Fundamentos filosóficos de la justicia social

¿QUÉ ES EL SER HUMANO? DIMENSIONES PROBLEMÁTICAS DEL SER HUMANO

¿UN SER RACIONAL?: “El hombre es un animal que tiene lógos”. Esta fórmula de Aristóteles distingue al ser humano como el único poseedor de lógos, que suele traducirse como “razón”, pero también significa “palabras” o “lenguaje”. La uníón de estas dos carácterísticas aparentemente contradictoriases lo que le confiere al ser humano una especial posición. Sin embargo no siempre se ha valorado así la racionalidad. Nietzsche consideraba que por ser la razón la carácterística que nos hace diferentes y siendo los únicos que disponemos de ella, somos el caso anómalo, la excepción, la rareza del universo.

¿UN SER SOCIABLE POR NATURALEZA O POR ConvencíÓN?: Afirma que el hombre es “el animal social”, que también se traduce como “el animal político”. Se trata de dos versiones de una forma de entender al ser humano que también debemos a Aristóteles. Lo que quiso expresar es que los seres humanos somos los únicos animales que hacemos sociedad, esto es, que vivimos en ciudades. Para Aristóteles, esta organización social propia de los hombres es, además, una carácterística de nuestra naturaleza. Somos esencialmente sociables. Pero podemos encontrar una idea opuesta. La que sostiene Thomas Hobbes, por ejemplo, según la cual los seres humanos somos agresivos, competitivos y egoístas. Nuestra naturaleza según Hobbes no es social, sino más bien asocial, pero nos damos cuenta que vivir de ese modo trae más dificultades.Para evitar esta situación, hemos convenido en vivir juntos, como un intento de evitar comportarnos como lobos unos con otros.

¿UN SER CONDICIONADO O DETERMINADO? Una de las carácterísticas más discutidas del ser humano es si tiene o no libertad. Jean Paúl Sartre defiende que el hombre es libre. En el momento de nuestro nacimiento no tenemos todavía una naturaleza. En ese momento no somos más que un proyecto que se irá concretando en función de las elecciones que realicemos.Otros pensadores como Baruch Spinoza entiende que la libertad humana es una ficción. En determinadas ocasiones creemos que actuamos con libertad, pero en realidad no sabemos cuales son las causas que nos han determinado a actuar de esa manera.

¿UN SER QUE ES CUERPO Y ALMA? La dimensión corporal del hombre es tan evidente que apenas puede ponerse en duda. Pero también parece claro que no somos un cuerpo como los demás cuerpos, aunque no hay acuerdo acerca de en qué estriba la diferencia. La tradición dualista, según la cual los seres humanos somos alma y cuerpo, arranca ya desde los antiguos filósofos griegos. A predominado la idea de que lo más genuino y propio del hombre es el alma y no tanto el cuerpo,ya que este está sujeto a cambios y transformaciones y finalmente muere mientras que el alma es inmortal. Por ejemplo, Platón consideraba que el alma está encerrada en el cuerpo como en una cárcel. De esa forma, la muerte es, en realidad, la liberación del alma. En esa misma línea, Gabriel Marcel defendía que los hombres son “espíritus encarnados”, es decir, una unidad profunda de sus dos dimensiones. Por otra parte el médico y pensador Pedro Lain Entralgo propuso el concepto de estructura para describir la relación entre lo físico y lo mental o anímico. Se dan dos posiciones principales. (1) La existencia humana es inmanente: No hay ninguna forma de existencia posterior, pues todo lo que es el ser humano desaparece al morir. (2) La existencia humana es trascendente: Por tener una dimensión anímica o espiritual, el ser humano no se agota en el cuerpo, lo que abre la posibilidad de una forma de existencia diferente de la u¡que informan las distintas religiones.

¿QUIENES SOMOS NOSOTROS? EL ENIGMA DE LA IDENTIDAD

IDENTIDAD Y PERSONA: Esta es, posiblemente, la mejor manera de identificarnos a nosotros mismos y a los demás: Somos personas. Según Emmanuel Mounier identificarnos como personas significa que tenemos una interioridad abierta a los demás, que vivimos en sociedad, en proximidad y en amistad, que somos capaces de comunicarnos… Tras el análisis de las principales carácterísticas del ser humano tenemos que concluir que no es fácil dar una definición clara y concreta de lo que somos, ya que principalmente somos algo enigmático o misteriosos. Por definición, el enigma no tiene solución, sino que es necesario vivir con el.

LA EVOLUCIÓN DEL ESTADO MODERNO: La forma política que denominamos <<Estado>> ha pasado por diversas fases de desarrollo en los últimos tres siglos. Estas son las principales fases de dicho desarrollo:

  • El Estado absolutista. En esta primera forma, la de monarquía absoluta, el rey acaparaba todo el poder. De él dependían tanto las leyes como su aplicación. Garantía de derechos: Ninguna: el monarca acumula todo el poder y está por encima de la ley.

  • El Estado liberal de derecho.
    Serán las revoluciones liberales las que se encargarán de acabar con ese poder absolutista y de implantar la idea de que nadie, tampoco el monarca, puede estar por encima de las leyes. Garantía de derechos: Derechos civiles (libertad de conciencia, igualdad ante la ley, garantía legal, libertad de culto, libertad de expresión, etc.)

  • El Estado democrático de derecho. La tradición democrática, nacida entre los antiguos griegos, mantiene que la mejor manera de controlar el poder de los gobernantes y garantizar así la libertad es la participación en la política de los gobernados. Garantía de derechos: Derechos civiles y políticos (sufragio universal, asociación política, a elegir y ser elegido, a ocupar cargos públicos, etc.)

  • El Estado social y democrático de derecho. Las luchas sociales llevadas a cabo por el movimiento obrero a lo largo de los siglos XIX y XX mostraron que no es suficiente con que las leyes recojan el reconocimiento de ciertos derechos para que se pueda asegurar el pleno disfrute de tales derechos, sino que al mismo tiempo es necesario disponer de los recursos necesarios para poder hacer un uso real y efectivo de esas libertades formalmente reconocidas. Garantía de derechos: Derechos civiles, políticos y sociales, económico-culturales, (educación, salud, vivienda, empleo, jubilación, etc.)

ENFOQUES DE LA JUSTICIA

LA JUSTICIA EN PLATÓN: Platón considera que la justicia en la pólis se alcanza cuando los tres grupos sociales principales cumplen el cometido que les corresponde: Los gobernantes han de cultivar las virtudes de la prudencia y la búsqueda permanente de la sabiduría, y de ese modo gobernarán rectamente. Los guardianes, encargados de velar por la defensa exterior y por el orden interno, han de cultivar sobre todo las virtudes militares. Los artesanos y agricultores han de producir los bienes materiales que se necesitan para la subsistencia, cultivando la virtud de la templanza.

LA JUSTICIA COMO IGUALDAD PROPORCIONAL: Aristóteles distingue tres tipos de justicia:
Justicia distributiva, se refiere a la igualdad o equilibrio en el reparto de las cargas y beneficios entre los miembros de la comunidad. Justicia conmutativa, relacionada con el intercambio de bienes y regida por la igualdad de valor. Justicia correctiva, relativa al equilibrio o proporción entre el delito y su correspondiente castigo.

LA JUSTICIA DESDE LA LEY NATURAL: Tomás de Aquino mantiene que la justicia consiste en cumplir dos tipos de leyes: Ley natural, que es la que nos muestra la razón y nos orienta a buscar el bien y evitar el mal. Ley positiva, que es la que establecen las autoridades y que debe estar basada en la ley natural, porque de lo contrario no sería una ley justa.

LA JUSTICIA COMO MAXIMIZACIÓN DE LA UTILIDAD: Siguiendo el proceso ético utilitarista de fomentar la mayor felicidad para el mayor número posible de personas, Jeremy Bentham y John Stuart Mill consideran que el contenido de la idea de justicia es la utilidad general. A esta concepción de la justicia se le han hecho algunas críticas: 1- Hay muchas maneras de entender la felicidad, y por ello el Estado no debería imponer un mismo modelo de felicidad para todos. 2- El criterio de utilidad es indiferente a cómo se distribuyen los beneficios y las cargas entre la población. 3- No se concede ningún valor intrínseco a los derechos y libertades, que pueden sacrificarse en favor de una mayor suma final de la utilidad.

LA JUSTICIA DESDE EL LIBERALISMO PROPIETARISTA: Esta teoría, también llamada <<libertaria>> o <<libertariana>>, ha sido defendida, entre otros, por Robert Nozick. Mantiene que la justicia significa igualdad ante la ley y respeto a la propiedad. A partir de ahí, es el libre intercambio de bienes y servicios en el mercado el que establece toda distribución justa.

EL VALOR DE LA UTOPÍA

Pensadores como Alasdair Macintyre afirman que los derechos humanos no existen, que creer en ellos es como creer en brujas y unicornios, como muestra el hecho de que en su opinión, en ninguna parte se cumplen. Para él la noción de derechos humanos es una ficción moral que pretende proveernos de un criterio intersubjetivo de justicia, pero ese criterio es demasiado abstracto, y por ello resulta inútil inservible para mejorar la sociedad. Podemos considerar los derechos humanos como una utopía, como un sueño imposible.

La palabra utopía no solo tiene este significado negativo, equivalente a ficción o sueño imposible de realizar. Cuándo Tomás Moro inventa en neologismo utopía, sigue una tradición de pensamiento dónde la descripción de una sociedad ideal sirve de para criticar la existente, para ayudar a buscar las causas de la injusticia y buscar soluciones. Moro escribíó utopía como un relato desde el que criticar la sociedad y el gobierno de su época, no como una sociedad que exista o pueda existir.

El orígen del pensamiento utópico no es otro que el deseo de cambio y transformación social derivado de la insatisfacción o desacuerdo con la sociedad en la que se vive. Las sociedades, sus costumbres leyes e instituciones, son productos humanos, depende de nuestra libertad y voluntad de acción, y como tales, son modificables, se pueden mejorar.

El pensamiento utópico se dirige hacia ese “debería ser”, hacia el tipo de sociedad que deriva de la razón. Al presentar un modelo alternativo de sociedad lo que se pretende es ofrecer orientaciones para el cambio social y político, descubrir nuevas posibilidades que la realidad encierra y que hasta ahora no han sido utilizadas. No se trata de simples fantasías sino de la oferta de una nueva forma de entender lo que somos y lo que queremos ser: un horizonte desde el que criticar la sociedad existente.

Los derechos humanos se deben interpretar como una utopía realista puesto que no nos presentan una sociedad futura e ideal, sino las condiciones necesarias para que la dignidad humana pueda realizarse en la práctica. Desde esta concepción de los derechos humanos, el pensamiento utópico no puede dejar de ser un pensamiento crítico: nos sirve para criticar la injusticia presente en nuestras sociedades y para buscar alternativas de acción, nuevas posibilidades de cambio y mejora social.