Evolución Humana: De los Homínidos a la Sociedad Moderna

El Proceso de Hominización y Humanización

La Evolución Natural: El Proceso de Hominización

El ser humano ha experimentado profundas transformaciones a lo largo de su evolución. Entre las más significativas, podemos destacar:

  • Bipedismo: Esta forma de desplazamiento supuso importantes adaptaciones anatómicas. Viviendo en la sabana de altas hierbas, el homínido necesitaba explorar en busca de alimentos y vigilar para no ser atacado por otros animales. La necesidad de supervivencia favoreció la posición erguida.
  • Cambio en la estructura del pie: El dedo gordo se volvió no oponible, permitiendo el apoyo de toda la planta, lo que nos permite andar y mantenernos sobre dos pies.
  • La postura erguida: Sitúa el centro de gravedad en la pelvis, que se estrecha, y modifica la columna vertebral, ahora en forma de S, permitiendo mantener el equilibrio y sostener la cabeza erguida. Aumenta el campo de visión y, por tanto, de información.
  • Liberación de las manos: Al no ser necesarias para desplazarse, las manos desempeñan una función técnica: fabricar y manejar útiles y herramientas.
  • Transformación de la mandíbula y el cráneo: El homínido ya no necesitaba defenderse o atacar con la boca. Esto llevó a que las grandes mandíbulas se hicieran más pequeñas, mientras que el cráneo aumentó de tamaño y se abombó. Los dientes disminuyeron, facilitando el movimiento de la lengua, fundamental para la aparición del lenguaje.
  • Aumento del tamaño del cráneo: En paralelo con su mayor capacidad, se desarrollaron las áreas de la corteza cerebral relacionadas con las percepciones espacio-temporales, se agudizaron los sentidos, la caza y la supervivencia. Se desarrollaron las áreas cerebrales relacionadas con la percepción manual y el lenguaje. El avance en la capacidad técnico-manual actuó a favor de un cerebro más complejo, y viceversa. Eran capaces de hacer ciertas cosas pensando cómo hacerlas.
  • Aparición del lenguaje: Procede de una mutación genética que se dio en unos individuos que pudieron aprovechar dicha mutación. Los homínidos, dadas las transformaciones anatómicas, bioquímicas y genéticas, fueron el animal perfecto para aprovechar esa variación que se dio en nuestros antepasados.

La Evolución Cultural: El Proceso de Humanización

Los cambios físicos sucedieron al mismo tiempo que otros de carácter cultural, gracias a que las especies de primates de la que procedemos no se vieron limitadas por un comportamiento fijo e instintivo, y tuvieron la capacidad de aprender nuevas técnicas y nuevos modos de existencia. Somos el resultado de la suma de la evolución biológica más la evolución cultural. A lo largo de su evolución, el ser humano ha ido adquiriendo habilidades que le han permitido adaptarse a las diferentes condiciones medioambientales. Entre las características más relevantes, encontramos:

  • La caza: Considerada como uno de los factores más importantes del desarrollo. La línea evolutiva de los homínidos es la caza, que favoreció la aparición de rasgos claves como el desarrollo de las actividades intelectuales (observación e inteligencia), el progreso técnico (perfeccionamiento de herramientas y armas), la cooperación social y el lenguaje.
  • El descubrimiento del fuego: En el plano social, ofreció seguridad y protección en refugios, el primer hogar, y facilitó la caza y la defensa. En el nivel fisiológico, permitió al ser humano hacerse omnívoro, acelerando con ello la evolución.
  • El largo aprendizaje: Se caracteriza por la lentitud del desarrollo del ser humano, con una consecuencia ventajosa en la conducta: la infancia y la adolescencia humana, que duran hasta los 16 años, son los periodos específicos de aprendizaje y socialización. Las normas y valores socioculturales quedan fijados en nuestro cerebro como una segunda naturaleza. Una característica fundamental es la necesidad permanente de curiosidad sobre lo nuevo.
  • La aparición del comportamiento social: La necesidad de cuidar el fuego, preparar los útiles para cazar o desplazarse, condujo a los homínidos a acostumbrarse a acampar en asentamientos protegidos o refugios, lugares para el desarrollo de caracteres sociales básicos como la cooperación, la diversificación de actividades y la aparición de los diferentes roles sociales. Según A. Portmann, el ser humano nace en estado de inmadurez biológica, y el sistema nervioso se completa después del parto. Como consecuencia, el desarrollo del sistema nervioso se realiza en intercambio con el mundo exterior, físico o sociocultural. Por esto no existe una naturaleza humana fija y acabada.
  • La aparición del lenguaje: El paso decisivo en el proceso de humanización fue la aparición del lenguaje, que permitió pensar, plantear y razonar. El lenguaje surgió ante la creciente complejidad de la conducta humana, desarrollando la necesidad de emitir gritos y gestos orientados a la conducta. Posteriormente, se desarrollaron las palabras, cuya función es social: mantener los vínculos abiertos entre los individuos y mantener esta cohesión, además de transmitir conocimientos. El desarrollo fue muy lento. La evolución del habla requiere modificaciones biológicas complejas del conducto vocal.

El Origen de la Vida

Antes de Darwin: El origen de la vida se remonta a unos 3.600 millones de años. A partir de esta raíz única, la vida se habría expandido como las ramas de un árbol, hasta llegar a la inmensa multiplicidad de las especies animales y vegetales que hoy conocemos, y dentro de las cuales se enmarca el ser humano. Hoy la ciencia acepta que todos los seres vivos comparten la misma organización bioquímica y el mismo código genético, lo que demuestra que tenemos un origen común. El desarrollo de la vida es un hecho biológico, no una mera hipótesis. El Homo sapiens es un mamífero primate, lo que ha hecho que nuestra especie haya evolucionado.

Antes de Darwin: El Fijismo: La postura opuesta al evolucionismo es el fijismo, la concepción dominante hasta el siglo XIX. Según su teoría, las especies son fijas, creadas por Dios, inmutables desde su creación y forman grupos aislados. Desde un punto de vista filosófico:

  • El fijismo va unido a una corriente metafísica que afirma la inmutabilidad de la esencia de las cosas. Estas esencias fijas permiten definir cada individuo como lo que es.
  • El fijismo conlleva una concepción jerárquica de la realidad, donde cada individuo tiene su lugar propio.
  • Existe algo fijo e inmutable con respecto a lo que llamamos naturaleza humana, que está al margen de los individuos concretos.
  • El ser humano es el protagonista de la creación, por lo que no estaría muy alejado y estaría muy por encima de las características propias de los animales.

Teorías Evolucionistas: Lamarck desarrolló la teoría transformista. Según esta teoría, la naturaleza forma un todo continuo, en el que las especies no son invariables, sino que se transforman, unas a partir de otras, de acuerdo con una tendencia hacia formas más perfectas. Esto se explica por la necesidad que tienen las especies de adaptarse al medio ambiente en el que viven, desarrollando órganos adecuados que acaban transformando la especie. La teoría de Lamarck presenta errores, como la creencia de que los caracteres desarrollados durante la vida de un individuo se transmiten a la descendencia. Sin embargo, acertó en el papel de las influencias del medio. Las clases, órdenes, géneros y especies son divisiones de nuestra mente sin existencia real, ya que todas las especies están relacionadas entre sí.

Etapas de la Evolución de la Especie Humana

Los hallazgos han permitido afirmar que el ser humano surgió en África hace 2,5 millones de años a partir de homínidos anteriores, probablemente Australopithecus, ramificándose en especies que se expandirían por Asia y Europa.

  • Homo habilis: Ser humano hábil. Vivió entre 2,5 y 1,6 millones de años atrás. Coexistió con el Australopithecus. Medía 1,4 m, fabricaba herramientas de piedra y vivía en pequeños grupos.
  • Homo erectus: Ser humano erguido. Vivió hace unos 1,8 millones de años. Tenía mayor capacidad craneana que el Homo habilis, mostraba una conducta cultural, era capaz de cazar animales grandes mediante la cooperación social y un lenguaje desarrollado. Utilizó el fuego y prendas bien adaptadas. Habitaba en cuevas y cabañas. Se expandió por toda Eurasia, se adaptó a zonas climatológicamente severas, y la caza adquirió gran importancia. Existe la polémica de si el Homo sapiens se desarrolló a partir del Homo erectus hace 500.000 años. Otra posibilidad es que provenga del Homo ergaster, que apareció hace unos 1,6 millones de años, y que quizás sea el antepasado de las líneas modernas.
  • Homo sapiens neanderthalensis: Vivió en Europa desde hace unos 300.000 años. La estructura general del esqueleto es idéntica a la nuestra, aunque su capacidad craneal es muy elevada. Fue el creador de la cultura lítica musteriense, caracterizada por el tallado de piezas pequeñas, que indicaban una notable especialización técnica. Habitaba en cuevas, dominaba el fuego y tenía la habilidad de preparar las pieles, necesarias para el vestido. Enterraba ritualmente a los muertos, lo que indica que tenía ideas religiosas.
  • Homo sapiens sapiens: Convivió con el Neandertal. Eran fuertes y altos, con un esqueleto claramente moderno y un cráneo más estrecho que el Neandertal. Fabricaron herramientas de gran perfección en piedra, hueso y marfil. Eran excelentes cazadores y destacaron en el arte, como demuestran las pinturas rupestres en Altamira, y en los adornos de objetos cotidianos. Los humanos actuales constituimos la subespecie Homo sapiens sapiens, dentro de la cual, como resultado del proceso de microevolución y de adaptaciones, se distinguen cuatro troncos principales. La evolución humana, hasta llegar a los seres humanos actuales, se ha caracterizado por adaptaciones y mutaciones biológicas, en las que ha tenido mucho que ver la interacción del ser humano con el medio a través de una herramienta: la cultura.

Individuo y Sociedad

El individuo solo puede desarrollarse y adquirir plena capacidad si vive en sociedad, si se relaciona con las demás personas y con los elementos culturales que la sociedad le ofrece. La sociedad en la que nacemos influye en nuestro comportamiento, ya que nos ofrece un marco de actuación y de pensamiento. Sin embargo, cuando incorporamos los elementos culturales de dicha sociedad, no nos estamos acoplando simplemente a unos moldes vacíos, sino que los adaptamos a nuestra propia personalidad, a nuestros intereses y necesidades. Esto es lo que se conoce como socialización, y es el origen de nuestra individualidad y libertad. Cada uno de nosotros tiene una doble identidad: social y personal.

  • Identidad social: Son los papeles que la sociedad atribuye al individuo. Sirve para definir y ubicar a esa persona en relación con otros individuos que tienen las mismas características, así como en relación con el resto de la sociedad. Crean un sentimiento de grupo, de pertenencia.
  • Identidad personal: Es el sentimiento individual, con características únicas respecto de los demás y una idea de lo que somos. Sirve para definirnos a nosotros mismos, formándonos una idea de nuestro propio ser.

Nuestra personalidad deriva de lo que somos genéticamente, pero también de lo que somos en un sentido cultural. El origen de la conciencia de nosotros mismos está vinculado a nuestra relación con los demás en la sociedad y en la cultura en la que crecemos y nos educamos. Por eso, la personalidad es una construcción social. En la sociedad actual, tenemos medios sin precedentes para hacernos a nosotros mismos y crear nuestra propia identidad, para definir quiénes somos, de dónde venimos y decidir adónde vamos.