La Generación del 27: Poetas y Vanguardia
La llamada Generación del 27 agrupa a escritores, principalmente poetas, y artistas de otras disciplinas nacidos a finales del siglo XIX o principios del XX. El nombre de esta generación se debe al homenaje que rindieron en 1927 en el Ateneo de Sevilla al poeta Luis de Góngora, conmemorando el tricentenario de su muerte. A pesar de las diferencias estilísticas entre sus miembros, comparten la atracción por las Vanguardias y la valoración de la tradición literaria, tanto culta como popular, antigua y reciente.
Evolución de la Generación del 27
Primera etapa (hasta 1928)
En esta fase coexisten diversas tendencias, a veces opuestas:
Admiración por la tradición literaria: Se manifiesta en la creación de romances, coplas y canciones (Neopopularismo), recreando formas de la poesía popular. Ejemplos destacados son Romancero gitano de García Lorca y Marinero en tierra de Rafael Alberti. También se cultivan poemas cultos, como los Sonetos del amor oscuro de Federico García Lorca.
Influencia de autores y tendencias contemporáneas: Juan Ramón Jiménez orienta a los poetas hacia la poesía pura, caracterizada por la perfección formal y la depuración de sentimientos y adornos superfluos.
Atracción por las primeras vanguardias: Se busca la originalidad, la experimentación y la ruptura con la tradición. Salinas escribe poemas a la bombilla o a la máquina de escribir, y Alberti al billete de tranvía o a un portero de fútbol. Formalmente, se utiliza el verso libre, la disposición peculiar de los versos (similar a los caligramas), la ausencia de signos de puntuación y las metáforas visionarias.
Segunda etapa (1928-1939)
Se observa un cansancio del formalismo y se inicia un proceso de rehumanización, valorando los sentimientos y el contexto histórico. La vanguardia más influyente es el Surrealismo, que busca la liberación total del hombre y sus instintos, rechazando la racionalidad y las normas sociales.
Obras destacadas de esta etapa son Poeta en Nueva York de Federico García Lorca y Sobre los ángeles de Rafael Alberti. Vicente Aleixandre también destaca con Sombra del paraíso. Los sentimientos humanos (amor, angustia, frustraciones) y el compromiso social y político cobran importancia. Surge una poesía trascendente, humana y apasionada.
Durante la República y la Guerra Civil, algunos poetas, como Alberti, adoptan una militancia política activa, creando poesía comprometida y de combate.
Tercera etapa (desde 1939)
Tras el fusilamiento de Lorca en 1936 y el exilio de muchos miembros, el grupo se disuelve. Los autores exiliados escriben sobre la Guerra Civil y la nostalgia de la patria. Los poetas que permanecen en España se orientan hacia un humanismo angustiado, con tonos existenciales, como en Hijos de la ira de Dámaso Alonso.
Todos los autores del grupo mantuvieron su creatividad hasta avanzada edad. El Premio Nobel de Literatura de 1977 a Aleixandre confirmó la importancia de esta generación, que brindó a la lírica española una nueva edad de oro.
Principales Autores
Pedro Salinas (1891-1951)
Inicialmente, cultivó la poesía pura, influenciado por Juan Ramón Jiménez, y también escribió poemas futuristas. En su etapa de plenitud, el tema central es el amor, concebido como fuente de crecimiento humano. La voz a ti debida, Razón de amor y Largo lamento forman un ciclo amoroso. Tras su exilio en 1939, experimenta un conflicto entre su fe en el ser humano y la realidad de su tiempo. Destacan El contemplado, Todo más claro y Confianza. Salinas busca la esencia de las cosas, utilizando un lenguaje depurado y una métrica variada.
Federico García Lorca (1898-1936)
Sus primeras obras, Canciones y Poema del cante jondo, se inscriben en la poesía neopopular, con influencias modernistas. En Poema del cante jondo expresa su dolor ante la vida a través de los cantes andaluces. Romancero gitano fusiona la tradición culta, la vanguardia y los ritmos populares, reflejando el alma de Andalucía a través de la figura del gitano. Poeta en Nueva York refleja su experiencia en Nueva York con técnica surrealista, criticando la deshumanización y la insolidaridad. Llanto por Ignacio Sánchez Mejías es una elegía a su amigo torero. Otras obras son Diván del Tamarit, Seis poemas galegos y Sonetos del amor oscuro.
Rafael Alberti (1902-1999)
Su primera obra, Marinero en tierra, se inscribe en la corriente neopopularista, recordando su infancia en Cádiz. Cal y canto representa la tendencia culta y vanguardista, tratando temas del mundo moderno. Sobre los ángeles, de influencia surrealista, refleja una crisis personal. Durante la República y la Guerra Civil, escribió poesía comprometida políticamente (El poeta en la calle). En el exilio, mantuvo su preocupación social y política, y también expresó la nostalgia por su tierra (Retornos de lo vivo lejano).
Luis Cernuda (1902-1963)
Cernuda destaca por su singularidad y la sinceridad de sus poemas. Tras una etapa inicial de poesía pura y clásica, la influencia surrealista se manifiesta en Los placeres prohibidos. Hacia 1930 encuentra su estilo personal, alejado de los ritmos marcados y las imágenes brillantes. Donde habite el olvido es una de las cimas líricas de su generación. En 1936 reúne toda su poesía bajo el título La realidad y el deseo, reflejando el conflicto entre el anhelo de realización personal y las limitaciones sociales. Entre los temas que trata están la pasión amorosa, la soledad, la añoranza y la exaltación de la belleza. Desde el destierro, aparecen la nostalgia, el recuerdo de España, reflexiones sobre el tiempo, la vejez y la muerte. Desolación de la quimera es un título fundamental de esta etapa.