1. Contexto Literario de Principios del Siglo XX
En España se produce un Romanticismo tardío con pocos autores destacados, siendo Bécquer el único poeta innovador. Surge la escuela realista, con una poesía prosaica (Ramón de Campoamor y Gaspar Núñez de Arce). Clarín conocía la escuela simbolista francesa (sobre la base del Romanticismo), destacando Baudelaire, Verlaine, Rimbaud… Aporta el mundo del paisaje, los colores, la música… De aquí nace el Parnasianismo.
Con ”Azul” de Rubén Darío, se introducen el Simbolismo y el Parnasianismo en España. La maestría de Darío reside en haber dotado de musicalidad al verso. Así nace el Modernismo, núcleo 1º de la poesía del s. XX. Juan Ramón Jiménez y los hermanos Machado publicaron sus primeros libros (”Ninfeas” y ”Almas de violeta” de Juan Ramón Jiménez; y ”Soledades” de Antonio Machado), pero pronto abandonaron e incluso renegaron de esta etapa, como Juan Ramón Jiménez.
El 2º núcleo más importante son las Vanguardias. Surgen en el seno de las tertulias modernistas. Empiezan a conocerse movimientos como el Dadaísmo y el Cubismo (Picasso y Juan Gris). Comienza a formarse el Ultraísmo (Guillermo de Torre). Empiezan a interesarse autores como Gerardo Diego… En España destacan ”Las Greguerías” de Ramón Gómez de la Serna por su originalidad.
En 1916, Juan Ramón Jiménez publica ”Diario de un recién casado”. Empieza a ser maestro de una nueva generación de poetas (Generación del 27, con Alberti, García Lorca, Jorge Guillén, Aleixandre, Cernuda…). El 27 funde todas las tendencias anteriores (tradición literaria del Siglo de Oro, el Modernismo, las Vanguardias y la poesía pura), constituyendo el 3º núcleo de la poesía española hasta el 36. Estos abandonaron la estela del maestro y se acercaron al Surrealismo.
Miguel Hernández es el genial epígono del 27; aunque algunos críticos lo incluyen en la Generación del 36. Es un movimiento literario formado en España por los escritores, poetas… de la época de la Guerra Civil Española (36-39). Padecen las consecuencias de la dura España de la autarquía, la censura, las miserias morales y materiales… Son años de pujanza del existencialismo.
Ricardo Gullón ha hecho la nómina de los autores que pertenecen a esta promoción teniendo en cuenta su edad, la dedicación a la literatura señalada como definitoria para la generación, la convivencia, la participación en las experiencias de la época desde los mismos círculos de acción… Estos son: Miguel Hernández, Leopoldo Panero, Juan Panero…
2. Vida, Amor y Muerte en la Obra de Miguel Hernández
En el poema ”Llego con tres heridas” se resume el ámbito temático de Miguel Hernández: vida, amor y muerte. Hasta ”El rayo que no cesa”, su obra se impregna de vitalismo y optimismo, de ahí su amor a la naturaleza. Los lugares levantinos de su infancia son exaltados con personificaciones. Esta naturaleza adornada de bucolismo virgiliano es un tópico en Miguel Hernández. Aquí no hay muerte, solo algo de pena, más literaria que fingida. Solo cuando conoce la muerte de forma directa, existe una verdadera relación vida-muerte; entonces Miguel Hernández concibe la vida como pena, herida. Es un hombre entre luz y sombra, alegría y pena, pero siempre lleno de vitalismo; de ahí la identificación con el toro y su destino trágico (soneto ”Como el toro he nacido para el luto” de ”El rayo que no cesa”).
En ”El rayo que no cesa”, la muerte es el amor (cuchillo, rayo). La muerte le llega al poeta cuando se le niega el amor. Estamos ante un poemario de desamor, del amor como destino trágico del hombre. Con la muerte de Josefina Manresa, su poesía se llena de rabia inconsolable y otorga lirismo a conceptos nada líricos, es un morir a cada instante (”soy un fue, y un ser y un es cansado”).
Tras la muerte de sus tres hermanas, de Josefina Manresa y sobre todo de su primogénito y la muerte a consecuencia de la guerra, hablamos ya de muerte real (”El hombre acecha”, ”El tren de los heridos”). En el ”Cancionero y romancero de ausencias” le dice a su hijo muerto ”Te has negado a cerrar los ojos, muerto mío”.
Cuando pasa la guerra, los poemas se oscurecen con la tristeza. Conoce la cárcel, la soledad, la enfermedad (”Ausencia en todo lo que veo”), pero no le provocan odio, sino que canta con nostalgia y melancolía al hijo y a la esposa. Es ahora un hombre resignado (”Todo lo he perdido, tierra/todo lo has ganado”). Sus últimos poemas son más tiernos y melancólicos.
En Miguel Hernández hay una estrecha relación entre su biografía amorosa y su obra poética. Su gran amor fue Josefina Manresa, pero también mantuvo relaciones con Maruja Mallo y María Cegarra.
En ”Perito en lunas”, nos encontramos con poemas influenciados por Góngora y la Generación del 27 (especialmente Guillén y Lorca). Miguel Hernández utiliza un lenguaje hermético donde prima la palabra poética. Hay una pasión amorosa nutrida de representaciones eróticas mediante símbolos de la naturaleza (paisaje levantino: palmeras, higueras…) y que son referentes de humana vitalidad, sensualidad y sexualidad reprimida.
”El rayo que no cesa” es el gran poemario amoroso de Miguel Hernández. Incorpora el hermetismo y simbolismo anterior. El amor es para Miguel Hernández ”cuchillo”, ”rayo”, que provoca la ”herida” y la ”pena”; por tanto, son poemas de desamor.
En ”Cancionero y romancero de ausencias” Miguel Hernández vuelve a la lírica tradicional. Ahora amor es ausencia. La amada es inalcanzable, recordada y deseada. Es frecuente la antítesis luz (libertad)/sombra (cárcel). Nunca hay luz, solo oscuridad y muerte. Tres heridas de amor tiene el poema: lunas, rayos que no cesan y ausencias.