Evolución de la Novela y Poesía Hispánica: Desde el Franquismo hasta la Generación X

La Evolución de la Novela Española y la Poesía Hispanoamericana: Un Recorrido desde el Franquismo hasta la Actualidad

El final del régimen franquista supuso la apertura progresiva de España al modo de vida europeo. En el mundo de la cultura, el cambio se vivió con enorme esperanza y todas las artes se apresuraron a abrazar la bandera de la modernidad. Ello se tradujo de inmediato en una apasionada búsqueda de la originalidad que llevó a los escritores a probar todo tipo de técnicas, temas, géneros y tendencias. De esta manera, surgieron infinidad de voces nuevas y se renovaron las antiguas, pero también se produjo una gran cantidad de obras de escasa calidad guiadas sobre todo por el interés comercial. A continuación, presentamos una clasificación basada en criterios temáticos.

Tendencias en la Novela Española Post-Franquista

Se escribe una novela que se aleja de las innovaciones de la década anterior y retoma el gusto por contar historias atractivas. En La verdad sobre el caso Savolta, Eduardo Mendoza aprovecha las aportaciones de la vanguardia para escribir una de las mejores novelas de género negro, sin renunciar a contar una historia. Aparte de la narración, la obra integra los elementos más dispares, todos ficticios y todos creíbles: artículos periodísticos, fichas policiales…

Novela Intimista y Lírica

En la novela intimista y lírica es más relevante la vida interna de los personajes que la trama, aunque esta cobre mucha más importancia que en la novela experimental. Carmen Martín Gaite se esfuerza en descubrir aspectos de la intimidad humana más profunda. En Nubosidad variable nos presenta el conmovedor testimonio de unas mujeres que luchan por vencer su atormentado mundo interno para lograr la independencia.

Novela Intelectual y Metanovela

Existe una novela de fuerte carga intelectual, en la que priman la intertextualidad y las referencias culturales. Javier Marías, autor de Todas las almas, aúna el descubrimiento de la intimidad, el culturalismo, el gusto por contar historias y la presentación de unos personajes de gran vida interior. En El mal de Montano, Enrique Vila-Matas nos muestra la historia de alguien que dice ser el padre de Montano, un joven tan obsesionado por la literatura que no puede distinguirla de su propia vida. Luego descubriremos que Montano es el narrador y que estamos ante un ejemplo de autoficción. Cuando la narración intenta penetrar en los secretos del novelista y mostrar cómo este realiza su obra hablamos de metanovela.

Novela Histórica y de Aventuras

La novela histórica cobra relevancia en esta época, abordando conflictos universales o reflexionando sobre el presente a través del pasado. Almudena Grandes destacó con Episodios de una guerra interminable, un conjunto de seis novelas ambientadas en la posguerra española. Arturo Pérez-Reverte es reconocido por su maestría en la intriga, como en Las aventuras del capitán Alatriste. En el ámbito de la novela de aventuras, Alberto Vázquez-Figueroa sobresale con Cienfuegos, que narra la historia de un pastor gomero que huye al Nuevo Mundo tras un romance prohibido.

Novela Cervantina y de la Memoria

La novela de tintes cervantinos aborda temas de alcance universal desde una profunda empatía hacia el ser humano y el afán que lo lleva a emprender hazañas imposibles. Luis Landero describe en Juegos de la edad tardía la tragicomedia de los sueños incumplidos de los perdedores. Se desarrolla también una novela que pretende indagar en la realidad a través de la memoria. Cobra en ella relevancia la vida interna de los personajes y el espacio se convierte en un territorio mítico de complejos significados simbólicos. Luis Mateo Díez (La ruina del cielo) y Antonio Muñoz Molina (El jinete polaco) son representantes de esta novela.

La Generación X

Se encuadra bajo la denominación “Generación X” a ciertos autores que nacieron aproximadamente entre 1965 y 1980. No conocieron el franquismo y vivieron su juventud en un ambiente de libertad democrática. Cuestionaron los principios que habían heredado y se encontraron con un vacío ético y moral. Buscaron compensación en el sexo, la droga y la música. A menudo se ha utilizado la etiqueta realismo sucio para definir su estilo. Historias del Kronen (José Ángel Mañas) o Beatriz y los cuerpos celestes (Lucía Etxebarria) son dos de las novelas más emblemáticas de este periodo.

La enorme cantidad y variedad de la producción de este periodo, la insistente mezcla de géneros, la resistencia generalizada de la mayor parte de los escritores a ser encasillados en un grupo o estilo y la intrusión de elementos comerciales en los procesos de creación, selección y distribución, que desplazan los criterios de los novelistas e imponen los de los editores y los distribuidores, hacen que resulte muy difícil clasificar la novela producida en España en las últimas décadas.

La Poesía Hispanoamericana Posterior a las Vanguardias

La poesía hispanoamericana posterior a las vanguardias experimentó una diversificación y exploración de nuevas formas de expresión, así como una profundización en temas sociales, políticos y existenciales. Aunque es difícil trazar límites exactos, este período abarcaría aproximadamente desde mediados del siglo XX hasta la actualidad.

Tendencias Poéticas

  • El surrealismo, cultivado por Octavio Paz (Piedra de sol) o José Lezama Lima (La fijeza).
  • La poesía de compromiso, coloquial, humorística e irónica, representada por Mario Benedetti (Poemas de la oficina), Álvaro Mutis (Caravansary).
  • La poesía experimental, con Nicanor Parra y su «antipoesía», es paródica, satírica, antirretórica y desmitificadora.
  • La poesía intimista, representada por Idea Vilariño e Ida Vitale, aborda la problemática existencial, el amor, la sensualidad.

A partir de la década de los 70, hay poetas que abandonan las vanguardias y comienzan a presentar una poesía más personal. Destacan mujeres como Gioconda Belli (Una mujer furiosamente piel), Cristina Peri Rossi (Las replicantes), con una poesía en la que predominan la sensualidad, el erotismo y la ironía.

La Renovación de la Narrativa Hispanoamericana

En los años 40, el lenguaje, la estructura de las novelas y las técnicas narrativas se renuevan debido a la llegada de intelectuales exiliados españoles a Hispanoamérica, al desarrollo urbano, al auge cultural, a la incorporación de las técnicas narrativas europeas y norteamericanas, y al influjo de las vanguardias. Se rechaza el realismo y la temática gira en torno a dos facetas. Por un lado, la importancia del mundo urbano y de los problemas existenciales. Por otro, el realismo mágico con la incorporación de elementos míticos, fantásticos o mágicos, característicos del continente americano, íntimamente enlazados con la realidad. Entre las técnicas narrativas, aparecen el empleo de distintos puntos de vista, narrador en primera persona y el uso de un léxico reflejo del mundo americano. Destacan los narradores Miguel Ángel Asturias (El señor Presidente, novela de dictador) y Alejo Carpentier (El reino de este mundo).

El Boom Latinoamericano

En la década de los 60, se publica una serie de obras con las que se culmina la renovación fraguada en las décadas anteriores. Este fenómeno, denominado boom, supuso el reconocimiento internacional de las obras y de los escritores hispanoamericanos. Las novelas se distinguen por su experimentación técnica, que incluye el uso del realismo mágico para entrelazar lo fantástico con lo cotidiano. El empleo de estructuras narrativas no lineales y fragmentadas, como el montaje o la discontinuidad temporal, desafiando la cronología tradicional. Los narradores múltiples son comunes, permitiendo una exploración profunda de la subjetividad y la multiplicidad de perspectivas. La intertextualidad y los juegos lingüísticos también son frecuentes.

Entre los autores más importantes de la literatura hispanoamericana destacan Gabriel García Márquez, con Cien años de soledad, obra clave del realismo mágico; Julio Cortázar, con Rayuela, que introduce una lectura no lineal y personajes en busca de identidad; y Mario Vargas Llosa, quien en La ciudad y los perros aborda temas sociales y políticos. Jorge Luis Borges explora la frontera entre lo real y lo irreal en El Aleph, con un estilo marcado por la precisión léxica y la ironía. También destacan Carlos Fuentes, con La muerte de Artemio Cruz, que reconstruye la historia de México, y José Donoso, con El obsceno pájaro de la noche.

Los escritores posteriores al boom se caracterizan por la variedad de estilos y concepciones estéticas. Isabel Allende, en La casa de los espíritus, recupera el realismo mágico para integrarlo en el folletín. Roberto Bolaño explora en Los detectives salvajes la marginalidad y la búsqueda de identidad en un mundo globalizado. Junto a ellos, autores como Elena Poniatowska, con La noche de Tlatelolco, y Junot Díaz, con La maravillosa vida breve de Óscar Wao, abordan temas sociales y políticos contemporáneos. Mariana Enríquez cultiva el género de terror, tanto en cuento como en novela.