Formación del Mapa Político de la Península Ibérica en la Edad Media

La Formación de los Primeros Núcleos Cristianos de Resistencia (siglos VIII-X)

En las zonas montañosas de la Cordillera Cantábrica y de los Pirineos se organizaron, a partir del siglo VIII, varios núcleos de resistencia cristiana al Islam. Eran las zonas más atrasadas y pobres de la Península, y su clima y las dificultades orográficas resultaban poco atractivas para los musulmanes. Estas circunstancias facilitaron el surgimiento de los cuatro primeros focos de resistencia frente al Islam que, con el tiempo, se convirtieron en reinos y estados independientes.

El Reino Asturleonés

En la zona cantábrica habitada por los astures, se refugiaron algunos nobles visigodos y se organizó el foco de resistencia más antiguo.

El origen del reino asturleonés se establece a comienzos del siglo VIII, cuando se proclamó rey a Pelayo, quien dirigió la lucha contra los musulmanes en la batalla de Covadonga (722). Aunque tal vez fue solo una pelea, las crónicas posteriores le concedieron un carácter épico lleno de relaciones religiosas.

Alfonso II (791-842) trasladó la corte a Oviedo. Durante su reinado se descubrió el sepulcro del apóstol Santiago en Compostela, convirtiéndose en núcleo de peregrinación cristiana. Con Alfonso III (869-910) el reino se extiende hasta el Duero y establece la capital en León. El reino astur se transformó en el Reino de León.

El siglo X fue un período de crisis. Fernán González (927-970), conde castellano, aprovechó un momento de debilidad de la monarquía para reunir bajo su autoridad varios condados y formar el condado de Castilla, cuya autonomía respecto de León se ha interpretado tradicionalmente como una verdadera independencia. Más tarde, Castilla pasará a formar parte de los dominios del monarca Sancho III el Mayor de Navarra.

El Reino de Pamplona

La ciudad de Pamplona se rebeló contra el emirato de Córdoba en el año 799 y pasó a depender del reino franco, que estableció en la región un conde vasallo de Carlomagno. Sin embargo, la familia Arista de Pamplona expulsó a los francos y estableció alianzas alternativas con los musulmanes de Zaragoza y con los reyes astur-leoneses para mantener su independencia. Algunos autores consideran a Íñigo Arista el primer rey de Pamplona (año 810).

A principios del siglo X se produjo la caída de los Arista y el acceso al poder de la familia Jimena. Sancho Garcés I extendió el reino hacia el sur. Su sucesor, García Sánchez I, incorporó el condado de Aragón. Su mayor esplendor lo alcanzará con Sancho III el Mayor (1004-1035), cuando se convierte en el reino cristiano más poderoso. De él surgirán los reinos de Castilla y de Aragón.

El Condado de Aragón

Este condado, habitado por una escasa población de montañeses ganaderos, surgió en torno a Jaca a comienzos del siglo IX. Aznar Galindo, noble local, estableció una dinastía hereditaria. Sus sucesores intentaron mantener su independencia frente a francos y andalusíes, y acordaron alianzas matrimoniales con los reyes de Navarra, quienes acabaron por anexionarse el territorio.

Los Condados Catalanes

La Marca Hispánica fue dividida en condados, al frente de cada cual estaba un conde nombrado por el rey franco. Acabaron independizándose, encabezados por el condado de Barcelona. En este proceso destacan dos figuras: Wifredo el Velloso (874-898), quien reunió bajo su mando los principales condados catalanes y gobernó con plena autonomía, aunque se mantuvo como vasallo del rey franco; y Borrell II (947-992), quien rompió el juramento de fidelidad y los condados catalanes se convirtieron en territorios independientes bajo la hegemonía de Barcelona.

La Consolidación de los Reinos Cristianos (s. XI-XII)

A comienzos del siglo XI, los territorios cristianos representaban aproximadamente un tercio de la Península y estaban distribuidos en tres grandes unidades políticas: el Reino de Pamplona, el Reino de León y los condados catalanes.

Pero entre los siglos XI y XIII se produjeron importantes cambios, debido a tres factores:

  • La reconquista cristiana, con un espectacular avance hacia el sur de los reinos cristianos. El término reconquista sugiere la recuperación por los reinos cristianos del territorio del reino visigodo que había caído bajo el Islam. Es entre los siglos XI y XIII cuando se produce la gran expansión territorial. Los factores de este proceso fueron: el excedente demográfico del norte, la consolidación de la idea de reconquista como recuperación de la herencia visigoda y el ideal de cruzada contra los infieles que se extiende a través del Camino de Santiago.
  • Los enfrentamientos entre los territorios cristianos, con modificación de fronteras.
  • La concepción patrimonial de la monarquía. La tendencia de los monarcas a considerar los territorios de su reino como patrimonio particular provocó dos situaciones: por un lado, la unificación de territorios mediante enlaces matrimoniales o la división del territorio en varios, por reparto entre los herederos.

Entre los siglos XI-XIII, los acontecimientos que irán definiendo el mapa político de la Península:

  • Nacimiento de los reinos de Castilla y Aragón (siglo XI). El siglo XI comienza con el predominio del reino de Navarra en la zona cristiana, que con Sancho III el Mayor (1004-1035) había incorporado los condados de Castilla y Aragón. A su muerte, dividió el reino entre sus hijos, surgiendo como reinos independientes Castilla (Fernando I) y Aragón (Ramiro I). El Reino de Pamplona le correspondió a García; a partir del siglo XII se le conoce como Reino de Navarra y orienta su política hacia Francia, pues Aragón y Castilla le cerraban el paso por el sur, impidiéndole la expansión territorial, aunque Navarra estuvo unida a Aragón en varias ocasiones (con Pedro I y Alfonso I de Aragón).
  • La unión de Aragón y Cataluña (siglo XII). El reino de Aragón consolidó su expansión con Alfonso I el Batallador (1104-1134), que conquista Zaragoza (1118). A su muerte, Navarra se separó de Aragón y su hermano Ramiro II el Monje (1134-1137) se convirtió en rey de Aragón. Casó a su hija Petronila con el conde Ramón Berenguer IV de Barcelona (1137-1162), formándose la Corona de Aragón.
  • Independencia del Reino de Portugal (siglo XII). Portugal era un condado del Reino de León. En 1139, el conde Alfonso I (nieto de Alfonso VI) se proclama rey de Portugal y consigue la independencia. En 1147 conquista Lisboa.
  • Unión definitiva de Castilla y León (siglo XIII). Entre los siglos XI-XIII, Castilla y León protagonizan un proceso de uniones (con Fernando I y Alfonso VI) y separaciones que culminó con la unión definitiva de Castilla y León en 1230 con Fernando III el Santo.

El siglo XIII es el periodo de las grandes conquistas y la gran expansión cristiana. Comienza con la victoria de una alianza de reinos cristianos dirigida por Alfonso VIII de Castilla (Castilla, Aragón, Portugal y Navarra) sobre los almohades en la batalla de las Navas de Tolosa (1212). Con esta victoria se abre la reconquista de los valles del Guadiana, Guadalquivir, Turia, Júcar y Segura.

  • El reino de Portugal alcanzó las tierras del Algarve con la conquista de Faro (1249).
  • El reino de León, con Alfonso IX, incorporó Extremadura (Cáceres, Mérida y Badajoz).
  • Castilla y León, ya definitivamente unidos con Fernando III el Santo, conquistó el valle del Guadalquivir: Jaén, Córdoba, Sevilla (1248); su hijo, Alfonso X el Sabio, conquistó Murcia, Huelva y Cádiz.
  • Corona de Aragón: Jaime I el Conquistador conquistó las Baleares y Valencia, que se incorporaron como reinos de Mallorca y Valencia con sus propias instituciones. A finales del siglo XIII quedaron constituidos los cinco territorios peninsulares de la Baja Edad Media: la Corona de Castilla, la Corona de Aragón, el Reino de Portugal, el Reino de Navarra y el Reino nazarí de Granada.