Explorando las Vanguardias del Siglo XX: Cubismo, Expresionismo y Abstracción

Pintura del Siglo XX: Las Vanguardias

Características Generales: Picasso y el Cubismo

En el siglo XX, los valores establecidos durante siglos se transforman. El artista se sitúa en una nueva dimensión, y la innovación en todos los campos de la expresión artística define esta etapa. El arte contemporáneo provoca la aparición de corrientes yuxtapuestas, a veces de efímera duración, reflejo de los cambios acontecidos y de la gran capacidad creadora del hombre.

La pintura sufre la mayor transformación, rompiendo con las convenciones establecidas desde el Renacimiento sobre la perspectiva y la representación figurativa. El artista busca una forma diferente de expresar las realidades cambiantes, dando valores subjetivos al color e insistiendo en la velocidad y la simultaneidad.

La guerra y el período de entreguerras provocan en los artistas ira y frustración ante lo absurdo, así como la necesidad de expresar la dureza del mundo que están viviendo, distanciándose de los lenguajes y las formas tradicionales. La guerra afecta directa e indirectamente a los hombres, y la presión psicológica y el testimonio de la catástrofe quedan presentes en la obra gráfica de los vanguardistas.

Picasso

Nacido en Málaga, Picasso vivió en La Coruña antes de que su familia se estableciera en Barcelona, donde inició su formación artística dentro de la bohemia del modernismo catalán.

Las exposiciones retrospectivas de los impresionistas y postimpresionistas influyeron en sus cuadros. Estas primeras pinturas son las que conocemos como el período azul, que irá abandonando progresivamente para adentrarse en un estilo más vigoroso.

Entre 1905 y 1907, durante el período rosa, los tonos son aún suaves, pero la influencia de El Greco es cada vez menor. En alguna obra muestra una cierta influencia clásica, como en el Retrato de Gertrude Stein.

Todas estas experiencias y su fuerte personalidad cristalizan en una pintura que, por atrevida, llegó a ofender al propio Henri Matisse. Rompe con la concepción clásica de la belleza, niega las proporciones del cuerpo humano y también su integridad y continuidad orgánicas. La obra es el resultado de un proceso de destrucción absolutamente metódico cuyo resultado son prismas y facetas angulares, sombreadas o traslúcidas que crean su propia integridad, continuidad e imagen, aunque no del mundo exterior. Era un nuevo estilo compuesto de vacíos y sólidos, de bordes y ángulos, al que los primeros críticos le dieron el nombre de cubismo.

El Cubismo

Picasso define el cubismo a través de su gama de colores apagados, su organización del espacio, su abandono de la profundidad y su idea de simultaneidad y atención a la cuarta dimensión. El cubismo, con Picasso y Georges Braque desde sus primeros momentos, evolucionará en dos fases o etapas: cubismo analítico y cubismo sintético.

A la primera corresponden obras como Cabeza de mujer, Muchacha con mandolina, el Retrato de Kahnweiler y el Retrato de Ambroise Vollard. En estos, los contrastes de color y textura se reducen al mínimo para que no compitan con el dibujo. La estructura es compleja, sistemática y cerebral. El cubismo ha dejado de ser algo abstracto y primitivo para adquirir un sentido puramente occidental.

En la segunda etapa, la colaboración entre los dos artistas es mucho más intensa. La utilización de materiales extraños representa la mayor novedad. Estos collages intentan, al utilizar materiales ajenos, ser una parte de la imagen y, a la vez, representar y presentar. El cubismo sintético se diferencia del analítico en que la perspectiva espacial descansa sobre los mismos planteamientos que se habían venido aplicando desde el Renacimiento, mientras que este presenta un concepto espacial totalmente nuevo, sin artificios ilusionistas. La etapa cubista de Picasso, la más creadora y genial, terminará con el comienzo de la Primera Guerra Mundial, aunque su carrera larga y fecunda continuará varios decenios más.

En su segunda época, Picasso va a modificar su estilo componiendo de forma realista y entrando en contacto con la tradición clásica. Buen ejemplo son Madre e hija o Los tres músicos. En este último cuadro utilizó un colorido cálido y brillante, casi fauvista, y una composición muy inspirada en sus decorados para escenarios, lo cual, unido a una apreciable elegancia y frescura, lo convierten en una de las pocas composiciones alegres del turbulento siglo XX.

En 1925, los dos caminos del estilo de Picasso convergen en Los tres bailarines. Esta obra es una síntesis perfecta en la que el cuadro es puro cubismo de collage, pero las figuras son una versión fantástica de un esquema clásico. Se producen todas las posibilidades de equívocos visuales o expresiones inesperadas.

En 1937, Picasso pinta El Guernica. Éste va a reaccionar ahora denunciando la agonía y la tragedia de la guerra abierta y bárbara que se estaba produciendo entre los españoles. La obra tiene el sentido de lo que sería la catástrofe de la Segunda Guerra Mundial. El Guernica es el resultado de esa síntesis perfecta reforzada con el carácter desencajado de las figuras y la reducción cromática que aplica. El simbolismo que utiliza nos deja ver algunos elementos tradicionales como la madre y el hijo, la mujer de la lámpara, el brazo empuñado, la espalda rota, la cabeza de toro…

A partir de 1946, un nuevo optimismo contagia su pintura, realizando numerosas series sobre grandes obras del pasado como Las mujeres de Argel, La Bacanal o Las Meninas, además de recapitular sobre motivos ya tratados con anterioridad y ampliar su actividad a otras artes plásticas como la escultura, cerámica…

Expresionismo y Surrealismo

El primer movimiento que nos interesa es el Expresionismo. Este nace como consecuencia de las condiciones históricas y sociales de Europa en los dos primeros decenios del siglo.

Tuvo su punto de arranque en Alemania y se considera a Edvard Munch, K. Ensor y E. Nolde como sus tres grandes predecesores. E. Munch es un artista noruego a través de cuya obra se expresa una existencia atormentada y dramática que le lleva a repetir de forma casi obsesiva la tristeza, la soledad, la angustia… Es una pintura cargada de subjetividad, intensa y sincera cuyo mejor testimonio lo encontramos en El Grito, cuadro que define perfectamente al artista y su obra.

En 1911, Der Blaue Reiter surgió en Múnich, con el que el Expresionismo alcanza su dimensión internacional. Entre sus principales miembros podemos destacar a F. Marc, P. Klee y V. Kandinsky. Paul Klee, cuya pasión por la música trasladará a la pintura, muestra en sus obras un enorme sentido poético. Además, sus contactos con otros pintores y sus viajes a Italia y París enriquecerán sus cuadros con un colorido bello y sensual. Entre sus obras podemos destacar El clown. Vassily Kandinsky destaca por una pintura en la que defiende un arte de necesidad interna. Su obra plástica no es más que la expresión externa de una necesidad interior puramente espiritual. Gran colorista, sus obras resultan armónicas, bellas y sensibles.

Al acabar la Primera Guerra Mundial nos encontramos con otro gran movimiento artístico que será el Surrealismo. Giorgio de Chirico ejerció una influencia más decisiva sobre los pintores de este movimiento. Entre los grandes maestros que lo forman hay que citar a René Magritte, pintor belga que se siente atraído por lo mágico, lo extraño y lo misterioso, y sobre todo a Joan Miró y a Salvador Dalí.

Miró, en su viaje a París, conoce a Picasso, y a esta época corresponden obras como La Masía, cuadro detallista, de colorido delicado, lírico y de cierta inspiración infantil. A partir de 1924 ya se incorpora en su totalidad al Surrealismo, envolviendo sus pinturas en una atmósfera onírica y mágica que nos transporta a un mundo de fantasía, multicolor y alegre. En los años posteriores se inicia en la técnica del collage, sin duda, los más abstractos de toda su obra. En los años 60 se dedicó a pequeños gouaches. La influencia de Miró, en el último tercio de siglo, sobre los jóvenes pintores americanos ha sido decisiva.

Salvador Dalí personifica por encima de cualquier otro el más puro Surrealismo tanto por su pintura como por su aspecto, vida… Es el gran maestro de lo fantástico, de lo extraño y perturbador. Su técnica es pulida, de un academicismo exquisito. Dalí aportó al Surrealismo el método paranoico-crítico. Un dibujo minucioso, una técnica realista y un colorido luminoso le permiten plasmar sus sueños, imaginados, en estado de vigilia.

En la pintura de Magritte se plantean situaciones irreales, imposibles. Entre sus obras podemos mencionar La Isla del Tesoro.

La Abstracción y Otros Movimientos

En los comienzos del siglo XX, con Kandinsky, la figuración desaparece en la pintura para dar paso a la abstracción, que desea influir en el espectador a través de la síntesis entre la forma y el color. El Constructivismo y el Suprematismo participan de la geometría como lengua de expresión, mientras que el Neoplasticismo depura su pintura hasta llegar a formas elementales, simples y colores primarios y neutros, solo la estructura.

Ya en la segunda mitad del siglo XX, en una rápida sucesión, encontramos dos nuevas tendencias como el Informalismo y el Expresionismo Abstracto. El primero incorpora al cuadro nuevos y diversos materiales que aglutina y personaliza con gruesas manos de pintura con técnicas muy variadas como el dripping, frottage y el collage.

Pollock representaría el Expresionismo Abstracto, como fusión del automatismo surrealista y de la abstracción.

La Nueva Figuración

En la década de 1960-1970, la principal escuela pictórica es la americana. Aquí encontraremos el Pop Art como uno de los más interesantes movimientos de vanguardia. El Pop vino a ser la expresión de la cultura popular y del consumo de nuestros días. Es un arte figurativo y realista y está conectado con el fenómeno urbano.

Arte de provocación que desmitifica la obra única, que produce arte practicando la reproducción y que ha marcado a numerosos artistas hasta nuestros días. Entre los más interesantes podemos citar a D. Hockney, J. Johns, R. Lichtenstein, T. Wesselmann y Andy Warhol. R. Lichtenstein utilizará las viñetas de los cómics. La ironía y la crítica no son ajenas a este arte característico de una sociedad exageradamente consumista.

A finales de los 60, surge con gran fuerza el Hiperrealismo y el Fotorrealismo, que reaccionan contra la frialdad y el conceptualismo del Minimalismo y del Arte Conceptual buscando una mayor aproximación al objeto o natural.

El Neoexpresionismo, la Transvanguardia o Pattern Decoration y el Neo-Pop son las últimas tendencias que, nacidas a finales del siglo pasado, conviven con las anteriores mencionadas.