El feminismo es una corriente de pensamiento que reivindica la igualdad de derechos entre las personas a partir de la discriminación histórica de las mujeres. Sin embargo, esta corriente no es homogénea y ha tenido una notable evolución a lo largo de la historia.
Orígenes del feminismo
Las primeras teorías feministas datan del siglo XVII. La primera pensadora fue François Poullain de la Barre (De l ‘égalité des deux sexes, escrito en 1673). Poullin, en contra de lo arraigado en la sociedad, defendía: «Las mujeres y los hombres son iguales física y mentalmente y, en consecuencia, deben recibir la misma educación».
La Ilustración y el movimiento sufragista
Posteriormente La Ilustración trajo consigo las primeras Declaraciones de Derechos pero Las pensadoras ilustradas como Olympe de Gouges y Mary Wollstonecraft denunciaron que la reivindicación de la igualdad política no se aplicaba a las mujeres. A partir de 1850 se inicia el denominado movimiento sufragista. Éste se inicia en Nueva York donde se reivindica la plena igualdad de hombres y mujeres y el derecho voto de las mismas.
El feminismo en el siglo XX
En 1903 Emily Pankhurst funda la “Unión Social y Política de Mujeres” que llevó a cabo numerosas acciones, manifestaciones, huelgas de hambre… en defensa del voto femenino. Este movimiento desapareció tras la segunda guerra mundial ya que en gran parte de la sociedad occidental se garantizaron los derechos educativos y políticos de las mujeres. Aunque el reconocimiento internacional absoluto fue la firma de la Declaración Universal de los Derechos Humanos.
Simone de Beauvoir y la emancipación femenina
Pero en 1949 Simone de Beauvoir escribió el libro “El Segundo Sexo”. Esta obra fue de vital importancia para señalar que más allá de los derechos civiles, políticos o sociales, la igualdad no era efectiva. Y esto era así porque las mujeres son consideradas el segundo sexo, actúan por y para la mirada masculina, son educadas para tareas domésticas y del cuidado. Los hombres son sujetos independientes y las mujeres son el otro sexo, el segundo sexo. Simone de Beauvoir reinvidica que no existe una esencia masculina ni femenina, que somos seres libres y autónomos.
Emancipación femenina
Propone, así, la emancipación femenina, su independencia económica fuera del sistema doméstico para que la mujer pueda ser lo que desee, que deje de ser dependientes de los hombres y sin iniciativa propia. Es necesario que la mujer recupere la capacidad de autodefinirse sin predeterminaciones: para Beauvoir, la esencia del ser humano es la libertad, es decir, la capacidad de determinar qué se quiere ser.
El feminismo en la actualidad
El feminismo sigue teniendo varios frentes abiertos, tanto en las sociedades democráticas como en las que no lo son. En las primeras, a pesar de que a las mujeres se les reconocen todos los derechos civiles, no se ha conseguido la paridad con los hombres en ámbitos como la vida pública y el cuidado. Además, siguen siendo escandalosas las cifras de casos de violencia de género, las situaciones de discriminación laboral y las diferencias salariales. En las sociedades no democráticas, en cambio, quedan pendientes todos los puntos que propugna el feminismo.
Conclusión
Tras este análisis el objetivo de Beauvoir es reivindicar la igualdad entre los sexos y desmantelar esta relación jerárquica. Urge un proceso de liberación para que las mujeres decidan por si mismas qué quieren llegar a ser y, para lograrlo, hacen falta dos cosas: que las mujeres tengan trabajo e independencia económica y que la lucha sea colectiva.