Los Monistas Presocráticos
Tales de Mileto (639-547 a. C.), el primer filósofo del que tenemos noticia, creía que todo lo que percibimos está en realidad formado por agua.
Anaximandro (610-546 a. C.) consideraba que el arjé es lo indefinido.
Anaxímenes (585-524 a. C.) pensaba que el arjé era el aire. A partir de este elemento se origina toda la naturaleza gracias a dos procesos: condensación y rarefacción.
Los Filósofos Pluralistas
Según los pitagóricos, todas las cosas están formadas por números. Conciben la naturaleza, el cosmos, como un todo viviente y divino donde hay armonía y orden.
Anaxágoras (500-428 a. C.) afirmaba que el universo era una masa completamente mezclada e indiferenciada. Su formación, tal y como lo conocemos, se debió a una causa externa, nous (Inteligencia), que provocó un impulso por el que los elementos se fueron diferenciando. En base a esto, estarían las semillas como principio unitario de todo lo que hay.
Empédocles (493-433 a. C.) reconoce la existencia de los cuatro elementos: tierra, agua, aire y fuego. Para explicar la reordenación y combinación de los elementos, introdujo dos fuerzas cósmicas a las que denominó amor y odio.
Demócrito (460-379 a. C.) es el principal representante del atomismo. Su filosofía radica en afirmar la existencia de los átomos y el vacío. Los átomos son minúsculos corpúsculos indivisibles, esferas homogéneas, indivisibles y macizas. El vacío es necesario para que se produzca el movimiento. El movimiento de los átomos produce colisiones y agrupamientos. Estos movimientos se deben al azar y acaban provocando turbulencias y remolinos, de donde surge el universo tal y como lo conocemos. Paradoja de Demócrito: “lo que no existe, existe igual que lo que existe”.
El Ser de Parménides
Parménides (510-450 a. C.) asentó su filosofía sobre una verdad fundamental: el ser es, tiene existencia; el no ser no es, no existe. El pensamiento no se puede ocupar de lo que no es. El ser humano solo puede pensar en aquello que existe. El Ser es uno, inmóvil, no tiene partes, es eterno.
Parménides distinguió entre la vía de la opinión y el camino de la verdad. La vía de la opinión es el camino de los sentidos, es una ilusión y mera apariencia; los sentidos nos informan de un mundo en constante cambio. La vía de la verdad se funda en la razón y es la vía por la que se alcanza el verdadero conocimiento.
El Devenir de Heráclito
Según Heráclito, toda la realidad está en constante cambio, movimiento y devenir. “Devenir” significa “llegar a ser” e implica un proceso. Una de sus máximas afirma: “Todo fluye, nada permanece”. Nadie puede bañarse dos veces en el mismo río. Detrás de todos estos cambios y movimientos hay una perpetua lucha de contrarios, una tensión entre opuestos.
Ese cambio no se produce desordenadamente, sino que está sujeto a una ley cósmica, a un logos.
La Teoría de las Ideas de Platón
Platón formuló la teoría de las ideas con el objetivo de superar el problema del movimiento inaugurado por Parménides y Heráclito. Platón acepta, como Heráclito, que el mundo sensible se encuentra en constante cambio y devenir, y añade que no es posible conocer aquello que cambia. Sin embargo, Platón está convencido de que es posible el conocimiento seguro y firme, que este se halla en el mundo inteligible, formado por ideas. Así, la teoría de las ideas defiende la existencia de dos mundos: el mundo sensible, que es imperfección y es una sombra de otro mundo, caracterizado por la perfección, en el que se encuentran las ideas y que solo se pueden captar por la razón; es el mundo inteligible.
Las ideas no son representaciones, no están en nuestra mente, sino que son realidades objetivas que existen de las cosas y con independencia de nuestro pensamiento.
La Metafísica Aristotélica
La Potencia y el Acto
Aristóteles ofrece su propia explicación sobre el problema del cambio, diferenciando entre el ser en potencia y el ser en acto. Un ser en acto es algo que ya ha alcanzado su desarrollo. En cambio, el ser en potencia es algo que puede llegar a ser pero que todavía no es.
Ejemplo: Una bellota, por ejemplo, no es lo mismo que un roble. Un roble ya es un árbol en acto, porque ha alcanzado la plenitud de su ser; sin embargo, una bellota, que es en acto una bellota, podría llegar a convertirse en un roble.
Forma y Materia
Todas las sustancias son, según Aristóteles, un compuesto de materia (hylé) y forma (morphé). La materia es aquello de lo que está hecha una cosa, y la forma es aquello que determina la materia, lo universal que hay en tal objeto. Es decir, distintos individuos pueden compartir la misma forma, y esto es lo que determina que pertenezcan al mismo género.
Aristóteles logra mostrar que las Ideas (que Platón sitúa en el mundo inteligible) en realidad se encuentran situadas en el mundo sensible.
La Metafísica en el Mundo Moderno
Los principales problemas filosóficos de la época moderna trataron sobre la realidad (los tipos de realidad o sustancias) y la percepción.
Descartes define el concepto de sustancia como aquello que existe de tal modo que no necesita de ninguna otra cosa para existir. Descartes distingue tres sustancias:
La realidad está definida por 3 sustancias:
- Sustancia infinita (res infinita): Dios. Se define por el atributo de la perfección.
- Sustancia extensa (res extensa): la materia, los cuerpos. Se define por la extensión.
- Sustancia pensante (res cogitans): el yo o el alma. El atributo que caracteriza a esta es el pensamiento.
Por lo que se refiere al ser humano, hay dos sustancias separadas y diferentes: cuerpo y alma, que se comunicarían entre sí a través de la glándula pineal, situada en el cerebro, y que permitiría que el alma accionara el cuerpo como un piloto su nave. El alma garantiza que el ser humano sea libre.