Primeros Años y Formación (1746-1773)
Francisco de Goya y Lucientes nació en Fuendetodos, Zaragoza, el 30 de marzo de 1746. Allí comenzó su aprendizaje en el taller de José Luzán. En 1770, viajó a Italia y se presentó al concurso de la Academia de Parma. A su regreso a España, en 1771, pintó los frescos del coreto de la Basílica del Pilar en Zaragoza. En 1773, se estableció en Madrid y contrajo matrimonio con Josefa Bayeu, hermana del pintor Francisco Bayeu.
Inicios en la Corte y Cartones para Tapices (1774-1792)
En 1774, Goya pintó los murales para la Cartuja del Aula Dei, caracterizados por colores cálidos y una factura abocetada. Francisco Bayeu y Rafael Mengs lo introdujeron en el ambiente cortesano. Como pintor, debía atenerse a los deseos de quienes encargaban las obras, pero siempre lograba imprimir un sentido de vida y anticonformismo. Goya cultivó todos los géneros y temas. Entre 1774 y 1792, trabajó en la realización de cartones para la Real Fábrica de Tapices de Santa Bárbara, dirigida por Mengs. En estos cartones, predominan los temas costumbristas, con personajes, trajes y escenas madrileñas representados con naturalidad y colorido. Los cartones se suceden en varias series, con una calidad de estilo cada vez más madura y moderna, como se aprecia en obras como *Baile a orillas del Manzanares* y *El quitasol*. Los cartones para tapices son el mejor exponente de su interés por lo popular. También realizó series de copias de Velázquez.
Ascenso en la Corte y Reconocimiento (1780-1792)
En 1780, Goya fue admitido en la Real Academia de Bellas Artes de San Fernando, para la que pintó un *Cristo crucificado*. Mientras creaba los cartones, fue nombrado pintor del rey (1786) y pintor de cámara de Carlos IV (1789), puesto en el que lo mantuvo luego Fernando VII. Realizó numerosos retratos de la familia real, la nobleza, políticos y escritores. Como retratista, evolucionó desde un estilo brillante y decorativo hasta centrarse en lo más íntimo de la realidad psíquica del personaje. En 1784, nació su hijo Francisco Javier.
Enfermedad y Cambio Estilístico (1792-1808)
En 1792, durante un viaje a Andalucía, Goya cayó enfermo y quedó sordo. Esta experiencia lo transformó en un pintor crítico y amargo. Los colores se volvieron más oscuros y su modo de pintar, más libre y expresivo. En 1799, publicó *Los Caprichos*, su primera obra personal, compuesta por 80 estampas en aguafuerte y aguatinta, con temas de crítica social, escenas de galanteo y brujería. Al mismo tiempo, realizó su obra maestra: la decoración de la ermita de San Antonio de la Florida.
Retratos Destacados
- *Carlos III*
- *La familia del infante Don Luis*
- *Carlos IV y la reina María Luisa*
- *La familia de Carlos IV*
- *Fernando VII*
- *Retratos del Duque y la Duquesa de Alba*
- *Duques de Osuna*
- *Duques de Medinaceli*
- *Conde Fernán Núñez*
- *Conde de Floridablanca*
- *Condesa de Chinchón*
- *Jovellanos y Moratín*
- *La Maja desnuda* y *La Maja vestida* (1800-1801), de ejecución suprema.
Obras de Crítica Social y la Guerra de la Independencia (1808-1814)
De este periodo son obras como *La procesión de los disciplinantes*, *La casa de locos*, *La corrida de toros*, *El tribunal de la Inquisición* y *El entierro de la sardina*. La Guerra de la Independencia española marcó profundamente la pintura de Goya. Como liberal, retrató los acontecimientos bélicos con todo su horror y desde el punto de vista de sus víctimas, como se aprecia en *Los Desastres de la Guerra*, *La carga de los Mamelucos del dos de mayo* y *Los fusilamientos en la montaña del Príncipe Pío del tres de mayo*. La representación del tres de mayo es una de las más dramáticas y dolorosas de la historia, con una paleta reducida al ocre, negro, blanco y rojo.
Últimos Años en Madrid y la Quinta del Sordo (1812-1824)
En 1812, murió su esposa Josefa. A partir de entonces, se le relacionó con Leocadia Zorrilla de Weiss hasta su muerte. En 1814, con la vuelta a Madrid de Fernando VII, se desató una brutal persecución contra los liberales, pero Goya se libró. En 1815, comenzó una nueva serie de estampas, *La Tauromaquia*, formada por 33 grabados con temas del toreo, para ilustrar un texto de Moratín, con una técnica excelente y un estilo maduro. En 1819, pintó sus composiciones religiosas más conmovedoras: *La última comunión de San José de Calasanz* y *El Cristo en el monte de los Olivos*. También descubrió la técnica litográfica. A finales de ese año, cayó enfermo y comenzó sus *Pinturas Negras*. En 1819, compró la Quinta del Sordo, junto al río Manzanares. Entre 1820 y 1822, decoró dos salones al óleo con temas de brujería y demoníacos, con una visión del mundo monstruosa, utilizando el gris, negro, ocre y blanco, y pinceladas rápidas. Las 14 obras están realizadas al óleo sobre la pared preparada a la cal, entre ellas: *Saturno devorando a su hijo*, *Dos viejos comiendo sopa*, *La romería de San Isidro* y *El Aquelarre*. Después pintó *Los disparates*, la serie más difícil de interpretar.
Exilio en Burdeos y Muerte (1824-1828)
En 1824, Goya se exilió a Francia. En Burdeos, junto a otros exiliados, vivió una etapa de relativa felicidad, iniciando una etapa llamada “melancolía”, con colores más claros y figuras bellas de jóvenes, como en *La lechera de Burdeos*. Francisco de Goya murió en Burdeos el 16 de abril de 1828, acompañado por su nuera y su nieto Mariano. Fue enterrado en el cementerio de la Cartuja, tras un funeral en la iglesia de Notre Dame. En 1899, sus restos fueron trasladados a España y, finalmente, en 1919, fueron depositados en la ermita de San Antonio de la Florida. Goya es considerado uno de los grabadores más importantes de la historia.