Filosofía Medieval: El Pensamiento de San Agustín

Fe y Razón

San Agustín enciende la filosofía como búsqueda de la verdad, una verdad cristiana y divina (Dios). La búsqueda de la verdad conduce a la vida plena y feliz, y esta verdad se conoce a través de dos vías que colaboran:

  • La razón filosófica: Nos acerca a la verdad de manera parcial.
  • La fe: Nos permite conocer la verdad divina plenamente.

Ambas, razón y fe, colaboran en la búsqueda de la verdad divina, que es el fin último del ser humano. La razón nos guía en esta búsqueda, mientras que la fe nos permite alcanzar las verdades más elevadas y fundamentales (Dios y el alma humana). Finalmente, la razón nos ayuda a comprender mejor la verdad divina.

Conclusiones

La fe es superior a la razón, ya que gracias a ella podemos conocer la verdad fundamental para nuestra salvación. La razón se convierte en un instrumento de aclaración para la fe (teología) y queda subordinada a ella. Por lo tanto, razón y fe colaboran en la búsqueda de la verdad, que es el fin del ser humano. San Agustín expresa esta colaboración así: “cree para entender, entiende para creer”.

En definitiva, en San Agustín no hay una distinción clara entre fe y razón.

El Conocimiento de la Verdad

La felicidad (fin último del ser humano) se alcanza a través de la sabiduría (necesidad fundamental de conocimiento), que nos proporciona una vida buena y feliz. Contra los escépticos, San Agustín defiende la certeza de la propia existencia: “Yo puedo poner en duda mis conocimientos, pero no puedo poner en duda mi existencia, en tanto que dudo”. Esta es la primera verdad que el alma descubre en sí misma a través de un proceso de interiorización. Para San Agustín, todo conocimiento comienza con este proceso, es decir, para buscar la verdad es necesario ir del exterior al interior.

Niveles de Conocimiento

San Agustín distingue dos niveles de conocimiento:

Conocimiento Sensible

(Común a los animales). Es un nivel inferior de conocimiento en el que los sentidos reciben las impresiones de la realidad material y cambiante. A partir de estas impresiones, el alma forma una imagen sensible. Este conocimiento da lugar a la opinión, que es un conocimiento inseguro y, por lo tanto, no es conocimiento en sentido estricto.

Conocimiento Racional

(Exclusivo del ser humano). Se distinguen dos niveles:

  • Conocimiento discursivo o ciencia: Es la actividad inferior de la razón y consiste en el conocimiento de lo universal en las cosas sensibles, a partir de ideas impresas en el alma.
  • Conocimiento intuitivo o sabiduría: Es la actividad superior de la razón y consiste en la contemplación teórica de las verdades universales y necesarias, es decir, de las ideas eternas e inmutables, mediante la razón.

Dios y el Mundo

Dios es el centro del pensamiento de San Agustín. Dios es verdad y razón de toda verdad, y la felicidad consiste en la unión con Dios en la otra vida. Para alcanzarla, se necesita la ayuda de la gracia divina, el favor divino y gratuito que Dios concede a los elegidos para ponerlos en el camino de la salvación.

La Existencia de Dios

San Agustín no ofrece una demostración racional y sistemática de la existencia de Dios, sino una serie de argumentos que muestran la realidad de su existencia:

  • El orden y la belleza del mundo ponen de manifiesto que este no se ha hecho a sí mismo, sino que ha sido creado por un ser superior. Luego, Dios existe.
  • Dios se muestra a través de sus efectos.
  • Todos los seres humanos coinciden en considerar que existe un ser superior al que deben su existencia. Por lo tanto, Dios existe.
  • La existencia de verdades eternas e inmutables prueba la existencia de Dios, que es eterno e inmutable. Estas verdades no pueden proceder de nosotros, que somos imperfectos, cambiantes y mortales. Por lo tanto, Dios existe (argumento más sólido).

La Esencia de Dios

Dios es inefable, no se puede comprender ni expresar lo que es Dios mediante el lenguaje. San Agustín recurre a la Biblia y a la siguiente afirmación: “Yo soy el que soy”. Con esto, se quiere decir que Dios es el ser mismo, puesto que es el único ser inmutable. Las criaturas, en cambio, son carentes de ser porque están sometidas al cambio. Aunque nunca podremos alcanzar un conocimiento pleno de Dios, sí podemos establecer una serie de atributos:

  • Inmutable: No cambia.
  • Perfección pura: Reúne todas las perfecciones.
  • Bien supremo: Bien absoluto, causa de todos los bienes.
  • Uno: Existe un único Dios, que es el principio de todas las causas.

San Agustín defiende la naturaleza trinitaria de Dios: Dios es tres personas en una única sustancia: Dios Padre, Dios Hijo y Dios Espíritu Santo.

La Creación del Mundo

Siguiendo al cristianismo, San Agustín afirma que Dios ha creado el mundo a partir de la nada por un acto voluntario y libre. El mundo no es eterno, tiene un principio y un final. Solo Dios es eterno y trascendente (está fuera de este mundo).

Dios ha creado el mundo tomando como modelo las ideas que están en su mente, las cuales se convierten en los arquetipos de las cosas. La creación implica que las cosas creadas por Dios son contingentes, puesto que existen y son así porque Dios lo ha querido. Solo Dios es necesario. El mundo y el ser humano tienen su razón de ser en Dios, pero Dios tiene su razón de ser en sí mismo.

San Agustín recurre a la noción estoica de “razones seminales” para explicar la generación de nuevos seres. Estas razones seminales son semillas invisibles creadas por Dios al comienzo del mundo, que darían lugar, cada una a su tiempo y de acuerdo con los planes divinos, a la aparición de nuevos seres. Por lo tanto, sería necesaria la intervención de Dios en el mundo después de la creación.

Visión Jerárquica del Mundo

San Agustín presenta una visión jerárquica del mundo:

en la cima se sitúa dios, como la causa de todo lo que existe, después, las almas, realidades espirituales y materiales y temporales que busca la verdad sí mismas, y por último, los cuerpos y la realidad de materiales, que también han sido creadas por dios.