Explorando los Estados de Conciencia y las Fases del Sueño: Análisis Profundo desde la Psicología

Estados de Conciencia según Delay y Pichot

Todos los seres humanos experimentamos diversos estados de conciencia, variaciones en la percepción de estímulos internos y externos. Durante el día, los cambios de la conciencia pueden surgir después de correr una maratón, escuchar música o hacer el amor. Sin embargo, los cambios más extremos se producen durante el sueño o al ingerir una droga que altera nuestra conciencia.

Los psicólogos franceses Jean Delay y Pierre Pichot describen siete estados de conciencia en su Manual de Psicología:

  • Nivel 1. Vigilancia excesiva: es originado por una gran activación del sujeto y observado en la expresión de emociones fuertes. Supone una adaptación a la realidad deficiente, porque la conciencia del mundo externo está debilitada, la atención es difusa y no hay un control de la conducta.
  • Nivel 2. Vigilancia atenta: se caracteriza por la atención selectiva de los estímulos ambientales y las necesidades de adaptación personal.
  • Nivel 3. Vigilancia relajada: su peculiaridad es una atención no concentrada o flotante, asociaciones libres del pensamiento y descenso de la conciencia del mundo exterior.
  • Nivel 4. Ensoñación: la percepción del mundo está debilitada y las ideas se expresan en forma de imágenes visuales, menos organizadas que en las oníricas.
  • Nivel 5. Sueño ligero: hay una pérdida de la conciencia del mundo externo y los contenidos de la conciencia son los pensamientos del sueño.
  • Nivel 6. Sueño profundo: consiste en la pérdida completa de la conciencia de los estímulos y la imposibilidad de acordarnos de los contenidos de la conciencia.
  • Nivel 7. Estado de coma: en este nivel no existen o son muy débiles las respuestas motoras.

Fases y Trastornos del Sueño

Fases

El sueño es un estado fisiológico necesario para la vida, que se caracteriza por la interrupción temporal del movimiento, la capacidad sensorial y el estado de alerta. Durante el sueño se producen cambios en las funciones del organismo y se desarrolla una actividad mental imprescindible para mantener el equilibrio físico y psíquico de las personas.

Se distinguen dos etapas en el período de sueño, denominadas fase de sueño lento o NO REM, y fase de sueño rápido o REM (siglas que corresponden a su nombre en inglés: Rapid Eye Movements o movimientos oculares rápidos).

El sueño NO REM se divide, a su vez, en cuatro fases con características distintas. A continuación, describimos las cinco fases, que se alternan de forma cíclica mientras la persona permanece dormida (cada 90/100 minutos, aproximadamente, comienza un nuevo ciclo de sueño en el que los últimos 20 o 30 minutos se corresponden con la fase REM).

Fase I

Es la fase de sueño ligero, en la que las personas todavía son capaces de percibir la mayoría de los estímulos (auditivos y táctiles). El sueño en fase I es poco o nada reparador. El tono muscular disminuye en comparación con el estado de vigilia, y aparecen movimientos oculares lentos.

Fase II

En esta fase, el sistema nervioso bloquea las vías de acceso de la información sensorial, lo que origina una desconexión del entorno y facilita, por tanto, la actividad de dormir. El sueño de fase II es parcialmente reparador, por lo que no es suficiente para que el descanso sea considerado completo. Esta fase ocupa alrededor del 50% del tiempo de sueño en el adulto. El tono muscular es menor que en fase I, y desaparecen los movimientos oculares.

Fase III

Es un sueño más profundo (denominado DELTA), donde el bloqueo sensorial se intensifica. Si el individuo despierta durante esta fase, se siente confuso y desorientado. En esta fase no se sueña, se produce una disminución del 10 al 30 por ciento en la tensión arterial y en el ritmo respiratorio, y se incrementa la producción de la hormona del crecimiento. El tono muscular es aún más reducido que en fase II, y tampoco hay movimientos oculares.

Fase IV

Es la fase de mayor profundidad del sueño, en la que la actividad cerebral es más lenta (predominio de actividad delta). Al igual que la fase III, es esencial para la recuperación física y, especialmente, psíquica, del organismo (déficits de fase III y IV causan somnolencia diurna). En esta fase, el tono muscular está muy reducido. No es la fase típica de los sueños, pero en ocasiones pueden aparecer, en forma de imágenes, luces, figuras… sin una línea argumental. Es importante señalar que en esta fase es en la que se manifiestan alteraciones como el sonambulismo o los terrores nocturnos.

Fase REM

Se denomina también sueño paradójico (a propuesta de Jouvet, un importante investigador del sueño), debido al contraste que supone la atonía muscular (relajación total) típica del sueño profundo, y la activación del sistema nervioso central (signo de vigilia y estado de alerta). En esta fase se presentan los sueños, en forma de narración, con un hilo argumental aunque sea absurdo. La actividad eléctrica cerebral de esta fase es rápida. El tono muscular nulo (atonía muscular o parálisis), impide que la persona dormida materialice sus alucinaciones oníricas y pueda hacerse daño. Las alteraciones más típicas de esta fase son las pesadillas, el sueño REM sin atonía y la parálisis del sueño.