El Reinado de Fernando VII: Absolutismo y Liberalismo en España

Semblanza del Rey

Fernando VII, uno de los monarcas más controvertidos de la historia española, ha sido objeto de numerosas críticas. Si bien no se le considera un gran estadista, es importante contextualizar su reinado, marcado por una compleja situación que le impidió gobernar con la misma tranquilidad que sus predecesores. De carácter sencillo, disfrutaba del contacto con el pueblo, la lectura y la música. Sin embargo, la elección de consejeros inadecuados lo llevó a gobernar a través de camarillas, lo que perjudicó la imagen de la corona. Su rasgo más destacado fue la desconfianza.

Etapas del Reinado de Fernando VII

1. 1808-1814: Guerra de la Independencia.
2. 1814-1820: Sexenio Absolutista.
3. 1820-1823: Trienio Liberal.
4. 1823-1833: Década Ominosa.

El Sexenio Absolutista (1814-1820)

Tras la Guerra de la Independencia, los liberales buscaban la aceptación de la Constitución de 1812 por parte de Fernando VII. Sin embargo, el monarca, con el apoyo de la mayoría del pueblo español, optó por suprimir la Constitución y restaurar el absolutismo. En Valencia, 69 diputados presentaron el Manifiesto de los Persas, defendiendo la monarquía absolutista, lo que sirvió de pretexto a Fernando VII para abolir la Constitución de 1812, aunque permitió ciertas libertades, como la de imprenta. El objetivo del rey era retornar a la situación de 1808. No hubo represión hacia los afrancesados, y los exiliados fueron regresando a España. El gobierno de Fernando VII no fue positivo para el país, en parte debido a las consecuencias de la Guerra de la Independencia y la situación en las colonias americanas, que agravaron la crisis económica. La falta de fondos públicos impidió la reconstrucción del país. Esta situación y la vuelta al absolutismo impulsaron a los liberales a iniciar un movimiento de Pronunciamientos, golpes militares con fines políticos. En estos pronunciamientos se distinguen tres actores principales:

1. Liberales: Aportaban las ideas.
2. Burguesía de Negocios: Financiaban el movimiento.
3. Militares: Proporcionaban la fuerza.

Los pronunciamientos, dirigidos por exguerrilleros, se basaban en la conspiración y el apoyo de asociaciones secretas. La falta de apoyo popular explicaba el fracaso de la mayoría de ellos. En enero de 1820, el pronunciamiento triunfó gracias a la sublevación del ejército reunido en Andalucía para ser enviado a América, liderado por el Coronel Quiroga y el Comandante Riego. Tras meses de incertidumbre, los sublevados se impusieron y Fernando VII juró la Constitución de 1812.

El Trienio Liberal (1820-1823)

El Trienio Liberal fue una época inestable. El gobierno liberal se vio cuestionado tanto por la división interna entre liberales como por la oposición de los realistas. Los liberales se dividieron en dos grupos: los moderados (doceañistas) y los exaltados (veinteañistas). Los exaltados, autores de la revolución de 1820, cedieron el poder a los moderados, redactores de la Constitución de 1812. Los exaltados criticaban la lentitud de las reformas. Mientras los moderados, herederos de la Ilustración, abogaban por la tolerancia y el progreso, los exaltados propugnaban la revolución. El gobierno moderado se centró en dos leyes principales: la Ley de Mayorazgo y la Ley de Monacales. Esta última, que transfería los bienes de la Iglesia al Estado para su posterior venta, tuvo un impacto limitado debido a la corta duración del régimen. El gobierno liberal se vio condicionado por:

1. Sociedades secretas: Proliferaron durante este periodo.
2. Sociedades patrióticas: Desarrollaban una labor pública de debate político, que en ocasiones derivaba en manifestaciones.
3. Milicia Nacional: Cuerpo armado al margen del ejército, formado por exaltados, para defender el régimen.
4. Prensa y folletos: Buscaban el apoyo popular para la causa exaltada.

A partir del verano de 1821, se produjeron levantamientos en la periferia de España (Cádiz, La Coruña, Valencia, Málaga), en lo que se conoce como Sobre Revolución. Los exaltados buscaban el poder, mientras los realistas se organizaban en la Regencia de Seo de Urgel. Esta inestabilidad perjudicó la acción del gobierno. En julio de 1822, una sublevación de la Guardia Real, que pretendía moderar al gobierno, provocó la caída del gobierno moderado de Martínez de la Rosa y el nombramiento de un gobierno exaltado presidido por Evaristo San Miguel. Este gobierno, sorpresivamente moderado, intentó mantener el orden público, suspendió algunas sociedades patrióticas y buscó el entendimiento con Fernando VII. Sin embargo, el rey contactó con monarcas absolutistas europeos para derrocar el régimen liberal, lo que, sumado a la división entre liberales, dificultó la labor del gobierno. La Santa Alianza, reunida en Verona, acordó intervenir en España. Francia organizó un ejército, los Cien Mil Hijos de San Luis, al mando del Duque de Angulema, que invadió España en abril de 1823. La resistencia española fue escasa, y el ejército francés llegó rápidamente a Cádiz, donde Fernando VII estaba retenido por los liberales. Tras la rendición de Cádiz, Fernando VII fue liberado y restauró el absolutismo.