Ética preconvencional

9.3 Los defensores de la libertad


El determinismo no resulta fácilmente aceptable. Los pensadores han buscado el modo de defender la posibilidad de la libertad. No hay duda de que si incluso en un asno la voluntad es capaz de sobreponerse a la las circunstancias, mucho más será así en un ser dotado de razón, que vence a sus circunstancias, por lo que no está determinado por ellas. Históricamente esta teoría se ha desarrollado así:1-Kant afirmaba que una cosa es pensar y otra conocer. Esto no significa que nuestra mente no pueda plantearse ideas que aunque no sean demostrables, pueden ser muy importantes para nuestra vida.2-David Hume decía que no hay más sentido válido de la libertad que la liberación de coacciones externas. 3-Entre los pensadores más próximos se encuentra Bergson, que insistía en que el mundo físico y el de la conciencia son dos cosas distintas. En el mundo de la conciencia no hay situaciones equivalentes ni repetibles. Por tanto, ¿cómo podremos establecer leyes, predecir el resultado de una situación, si nunca se ha dado otra igual?4-Aún más recientemente, Sastre insistía en que lo que caracteriza a los humanos es que no estamos definidos y acabados, sino que nos toca decidir. 

5.1 Kohlberg: los estadios morales (las etapas que vive el hombre)

Con independencia de su origen, lo que parece indiscutible es que nuestra capacidad moral se va desarrollando a lo largo de la vida. Kohlberg distinguíó 6 estadios en el desarrollo moral, distribuidos en tres niveles. –

1 nivel. Estadio preconvencional

No tiene la capacidad para decidir. Un niño no entiende de normas y si respeta alguna pauta es por interés propio. –

2 nivel. Estudio convencional

La capacidad para inclinarse a un lado o a otro. El niño empieza a descubrir la existencia de normas y reglas. Nos encontramos en la etapa de los porqués. El niño busca regularidades y no aceptará su cuestionamiento. –

3 nivel. El estadio postconvencional:

No es fácil explicarle a un niño que las normas son pactos adoptados para alcanzar fines y valores. De hecho este nivel es tan complejo que incluso muchos adultos reaccionan a menudo como niños. Cuando el adulto lo que busca es su satisfacción personal se ha proyectado al nivel preconvencional.

10.1. ¿Qué entendemos por cultura?


La cultura es la capacidad de aprendizaje para adaptarnos a situaciones nuevas. Sorprendentemente, pequeñas diferencias genéticas acaban suponiendo abismales cambios en el comportamiento, acentuadas por la aparición del lenguaje. En los humanos la cultura actúa como una segunda naturaleza. Ninguna especie presenta una capacidad de aprendizaje tan grande y prolongada como la especie humana. Esta capacidad se ve favorecida tanto por el lenguaje como por la sociabilidad. Lenguaje, socialización y aprendizaje son los principales factores humanizadores y la base de la cultura.

2.1 ¿Qué debo hacer?

Hace referencia al imperativo categórico de Kant. La buena vida hace referencia a buscar la felicidad a través de la inteligencia. La vida buena se refiere a la dimensión moral, actúa la corrección, no la inteligencia.¿Qué debemos hacer? Tiene dos perspectivas: –

Ética

¿Qué debo hacer para que las cosas me vayan bien? Es la cuestión que denominamos buena vida: buscar la felicidad a través de la inteligencia. Una de las tareas que debe realizar la inteligencia para favorecer la buena vida es adquirir tanto conocimiento como le sea posible. –

Filosofía

¿Qué debo hacer para actuar correctamente? No combiene olvidar la determinación clara de nuestras prioridades. La capacidad de disponer de medios para el logro de una finalidad no nos es exclusiva. Se pretende obtener la vida buena: la dimensión moral, actúa la corrección, no la inteligencia. 

9.1. El proceso de hominización

Nos damos cuenta de que los humanos somos unos recién llegados de última hora al planeta. En un medio de campo abierto, la selección natural debíó de favorecer a aquello primates mejor adaptados a la locomoción terrestre. Es el primer eslavón de la cadena cultural. El bipedismo permite ejercer un mayor control del entorno circundante. Se produce así un intercambio mano-cerebro que se encuentra en la base del desarrollo encefálico. El Homo Sappiens es el último eslabón de la cadena. La creciente encefalización contribuye al desarrollo de la inteligencia, el lenguaje y la socialización. A medida que las tareas aumentaban en número y complejidad, se hacía necesario el que el cerebro humano incrementase su capacidad de adaptación. Esta carácterística la llamamos neotenia.