Evolución de la Narrativa Española Contemporánea
Del Realismo a la Experimentación
La Narrativa Realista de los 50
En la década de los cincuenta, los cambios socioeconómicos influyeron en la producción literaria. La narrativa, a través del realismo, intentó reflejar la realidad para denunciar las desigualdades sociales. Dentro de este realismo social, encontramos dos tendencias:
- El realismo objetivista: El narrador plasma escenas, personajes y sucesos sin dar su opinión. Su máxima expresión es el conductismo, donde el narrador desaparece o minimiza sus intervenciones. Se caracteriza por el objetivismo en las descripciones, la narración lineal de tiempos simultáneos, la importancia del entorno y los objetos, el diálogo para caracterizar a los personajes, la condensación del espacio y el tiempo, y el protagonismo individual representando clases sociales.
- El realismo crítico: El narrador muestra su opinión sobre las injusticias sociales a través del análisis. Aunque la crítica social es más explícita, comparte con el objetivismo rasgos como la condensación espacio-temporal y la narración lineal. En ambas tendencias, el protagonista suele ser colectivo.
El estilo sencillo, con ausencia de retórica, busca la objetividad y refleja el lenguaje real. Los temas son diversos: la vida rural, el mar, el trabajo, la ciudad, la burguesía, la Guerra Civil…
Autores destacados: Rafael Sánchez Ferlosio (El Jarama), Ana María Matute (Los Abel), Ignacio Aldecoa (Con el viento solano) y Carmen Martín Gaite (Entre visillos).
La Renovación Experimental de los 60
En los sesenta, el agotamiento de la narrativa anterior lleva a una renovación y experimentación. Esta literatura experimental se caracteriza por:
- Ruptura del orden cronológico (flashbacks y anticipaciones).
- Estructuras laberínticas, no lineales y abiertas.
- Acción mínima, con la trama difuminada.
- Espacio concentrado o reducido.
- Perspectivismo (personas narrativas y punto de vista cambiantes).
- Elementos paraverbales y lenguaje rico en recursos retóricos, léxico rebuscado, rupturas sintácticas y oraciones complejas.
1962 marca el inicio con Tiempo de silencio de Luis Martín Santos, que explora las clases sociales, desde las intelectuales hasta el proletariado. Otros autores destacados:
- Juan Goytisolo (Señas de identidad): Explora la narrativa experimental con temas como el idealismo, la cultura y la crítica a la burguesía.
- Gonzalo Torrente Ballester (Los gozos y las sombras): Pasa del objetivismo al experimentalismo.
- Juan Benet (Volverás a Región): Otro novelista experimental.
- Juan Marsé (Últimas tardes con Teresa): Aporta novedades técnicas.
- Luis Goytisolo (Antagonía): Reflexiona sobre la novela.
Nuevo Realismo de los 70
Al inicio de los setenta, emergen escritores formados durante el franquismo (generaciones del 66, 68 y 75). Se retorna a cierto realismo con interés por la historia, a veces con elementos experimentales. La influencia de los medios de comunicación es notable. Autores principales:
- Francisco Umbral (Las ninfas): Destaca por su estilismo, lenguaje ágil y temas recurrentes (infancia, cultura, política, erotismo…).
- Manuel Vázquez Montalbán (creador de Pepe Carvalho).
- Eduardo Mendoza (La verdad sobre el caso Savolta, El misterio de la cripta embrujada, Sin noticias de Gurb): Combina subgéneros con ironía y humor.
- Juan José Millás (Visión del ahogado): Influenciado por el experimentalismo.
- José María Merino (El caldero de oro): Conjuga la narrativa con la experimentación.
Desde la tercera etapa, recordamos Cinco horas con Mario y Parábola del náufrago. Los santos inocentes, obra de ambiente rural que denuncia las oligarquías terratenientes, es quizás su obra más relevante.