La Generación del 27: Vanguardia y Tradición en la Poesía Española
En 1927, se organizó un acto para conmemorar el tercer aniversario de la muerte de Góngora, al cual acudieron algunos integrantes de la generación del 27. Estos autores, al igual que Góngora, Juan Ramón Jiménez y las vanguardias, consideraban que la palabra poética tiene valor en sí misma, es autosuficiente y posee una capacidad creativa total. A través del lenguaje, se crea algo nuevo, distinto de lo humano, real y natural. Utilizan el juego metafórico de Góngora, la poesía pura de Juan Ramón Jiménez y la imagen visionaria del surrealismo. Los autores, especialmente Dámaso Alonso, realizaron estudios sobre la obra de Góngora, a quien homenajearon y pusieron de actualidad.
Forman una generación porque comparten características en común: nacieron entre 1892 y 1906, recibieron la influencia de Juan Ramón Jiménez, tuvieron una formación universitaria en torno a la Residencia de Estudiantes de Madrid, participaron en la celebración del centenario de Góngora, cultivaron la poesía como género, partieron de los ismos como línea de expresión y colaboraron en las mismas revistas, como La Gaceta Literaria y La Revista de Occidente.
Influencias y Contexto
Los principales autores que influyeron en esta generación fueron Juan Ramón Jiménez, de la generación anterior; los hermanos Machado, Unamuno y Rubén Darío, del siglo XIX; Bécquer; y de los clásicos, Góngora. Realizaron estudios críticos sobre Garcilaso, Jorge Manrique, Fray Luis de León, San Juan de la Cruz, Quevedo y Lope de Vega. La métrica y los temas estuvieron influenciados por el romancero y el cancionero tradicional. Esta influencia se refleja sobre todo en Lorca, Alberti, Diego y Alonso.
Pronto se hizo evidente el influjo de las vanguardias. Su teoría estética, bastante difusa, supuso un alejamiento de la realidad aparente, una “deshumanización del arte”. Se pretendía romper con los valores culturales establecidos y emprender formas nuevas, extrañas y minoritarias. Se buscaba un más allá inexplorado, un futuro desconocido, intentando romper con el lenguaje poético. Se usó el verso libre, y temas como el amor, la naturaleza y el paisaje desaparecieron, siendo sustituidos por aspectos insólitos de la vida, como las teclas de una máquina de escribir. Incluso prescindieron de los recursos gráficos normales, como los signos de puntuación. Los tres movimientos vanguardistas en España fueron el ultraísmo, el creacionismo y el surrealismo.
Se produjo una liberación de la metáfora, que se desligó totalmente de su base lógica, proporcionando una imagen visionaria. Se le dio un uso diferente, surgiendo ahora del plano imaginativo, irracional y subjetivo, donde el objeto real y el imaginario no tenían relación aparente, pero producían la misma sensación en el autor. Dicha relación podía ser tan personal que incluso el lector no pudiera entenderla.
Innovaciones y Temáticas
En cuanto a las innovaciones, se desechó la métrica modernista y se sustituyó por la métrica clásica y tradicional, debido a la influencia de Juan Ramón Jiménez. Los impulsos decisivos se realizaron gracias a la influencia del surrealismo y a César Vallejo y Pablo Neruda, dos poetas hispanoamericanos. Desarrollaron el verso libre, en el que la medida y las pausas son variables, y el ritmo se basa en la repetición de ideas, palabras y estructuras sintácticas, mediante el uso del paralelismo y las anáforas.
La generación del 27 trató temas esenciales de la vida:
- El amor: con rasgos de la lírica tradicional y las vanguardias, se le da un aspecto más simbólico que sentimental. Se concibe como una plenitud del ser humano que da sentido a la vida, quebranta la soledad y permite elevarse sobre el mundo y alcanzar la libertad.
- La muerte: arrebata la belleza de la vida y representa el destino de todos los seres humanos. Luchar contra ella provoca un sentimiento de frustración y un sentido trágico de la existencia. En ocasiones, los autores la aceptan con resignación y entereza.
- El compromiso social: denuncian la injusticia, la destrucción y la miseria de una sociedad que ha vivido el desastre de una guerra, y muestran anhelos de paz. Además, protestan contra la injusticia social de los grupos marginados.
- El modernismo: debido a la influencia de las vanguardias, los poetas comienzan a dar a sus obras un aire más urbano, cosmopolita y moderno, presentando los aspectos positivos de la ciudad, aunque también representan la soledad y alienación de vivir en una.
- El paisaje: al igual que la generación del 98, realizan obras sobre el paisaje de España, al cual aman y critican por igual. Lo pueden representar como una simple descripción del medio o como un lugar simbólico donde evocar los problemas y sentimientos.
- Las inquietudes personales: el enfrentamiento entre los deseos del ser humano y la realidad que lo rodea causa varias incógnitas en la condición humana, deseos inalcanzables y angustia existencial.
Etapas de la Generación del 27
Se divide en tres etapas:
- Primera etapa (hasta 1927): se caracteriza por tener rasgos becquerianos y posmodernistas. Pronto se dejó sentir el influjo de las vanguardias y la orientación de Juan Ramón Jiménez hacia la poesía pura. Se caracterizaban por ser herméticos, fríos y deshumanizadores.
- Segunda etapa (1927 hasta la Guerra Civil): comienza con el culto a Góngora, que marcó la cima de sus ideales esteticistas. Comienza a notarse el cansancio del formalismo, iniciándose una rehumanización. Coincide con la irrupción del surrealismo, que es opuesto a la poesía pura. Las vicisitudes de la República trajeron nuevas actitudes y preocupaciones sociales.
- Tercera etapa (después de la Guerra Civil): Lorca muere en 1936, los demás parten al exilio, excepto Dámaso, Diego y Aleixandre. El grupo se ha dividido, aun así, nunca abandonan el camino de la poesía humanizada.
Miembros Destacados
Los miembros de la generación del 27 son:
- Pedro Salinas (Razón de amor, Presagios)
- Jorge Guillén (Cántico, Clamor)
- Aleixandre (Espadas como labios, La destrucción o el amor)
- Gerardo Diego (Imagen, Versos humanos)
- Rafael Alberti (Sobre los ángeles, Cal y Canto)
- Luis Cernuda (La realidad y el deseo)
- Dámaso Alonso (Hijos de la ira)
- Federico García Lorca (Poeta en Nueva York, La casa de Bernarda Alba)
- Manuel Altolaguirre (Las islas invitadas, Poema del agua)
- Rosa Chacel (Estación, Ida y vuelta)
- Miguel Hernández, genial epígono del 27 (El rayo que no cesa, El hombre que acecha)
Las Sinsombrero
Para completar la historia, en la generación del 27 cabe destacar a Las Sinsombrero, mujeres que con su labor diaria hicieron que este movimiento literario creciera. Entre ellas se encuentran Rosa Chacel, María Teresa León, Ernestina Champourcín, Josefina de la Torre y María Zambrano.
Conclusión
Como conclusión, la generación del 27 es el movimiento poético más importante desde los Siglos de Oro. Destaca tanto en la cantidad como en la calidad de sus autores, que sufren una compleja evolución personal, y se caracteriza por mezclar la tradición con las vanguardias.