El surgimiento de la filosofía occidental en Grecia. Cosmovisión mítica y teorización filosófica.
La filosofía occidental nació en Grecia alrededor del siglo VI a.C. Este momento marcó una ruptura con las explicaciones míticas tradicionales del mundo y dio paso a una reflexión racional y sistemática sobre la realidad. Este cambio se dio por diversos factores:
Las polis (ciudades-estado) griegas fomentaron la participación ciudadana y el debate en asambleas, lo que estimuló el pensamiento crítico y la reflexión sobre temas sociales, políticos y éticos. Aunque la filosofía rompió con las explicaciones míticas, los mitos proporcionaron una base para reflexionar sobre cuestiones universales, como el origen del cosmos, el destino humano y la justicia.
ARISTÓTELES: La doctrina de las causas, El movimiento y el cambio: potencia y acto + Crítica a la teoría de las ideas de Platón: el Hilemorfismo.
La doctrina de las causas
Aristóteles desarrolló una teoría sobre las causas para explicar los fenómenos del mundo natural, afirmando que todo lo que existe tiene una explicación que puede entenderse a través de cuatro tipos de causas:
– Causa material: Es la materia de la que está hecho algo.
– Causa formal: Es la forma o estructura que define la esencia de un objeto.
– Causa eficiente: Es el agente o proceso que genera el cambio o la existencia de algo.
– Causa final: Es el propósito o finalidad para la que algo existe.
Para Aristóteles, la causa final era especialmente importante, ya que creía que todo en la naturaleza tiene un propósito.
El movimiento y el cambio: potencia y acto
Aristóteles también reflexionó sobre el movimiento y el cambio en la naturaleza, introduciendo los conceptos clave de potencia y acto:
– Potencia: Es la capacidad o posibilidad de llegar a ser algo.
– Acto: Es la realización o actualización de esa potencia.
El movimiento, según Aristóteles, es el paso de la potencia al acto. Por ejemplo, una vasija de arcilla es creada al transformar la arcilla (en potencia) en una vasija (en acto) mediante el trabajo de un alfarero.
El primer motor inmóvil
Aristóteles planteó que todo movimiento tiene una causa, pero para evitar una regresión infinita de causas, postuló la existencia de un Primer Motor Inmóvil, una entidad eterna, inmaterial y perfecta que es la causa última del movimiento en el universo, aunque ella misma no es movida por nada más. Este concepto es fundamental en su metafísica y está relacionado con su idea de Dios.
Crítica de Aristóteles a la teoría de las Ideas de Platón
Aristóteles rechazó la separación entre el mundo sensible y el mundo inteligible que proponía Platón. Para él, las esencias o formas no existían en un mundo aparte, sino que estaban presentes en los propios objetos materiales del mundo sensible. Criticó que la teoría platónica no explicaba adecuadamente cómo las Ideas interactuaban con los objetos sensibles ni cómo se daba la “participación” de los objetos en esas Ideas. Además, señaló que el concepto de participación era vago y que la teoría llevaba al problema del “tercer hombre”, generando una regresión infinita.
Como alternativa, Aristóteles propuso el hilemorfismo, según el cual todos los seres están compuestos de materia (el componente potencial) y forma (el componente actual que organiza y da función a la materia). Mientras Platón separaba las Ideas del mundo sensible, Aristóteles defendía que la forma y la materia son inseparables, y que esta unión explica tanto la naturaleza de los seres como sus cambios.
En resumen, Aristóteles reemplazó la visión dualista de Platón con un enfoque más empírico y práctico, centrado en el análisis de las cosas del mundo sensible como una combinación intrínseca de materia y forma. Esto marcó una ruptura fundamental con el idealismo platónico.
PLATÓN: La noción del bien, Dualismo antropológico: cuerpo y alma. Teoría del alma y las virtudes y la ciudad ideal.
La noción del Bien
Para Platón, el Bien es el principio supremo que da sentido y existencia a todas las Ideas. Es comparable al sol en el mito de la caverna, ya que ilumina el mundo inteligible y permite conocer la verdad. El Bien es la causa última de la realidad y el objetivo más elevado del conocimiento humano. En términos éticos, alcanzarlo conduce a la justicia y a una vida virtuosa.
Dualismo antropológico: cuerpo y alma
Platón plantea un dualismo antropológico según el cual el ser humano está compuesto por cuerpo y alma. El cuerpo pertenece al mundo sensible y está sometido al cambio y las pasiones, actuando como una prisión para el alma. En cambio, el alma es inmortal, inmaterial y pertenece al mundo inteligible. Su verdadera misión es contemplar las Ideas, pero esta se ve obstaculizada por su unión con el cuerpo.
Teoría del alma y las virtudes
El alma tiene tres partes: la racional, que busca el conocimiento y cuya virtud es la sabiduría; la irascible, que representa el coraje y cuya virtud es la fortaleza; y la apetitiva, responsable de los deseos físicos y cuya virtud es la templanza. La justicia surge cuando estas tres partes están en equilibrio, con la razón gobernando sobre las otras dos.
La ciudad ideal
La ciudad ideal, descrita en La República, refleja la estructura del alma. Está dividida en tres clases sociales: los gobernantes, que representan la razón y gobiernan con sabiduría; los guardianes, que simbolizan la voluntad y protegen la ciudad; y los productores, que satisfacen las necesidades materiales. La justicia en la ciudad se logra cuando cada clase cumple su función, y los gobernantes son filósofos-reyes, quienes conocen el Bien y, por tanto, están capacitados para gobernar.
ARISTÓTELES: Teoría del alma + Teoría política: sociabilidad y regímenes políticos
Teoría del alma de Aristóteles
Para Aristóteles, el alma es el principio vital que explica las funciones y actividades de los seres vivos. A diferencia de Platón, Aristóteles no separa radicalmente el alma del cuerpo, sino que las considera como una unidad: el alma es la forma (morphé) del cuerpo, que es su materia (hylé). Juntas conforman un todo inseparable, siguiendo su teoría del hilemorfismo. Aristóteles distingue tres tipos de almas, según las capacidades de los seres vivos:
– Alma vegetativa: Propia de las plantas, es responsable de funciones básicas como la nutrición y el crecimiento.
– Alma sensitiva: Propia de los animales, incluye las capacidades de percepción, movimiento y deseo.
– Alma racional: Exclusiva de los seres humanos, permite el pensamiento, la deliberación y la búsqueda del conocimiento.
El alma racional es la parte más elevada y se divide en dos: la parte práctica, que guía las acciones, y la parte teórica, que busca el conocimiento por sí mismo. La felicidad (eudaimonía), el objetivo supremo del ser humano, se alcanza cuando la parte racional se desarrolla plenamente.
Teoría política: sociabilidad y regímenes políticos
La sociabilidad humana
Aristóteles define al ser humano como un animal político (zoon politikón), que encuentra su realización en la vida en comunidad. Según él, el ser humano es naturalmente sociable, ya que solo en sociedad puede alcanzar su pleno desarrollo y vivir una vida virtuosa. La polis (ciudad-estado) es la forma más alta de organización social, porque permite a sus ciudadanos no solo satisfacer sus necesidades básicas, sino también alcanzar la virtud y la felicidad.
Regímenes políticos
En su obra Política, Aristóteles analiza los distintos tipos de regímenes políticos, clasificándolos según quién gobierna y si lo hacen en beneficio propio o del bien común:
Monarquía: Gobierno de uno solo orientado al bien común. Su degeneración es la tiranía, donde el gobernante busca su propio beneficio.
Aristocracia: Gobierno de unos pocos virtuosos. Su degeneración es la oligarquía, donde los gobernantes buscan su propio interés económico.
Politeia: Gobierno de muchos en beneficio de todos (es un sistema mixto). Su degeneración es la democracia en sentido negativo, entendida como el gobierno de la multitud que persigue intereses egoístas.
Aristóteles considera que el mejor régimen político es el que se adapta a las circunstancias de cada polis, pero idealmente defiende la politeia porque combina estabilidad y participación ciudadana.