El Sentido de la Vida Humana
La Cuestión del Sentido
Las preguntas sobre el sentido de la existencia han estado y estarán presentes mientras haya un ser humano, porque reflexiona y se pregunta ante las experiencias que más le marcan: el sufrimiento, el dolor, la muerte, la vida… ¿Qué hago en el mundo? ¿Qué sentido tiene la vida? ¿Qué importancia tienen las alegrías, las penas, el trabajo, el bien, el mal…? Y las respuestas son tantas como personas hay en el mundo. La cuestión del sentido tiene que ver con la dimensión teleológica de nuestras decisiones, es decir, con la finalidad que tienen nuestras acciones: si hacemos algo, “para qué” lo hacemos.
Sin embargo, la cuestión del sentido es mucho más amplia. No sólo se limita a lo que hacemos. La pregunta por el sentido se amplía a toda nuestra vida e incluso a la vida del universo.
Cuando planteamos la pregunta por el sentido de la vida se plantean dos modos de entender el término:
- La vida como un hecho puramente natural y biológico: o sea, aquel conjunto de propiedades que diferencian a los seres vivos de la materia inerte. Nacimiento, crecimiento, reproducción, nutrición, sensibilidad, autonomía motriz y muerte.
- La vida como un hecho de conciencia: tiene que ver con la actividad consciente de la persona que se desarrolla en un nivel físico y psíquico que acaban con la muerte. Tener conciencia de sí mismo es característico del ser humano y eso nos diferencia del resto de los seres vivos. Tener conciencia de nuestra vida es lo que nos abre a las preguntas por su sentido y a la capacidad de elaborar respuestas, así surgen los sistemas filosóficos y religiosos.
¿Quién Soy? El Problema de la Identidad
Conforme vamos creciendo vamos tomando conciencia de quiénes somos. No nacemos con el “sentido del yo”, sino que lo vamos desarrollando, lo vamos construyendo conforme entramos en contacto con la realidad que nos rodea.
La realidad tiene que ver con lo que somos cada uno de nosotros (nivel subjetivo: psicobiología) y también tiene que ver con lo que nos relacionamos (nivel objetivo: el mundo, los otros). De la conjunción de ambos niveles vamos construyendo nuestra identidad, la autoconciencia, ser conscientes de que somos individuos, únicos e irrepetibles.
La autoconciencia es el primer paso en el proceso que significa la construcción de la propia identidad que nos llevará toda la vida y cuyo contenido es: los lazos afectivos, vínculos emocionales, desarrollo de las capacidades cognitivas y las preferencias personales.
Como en la construcción de la propia identidad entra en juego la interacción de factores individuales y otros sociales y culturales, se abre la pregunta sobre quiénes somos: ¿qué es lo genuinamente nuestro y qué hay de los demás?
Las distintas corrientes de la filosofía antropológica aportan su visión del ser humano. La respuesta al problema de la identidad será distinta si partimos de una antropología espiritualista o bien materialista.
¿Soy Libre? Libertad, Destino y Azar
El estoicismo afirmaba que nada es azar en la naturaleza, que todos estamos predestinados a través de una cadena de causas que explican los fenómenos naturales. Las causas naturales explican lo que nos sucede. Esta cadena de causas responde a una razón universal que gobierna el mundo.
La predestinación no niega la libertad humana. Somos libres porque ante lo que nos viene dado podemos adoptar una actitud u otra.
El epicureísmo negaba la predestinación porque es contradictorio afirmar el destino y la libertad. Si el ser humano es libre no puede existir el destino y no tienen sentido los rituales de adivinación. Cada uno construye su destino mediante sus decisiones.
Este debate clásico sobre la libertad ha continuado a lo largo de la historia: el sentido de nuestra vida depende de la realización de una misión para la cual hemos nacido o bien el sentido de nuestra vida lo vamos tejiendo nosotros mediante nuestras decisiones libres.
El existencialismo parte de la concepción del absurdo y sinsentido de la vida. De entrada, éste es el carácter de la vida, a nosotros nos toca darle sentido. La reflexión filosófica sobre el…
¿Por Qué Sufro? El Dolor
Es una experiencia vital por la que todos pasamos y que va unida al sufrimiento.
Tipos de Dolor
Dolor Físico: Incluye variadas sensaciones en intensidad, duración y localización. A veces un sufrimiento moral puede manifestarse mediante un dolor físico, pero no son identificables.
Dolor Espiritual o Moral: Se manifiesta como una sensación de aflicción o angustia que puede estar producida por múltiples causas: pérdida de alguien, crisis afectivas, problemas económicos, problemas de salud, baja autoestima. Los estados psicológicos que pueden manifestarse son: depresión, tristeza, melancolía, angustia, ansiedad.
Para algunos el dolor vital no es consecuencia de una situación, sino que es algo inherente a la vida. No tiene sentido rebelarse porque se impone. Para esta tendencia la vida es sufrimiento. Aceptar el sufrimiento como una realidad de la existencia implica al mismo tiempo mirarla con esperanza, como forma de superar el dolor. La esperanza ayuda a encontrar sentido al sufrimiento.
Dolor Físico:
- Momentáneo o accidental. Es señal de que algo no funciona en nuestro cuerpo.
- Tiene una causa.
- Tiene una naturaleza física por lo que se localiza en alguna parte del cuerpo.
Dolor Vital:
- Puede ser momentáneo o accidental, hay quien piensa que es permanente.
- Suele tener una causa, pero puede ser una actitud vital.
- No es localizable en una parte del cuerpo porque su naturaleza no es física, pero sí puede tener manifestaciones de este tipo.
Schopenhauer:
- La vida es dolor y no se puede renunciar al dolor más que renunciando a la vida.
- Piensa que no podemos conocer la realidad, que de ella sólo podemos captar apariencias. La verdadera realidad es voluntad.
- La voluntad es una pero se manifiesta de distinta manera en cada uno de los seres. Sólo la voluntad humana puede ser conocida de forma intuitiva: la voluntad es dolor.
- La voluntad humana es voluntad de satisfacer los deseos. Nosotros deseamos lo que no tenemos.
- La satisfacción de los deseos tampoco nos evitará el dolor porque, una vez conseguidos, llegaremos al hastío que puede ser peor que el dolor.
- La única solución al dolor es renunciar a la vida, a la voluntad. La renuncia se hace mediante el ascetismo, la indiferencia ante todo, que nos permite alcanzar la serenidad.
¿Por Qué Muero? La Muerte
Ante la realidad de la muerte tomamos conciencia de la ausencia de sentido de la existencia. La muerte es la destrucción de algo. Todo está sujeto a ella (los seres, los objetos, las tendencias, las ideas, etc.).
La muerte también es la pérdida de las características de la vida que llevan a la destrucción del organismo. Hablamos entonces de la muerte orgánica.
Especificidad de la Muerte Humana
La muerte de los seres es similar pero en el caso de las personas hay unos rasgos específicos.
Rasgos Comunes:
Los seres mueren porque los órganos vitales dejan de realizar su función, bien sea por causas externas (accidente) o por causas internas (envejecimiento, enfermedad). Esto es el proceso natural.
Rasgo Específico:
El hecho de que tiene conciencia de su propia muerte, hasta el punto de que la muerte condiciona la vida. Es decir, la muerte da sentido a la vida porque hay un tiempo limitado para vivir.
Experiencia de la Muerte:
Éste es un tema controvertido: ¿qué tipo de experiencia podemos tener de la muerte? O ¿cómo podemos experimentarla?
La muerte es personal, forma parte de nuestra vida. Sólo nosotros podemos vivir nuestra muerte, en ese tránsito los otros podrán estar presentes pero no sentir lo mismo.
Si la muerte está más allá de la vida hace que sea algo que no se puede experimentar. Aquí radica el hecho de que la muerte sea un misterio.
No poder experimentar la propia muerte nos lleva a afirmar que sólo podemos experimentarla a través de la muerte de los otros, aun así para muchos nosotros sólo podemos ser espectadores, pero la muerte de los otros también se nos oculta. También se nos muestra como un misterio.
De la muerte de los otros sólo podemos experimentar las consecuencias: soledad, desamparo, ausencia, desolación, desesperación, sinsentido… pero todo esto no son experiencias de lo que es la muerte.