Personajes que intervienen en la acción principal:
La narradora-escritora (Carmen): Es la protagonista de la obra, quien revela su identidad progresivamente mediante la letra C., diversos datos biográficos y recuerdos. La protagonista se caracteriza por la necesidad de fugarse de la realidad que le rodea y padece una crisis creativa. Recurre a la ficción, reflexionando sobre el pasado y su experiencia personal. Rechaza los trabajos domésticos y las obligaciones sociales.
El hombre de negro (Alejandro): Aparece en el 2º capítulo y representa la figura del interlocutor idealizado, quien ayuda a la narradora-protagonista a construir la memoria que busca con tanto deseo gracias al diálogo. Existen distintas interpretaciones sobre esta figura: desdoblamiento de la narradora, demiurgo, lector…
Carola: Compañera sentimental de Alejandro, que se presenta en el capítulo V a través de una llamada telefónica. A través de Carola se conoce el carácter de Alejandro, maltratador. Carola se atreve a vivir el amor con toda su intensidad.
Rafael: Primo de Carola. Solo interviene 3 veces escuetamente para preguntar por Alejandro y la identidad de la protagonista.
Hija: Aparece en el último capítulo. Llega de madrugada de fiesta y representa la mujer de la época, que puede salir de noche y ser libre.
Personajes a los que se alude:
Padre: Es de ideas liberales, aunque no radical en sus pensamientos, de ahí su sentido práctico. Uno de sus hermanos fue fusilado por socialista. Estudió leyes en Madrid y ejerció como notario.
Madre: A diferencia de la abuela, acepta con naturalidad su papel como ama de casa. Se aprecia en ella resignación, obligada a no poder estudiar. Sin embargo, defiende que la protagonista se desarrolle profesionalmente.
Hermana: Es la compañera de juegos de la protagonista en el 4º de atrás y representa su anclaje en el mundo real.
Amiga de la infancia: Supone un cambio en la mentalidad de la protagonista. Gracias a ella, sustituye los juguetes por la fantasía. Con ella escribe su primera novela rosa.
Símbolos
El espejo: En él, la mirada recupera imágenes del pasado. La imagen reflejada devuelve a la protagonista las personas que ha sido en diferentes momentos de su vida y permite su desdoblamiento.
La cajita dorada: Contiene píldoras que dan a los recuerdos espontaneidad. Sus propiedades son muy beneficiosas para la memoria, la desatan.
La cortina roja: Acota el espacio de la ficción. Establece los márgenes de la escena en que tiene lugar la representación el diálogo con el invitado.
La cesta de costura: Es un baúl de los recuerdos. En su interior están los materiales con los que trabaja la escritora, cada objeto es una vivencia pasada y lleva un recuerdo.
El escondite inglés: El tiempo que ha pasado de manera tramposa, como a espaldas de la protagonista, sin sentido. Es el espacio donde se gesta la literatura.
Las piedrecitas blancas: Son las marcas que señalan el camino de ida y de vuelta. El invitado le propone que se olvide de ellas y se pierda en el laberinto de la memoria.
El mobiliario: Es un testigo del paso del tiempo. En este sentido, el viejo aparador de madera de castaño heredado de la familia materna es el de mayor protagonismo y representa al testigo callado que ha sobrevivido a diferentes generaciones.
El teléfono: Marca las transiciones entre realidad y ficción. La primera llamada es realizada por el hombre de negro y la segunda, por Carola.
La cucaracha: Es la concreción del miedo. El miedo es personal, por eso el insecto aparece ante quien lo experimenta y representa el temor a lo desconocido.
El sombrero negro: Es evidente su relación con el poder de la creación, que confiere a su dueño una aureola mágica. Debajo de este sombrero, la novela va construyéndose.
Cunigan: Cunigan simboliza las ansias de libertad de la protagonista.
Temas
La memoria y el tiempo son los temas principales, pero dan lugar a múltiples subtemas:
La ficción como refugio de la realidad: La literatura, durante la mayor parte de su vida, fue el refugio en el que se protegió de los riesgos de vivir al raso. Su amiga de la infancia le aconseja que es mejor inventar cuando todo se pone en tu contra.
La literatura también es conocimiento: La escritura es el instrumento para recuperar el pasado y entender la identidad personal. Escribir es hablar para ser escuchado.
El papel social de la mujer: El papel de la mujer cambia con el curso del tiempo. La madre de la autora sufrió las consecuencias educativas de su época y se esforzó por que su hija no las padeciera. Durante el franquismo se adjudica a la mujer un rol doméstico, en cambio, la hija de la protagonista es el signo del nuevo tiempo y vive plenamente su libertad.
La búsqueda del paraíso de la infancia perdida: La escritora tiene el deseo de vencer el paso del tiempo y reconocer a la niña que un día fue.
El deseo de libertad: El afán por descubrir la independencia y emancipación. Se rebela contra el modelo de mujer casada perfecta.
La pobreza y precariedad de la posguerra: La escasez de estímulos intelectuales y libertades individuales coincide con la de los bienes materiales.
El final del franquismo como inicio de un nuevo tiempo: En 1975, la muerte del dictador creó en la autora un efecto de incredulidad.
Temas de carácter costumbrista: Las modistas, canciones, bailes, bares, cine, etc., con reflexiones de la autora sobre estos.
La soledad.