadas novelas de caballerías o de aventuras que florecieron en España durante los siglos XV, XVI y XVII. El término “novella”, en cambio, servía para designar narraciones breves, primero en verso o en prosa y luego solo en prosa. La “novella” es un género italiano que inauguró Boccaccio con el Decamerón. A él pertenecen las
Novelas Ejemplares de Cervantes, El Quijote, obra que presenta ya un cuadro crítico de la sociedad de su época, como ejemplos.
En el Siglo XVIII florecíó la novela epistolar, y en el XIX, la novela histórica y la realista. Desde ese momento, este género ha sufrido constantes transformaciones y se ha convertido en un campo de experimentación para los escritores, que juegan con la organización de la historia, el planteamiento del espacio y el tiempo, la caracterización de los personajes, el lenguaje, etc.
Es un género de enorme evolución en los siglos XX y XXI. Se puede decir que la novela es el reino de la libertad. Es el género narrativo más cultivado en la actualidad; también el más estudiado. Debido a los deseos innovadores de muchos autores, se produce una constante metamorfosis del género, a veces bastante forzada. En la novela se cuestionan los valores éticos y religiosos de la sociedad; los protagonistas no son tipos, sino personajes (individuos o grupos) problemáticos y en evolución, que deben enfrentarse a fuertes problemas. A veces las novelas se centran exclusivamente en conflictos internos de los personajes.
1.3 Subgéneros novelísticos. Carácterísticas de la novela
La novela es una narración extensa en la que todos los elementos están desarrollados en profundidad. Según el tema se puede clasificar en caballeresca, pastoril, bizantina, picaresca, morisca, sentimental, policíaca, de ciencia ficción, de aventuras, histórica…
Otros subgéneros narrativos son el poema épico, el romance, la fábula y el cuento. La novela utiliza como modalidad discursiva dominante la narración, aunque, por lo general, se subordinan a esta modalidad otras secundarias, como la descripción, el diálogo y la exposición. Este género narrativo tiene como objetivo representar unos hechos protagonizados por unos personajes y ocurridos en un espacio y un tiempo. La función comunicativa que predomina es la representativa. Tiene dos niveles:
– el nivel de la historia (externo), en cuya estructura intervienen: la acción que es la recreación narrativa de la historia que constituye trama, planteamiento, nudo o clímax y desenlace, cada secuencia es un episodio. Los personajes seres ficticios creados por el autor de la obra. Espacio donde sucede la obra. El tiempo es externo es el tiempo en el transcurre la acción.
– nivel del discurso (interno). En cuya estructura intervienen: narrador voz que cuenta los hechos. El tiempo interno o tiempo narrado, es decir que informa como va la acción. La perspectiva temporal, en el momento que sitúa el narrador en la relación de los hechos narrados, pasado, presente, futuro. El discurso de los personajes, puede expresar como monólogo interior, discurso directo, indirecto, y directo libre.