Exploración Filosófica: Del Pensamiento Agustiniano al Empirismo de Hume

San Agustín

Entre sus obras destacan Confesiones y La Ciudad de Dios. Su trayectoria vital y espiritual pasó por el epicureísmo, maniqueísmo, escepticismo y platonismo; bajo el influjo platónico forjó su filosofía cristiana.

Para San Agustín, el hombre está compuesto por dos sustancias: alma y cuerpo. El cuerpo está formado por los cuatro elementos; y el alma, principio vital del hombre y de los animales, está dotada de memoria, apetito y facultad cognoscitiva. Respecto al origen del alma, duda entre un creacionismo y un generacionismo o traducianismo.

El hombre tiende por naturaleza a la felicidad, que consistirá en la unión íntima con Dios: ascenso a Dios desde la intimidad humana. Para conseguirlo, es necesario el esfuerzo humano y la ayuda de Dios, la razón y la fe: ambas se necesitan mutuamente. La ayuda de Dios se efectúa por medio de la fe, que purifica la mente, y de la iluminación, que permite ver a Dios (Dios es el sol que ilumina la inteligencia para que esta pueda ver las verdades eternas que están en el interior). El esfuerzo humano lo realiza el hombre con sus potencias más nobles: la voluntad (amor a Dios, que es el Bien sumo) y la inteligencia (poseyendo por la iluminación la suma Verdad, que es también Dios).

San Agustín estudia a Dios demostrando su existencia y estableciendo sus atributos, su esencia. Demuestra su existencia por las cosas exteriores (su orden, belleza, bondad y contingencia se deben a Dios) y por la mente interior humana: las verdades universales y necesarias no se deben al entendimiento humano, que no es necesario ni universal, sino a la Verdad Suma, a Dios. Los atributos divinos son: ser sumo, inmutable, infinito, único y perfecto.

El mundo sensible es creado por Dios de la nada, conforme a las ideas inmutables y eternas que previamente existían en la mente del Creador (ejemplarismo). Y junto con el mundo aparece el tiempo: el tiempo aparece con la creación.

Para San Agustín, la historia tiene un destino marcado por Dios. Así, distinguirá entre la ciudad terrena, fundada sobre el amor egoísta, y la ciudad eterna, fundada sobre la caridad cristiana. Toda la historia es una lucha entre estas dos ciudades o amores y concluirá con el triunfo de la ciudad de Dios.

La obra de San Agustín tuvo enorme influencia en toda la Edad Media y en la moderna (racionalismo), extendiéndose al espiritualismo y personalismo actuales.

Hume

Conocimiento

Hume es un filósofo empirista: la experiencia es el fundamento de todo conocimiento.

Para él, conocer es tener percepciones. Éstas se dividen en impresiones vivas e intensas, e ideas, impresiones vagas y difusas.

El conocimiento está regulado por leyes de asociación:

  1. Semejanza (que desarrolla los conocimientos matemáticos y lógicos)
  2. Contigüidad espacio-temporal.
  3. Causalidad (que desarrollan los conocimientos de los hechos y de la experiencia)

Rechaza el principio de causalidad entendido como relación necesaria entre causa y efecto, porque no hay ninguna impresión que lo manifiesta, y lo reduce a una simple costumbre o hábito de ver unidos siempre lo que se llama causa junto a lo que se llama efecto.

Sin el principio de causalidad, Hume deja sin fundamento la existencia del mundo, de Dios y del propio “yo”, como conceptos generales.

Ética

En el ámbito ético, propone el emotivismo moral, que fundamenta el acto moral en el sentimiento, rechazando la razón o la felicidad como fundamentos de la moralidad.

Hume piensa que la razón es incapaz de influir en la conducta, no puede ser el origen de lo bueno y de lo malo. Las acciones son “laudables” o “censurables”, pero no racionales o irracionales. La distinción entre bien y mal no viene de la razón. La función de la razón es descubrir la verdad o falsedad de las proposiciones, y este tipo de conocimiento no influye en las acciones.

Pero la crítica más famosa de Hume a la moral racionalista es la siguiente: se da un salto ilegítimo del ser al deber ser. Esto es lo que denomina la falacia naturalista. El sistema moral racionalista dice: el ser humano es racional, por tanto debe buscar el bien y evitar el mal. ¿De dónde sale que el “es” se convierta en “debe”?

Lo bueno y lo malo no proceden de la razón, solo dependen del sentimiento.

Sociedad

La utilidad es la razón de la aparición de la sociedad. No somos sociales por naturaleza (nos sale de dentro), sino por conveniencia, porque nos es útil. Tampoco cree en un contrato social que hace nacer la sociedad, como creía Rousseau. Lo que crea la sociedad es algo procedente del sentimiento, no de la razón.

Los gobiernos surgen para fomentar el bienestar y mantener la justicia, además de controlar el aumento de las riquezas y las guerras con otros pueblos. Los jefes de toda sociedad tienen autoridad mientras son útiles para esa sociedad.