1. Dos Vertientes del Teatro Español
La producción teatral del siglo XX presenta dos vertientes principales: un teatro comercial, con rasgos del realismo y romanticismo, aceptado por el gran público, y un teatro renovador, que sentó las bases de las obras dramáticas más importantes del siglo y cuya estética y temática no fueron comprendidas ni aceptadas inicialmente por sus coetáneos.
El teatro comercial se caracteriza por el teatro poético, la comedia burguesa y el teatro costumbrista. Sus personajes actúan sin sorprender ni escandalizar al público. En contraste, los personajes del teatro renovador se rebelan contra el sistema social y presentan contradicciones en su forma de ser.
Valle-Inclán
El teatro de Valle-Inclán es uno de los más destacados del teatro europeo contemporáneo y el de mayor originalidad en el teatro español del siglo XX. Tras sus inicios en el modernismo, y conectando las novedades del vanguardismo, evolucionó hacia una estética esperpentizante, paralelamente a su toma de conciencia social.
Dentro de esta evolución, se diferencian dos ciclos temáticos:
- Ciclo de Galicia: Presenta la tierra del autor como un mundo mítico e intemporal, con personajes degradados moralmente, dominados por sus vicios y supersticiones. A este grupo pertenecen la trilogía Comedias Bárbaras y Divinas Palabras, culminando con una estética cercana a la de los esperpentos.
- Ciclo de las Farsas: Constituido por cuatro obras, entre las que destacan Farsa Italiana de la enamorada del rey y Farsa y licencia de la reina castiza. Estas obras critican los valores convencionales de la sociedad española contemporánea.
Con el patetismo de los dramas galaicos y la caricatura de las farsas, crea el esperpento, término que designa sus creaciones teatrales y narrativas desde Luces de Bohemia, la trilogía Martes de Carnaval y Retablo de la avaricia, la lujuria y la muerte. El esperpento deforma la realidad, mezclando lo trágico con lo burlesco, mostrando una visión grotesca con la que realiza una denuncia social.
2. El Teatro Comercial y la Segunda República
El teatro comercial entre 1930 y 1935 se vio influenciado por la compañía de Margarita Xirgu en el Teatro Español de Madrid, llevando a escena obras de García Lorca, convirtiéndolo en el dramaturgo más representativo de la Segunda República.
Para Lorca, el teatro debía ser emoción y poesía, un instrumento para la edificación de un país. Sus primeras obras se relacionan con el teatro modernista. Durante los años treinta, experimentó con el teatro vanguardista (El Público, Así que pasen cinco años) y el teatro realista (Bodas de Sangre, Yerma, La Casa de Bernarda Alba).
3. El Teatro en la Posguerra y el Exilio
En América, Margarita Xirgu estrenó obras del teatro español como El Adefesio, La Dama del Alba y La Casa de Bernarda Alba. Cipriano Rivas dirigió en México piezas de autores españoles como El hombre que murió en la guerra o Los árboles mueren de pie.
Durante la posguerra española, el teatro se usó como propaganda política y evasión. Dominaba la comedia burguesa, con su cuidada construcción, intriga y alternancia de escenas humorísticas y sentimentales.
A mediados de los cincuenta surge el realismo social, un drama comprometido con los problemas sociales y existenciales que se enfrentó a la censura. En 1960, Buero Vallejo y Alfonso Sastre debatieron sobre cómo enfrentar la censura, generando las posturas del posibilismo e imposibilismo.
4. Antonio Buero Vallejo
Antonio Buero Vallejo (1916-2000) se consagró con Historia de una escalera (1949). Sus obras se centran en lo existencial y social, con un enfoque ético. Aborda la meditación sobre el sentido de la vida, la condición humana y sus limitaciones, en contextos históricos concretos. Denuncia las injusticias sociales y la opresión. Su teatro invita a la reflexión y a luchar por la dignidad humana.
En su obra, se distingue una etapa de teatro existencial, una de crítica social y un teatro final que conjuga la preocupación existencial y social con la innovación formal.