Evolución de la Novela Española: De la Posguerra a la Actualidad

Novela Existencial (40): En la inmediata posguerra se cultiva, en primer lugar, la novela de los vencedores, jóvenes falangistas que quieren dejar constancia de su victoria. Sin embargo, lo más importante que este tipo de novela va a ser la denominada novela existencial, una narrativa inquietante, cargada de angustia… con tres obras importantes como La familia de Pascual Duarte, de C. J. Cela (que inicia la vertiente llamada tremendismo), Nada, de Carmen Laforet, o La sombra del ciprés se alargada, de Miguel Delibes. Estas obras muestran el reflejo amargo de la vida cotidiana con personajes desarraigados y angustiados y revelan un malestar que, en último término, es social, pero la censura hace imposible cualquier intento de denuncia. Lo que encontramos es la transposición del malestar social a la esfera de lo personal, de lo existencial.

Novela Social (50): La novela social será la corriente dominante entre 1951 – fecha de La colmena, de C. J. Cela – y 1962 – fecha de Tiempo de silencio, de Luis Martín Santos. El siguiente cuadro refleja la evolución de este tipo de novela:

Fecha de inicio

Fecha inaugural: boom de la novela social: 1954

Fecha final

  • La colmena (C. J. Cela) 1951
  • La noria (L. Romero)
  • El camino (M. Delibes)
  • Mi idolatrado hijo Sisi (M. Delibes)

I. Aldecoa

J. Fernández Santos

R. Sánchez Ferlosio

A. Mª Matute

J. Goytisolo

J. Manuel Caballero Bonald

A. Grosso…

  • Tiempo de silencio, 1962

(L. Martín Santos)

Generación del medio siglo

Varias modalidades: Objetivismo: Se propone un testimonio escueto, sin aparente intervención del autor. Su manifestación extrema fue el conductismo, procedente del behaviorismo americano (behavior = conducta) y que consiste en limitarse a registrar la conducta externa de individuos o grupos, y a recoger sus palabras, sin comentarios ni interpretaciones. Realismo crítico: No se limita a reflejar la realidad, sino que pone de relieve las miserias e injusticias con ánimo de denuncia.

Técnicas y estilo: El contenido tiene prioridad sobre la técnica. De ahí que a veces se haya criticado la pobreza constructiva. Predominio de la narración lineal. Descripciones sencillas para presentar ambientes. Concentración del espacio y del tiempo (algunas novelas duran un día o menos). Personaje colectivo (ej.: La colmena o La noria). Abundancia del diálogo.

Novela Experimental (60): A finales de los años 50, algunos escritores empiezan a cuestionar la calidad literaria de la novela social. Esto, unido al descubrimiento de la novela hispanoamericana (La ciudad y los perros, Rayuela, Cien años de soledad) y la influencia de los grandes renovadores de la novela universal (Proust, Joyce, Kafka, Faulkner) hace que surja una novela donde lo importante será la continua experimentación con elementos formales (lenguaje y técnicas narrativas). Se trata de la novela experimental de los años 60. Otros autores siguen a Luis Martín Santos por el camino de la experimentación formal. Por una parte, tenemos la renovación de los mayores, representada por Camilo José Cela (San Camilo, 1936, Oficio de tinieblas 5), Gonzalo Torrente Ballester (La saga-fuga de J.B.) y Miguel Delibes (Cinco horas con Mario).

Las innovaciones más importantes de este tipo de novela, establecidas prácticamente todas en la obra Tiempo de silencio, son: el argumento pierde importancia y casi desaparece. Aparece el personaje individual, en estructura externa, a menudo, desaparece el capítulo y se introduce la secuencia. En la interna, el orden cronológico se rompe con referencias anteriores o posteriores al tiempo de la acción, conforme las evoca la conciencia del personaje. Punto de vista: A veces aparece el narrador omnisciente. A diferencia de la novela social, donde lo importante era el diálogo, predominan la técnica del monólogo interior y las digresiones. En cuanto al estilo, frente a la sencillez de la novela social, ahora aparece un lenguaje barroco.


DE LOS 70 A LOS 90: La experimentación temática y, sobre todo, formal de la novela de la década de los sesenta se extiende a lo largo de los años setenta, pues continúan creándose obras con renovadas técnicas narrativas. No obstante, el año 1975 abre un nuevo período en la novela en el que, abolida la censura, la libertad de expresión se convierte en un factor determinante en la creación artística. España se incorpora al juego literario mundial. Los narradores se alejan de la novela experimental y se decantan por la búsqueda de una voz propia. Durante toda la década publican novelas escritores de varias promociones literarias distintas: La Generación del 36, La Generación del 50 o del medio siglo, La Generación del 68 o novísimos, La generación de escritores que se dio a conocer en los 80.

A partir de 1980, se advierte una vuelta a la concepción clásica del relato y la novela adquiere grosso modo estas características: Se recupera el gusto por contar historias verosímiles. Se vuelve al protagonista individual, del que se nos ofrece, en ocasiones, detalladas descripciones. Preferencia por el tiempo lineal y creación de ambientes exóticos. Predominio de historias contadas en tercera persona, con narradores testigo u omniscientes. Vuelta a ofrecer historias organizadas en capítulos, con o sin títulos. Se recupera el diálogo y disminución del uso de técnicas experimentales. Se vuelve a la sencillez y la naturalidad en el lenguaje; en cuanto al estilo, cuidadosa construcción de oraciones que, a veces, ocultan la superficialidad del contenido. Los personajes continúan mostrando variedad de registros lingüísticos.

Tendencias: Novela Fantástica: La saga/fuga de J.B., de Torrente Ballester. Novela de Aventura: El oro de los sueños, de José María Merino. Novela Policíaca: La verdad sobre el caso Savolta, de Eduardo Mendoza. Libros Autobiográficos o de Memorias: La arboleda perdida, de Rafael Alberti o Trilogía de Madrid, de Francisco Umbral. Novela Intimista: La lluvia amarilla, de Julio Llamazares; La sonrisa etrusca, de José Luis Sampedro; El desorden de tu nombre, de Juan José Millás; Te trataré como una reina, de Rosa Montero. Novela Histórica: Yo, el rey, de Vallejo Nájera; Crónica del rey pasmado, de G. Torrente Ballester.

DE LOS 90 A LA ACTUALIDAD: Durante los años 90, se ha producido la consolidación de autores surgidos en las décadas anteriores, y a la larga lista de estos escritores se ha unido una nueva generación bastante heterogénea, pues difieren en los géneros que cultivan, en su estilo e incluso en su edad. Son Almudena Grandes, Luis Landero, Javier Marías o Maruja Torres, entre otros muchos. Veamos cuáles han sido las aportaciones a los géneros de los años anteriores, y alguno nuevo que ha aparecido. Novela de Aventura: Arturo Pérez Reverte se ha revelado en este género como un verdadero maestro: El maestro de esgrima, La tabla de Flandes, El Club Dumas, la saga de El capitán Alatriste.Novela Policíaca: Continúa Manuel Vázquez Montalbán, al que hay que sumar la figura de Juan Madrid, con su obra Días contados. Novela Erótica: Cultivada, por ejemplo, por Almudena Grandes (Las edades de Lulú). Novela Intimista: Juegos de la edad tardía, de Luis Landero; Corazón tan blanco, de Javier Marías; El jinete polaco, de Antonio Muñoz Molina; La casa de los espíritus y otros de Isabel Allende… Novela Histórica: En busca del unicornio, de Juan Eslava Galán; Los girasoles ciegos, de Alberto Méndez. Novela Culturalista: Muy heterogénea (evocación de épocas pasadas, ambientes exquisitos relacionados con la belleza, motivos legendarios o mitológicos…): Los dominios del lobo, de Javier Marías; Los melómanos, de Álvaro del Amo. Novela Experimental: Ha continuado en algunos autores como Juan Benet: Saúl ante Samuel. Novela de Autoficción: Utiliza la vida real del escritor como materia novelable: Soldados de Salamina, de Javier Cercas. Novela de “Afterpop”: Su principal representante es Agustín Fernández Mallo (Nocilla experience, Nocilla dream); otros son Germán Sierra y Javier Calvo. En ellos se percibe el influjo de la estética híbrida y fragmentaria de las nuevas tecnologías (blogs, wikis, youtube, facebook, chats…). Neocostumbrismo Juvenil o Generación X: Surge tras la caída del muro de Berlín (1989); su representante es Ángel Mañas, con Historias de Kronen (1994).