Ética del Deporte y el Consumo: Reflexiones sobre Valores y Sociedad

Ética del Deporte:

Originariamente, el deporte promueve valores como la comparación, la salud, y es por este motivo que se pretende que los jóvenes lo realicen. Su origen se encuentra en la cuna del deporte: Grecia. En esta época, el deporte era amateur, un juego desinteresado y una diversión de la que los deportistas, sobre todo, obtenían forma y valores (honores) y a los que se honraba con esculturas (discóbolo). En esta época, era solo un espectáculo para hombres libres; no participaban los esclavos ni los extranjeros. Sin embargo, en nuestros días, el deporte está colonizado por los intereses económicos y ha dejado de ser amateur para convertirse en una profesión muy rentable. Ciertamente, mueve gente y cantidades de dinero, conceptos de publicidad, en equipos deportivos (ropa), retransmisiones deportivas, en la pugna por conseguir los Juegos Olímpicos. Por el lado de los deportistas, en consecuencia, los valores de la superación y la cooperación se convierten en un medio de enriquecimiento personal. Por otro lado, el deporte contribuye también al mito de nuestra sociedad del cuerpo, la juventud y la belleza.

Ética del Consumo:

El consumo propicia valores como el placer, la sexualidad, el ocio, el cuerpo, la juventud, la belleza, etc. Efectivamente, son los valores que se difunden por la publicidad y por el consumo, por ejemplo, la moda, vehículos, cosas, viajes. Pero a la vez, muchos anuncios intentan crear la ilusión de que el consumo nos hace solidarios, como por ejemplo los famosos anuncios de Coca-Cola. Por ejemplo, las personas que comparten los colegios de élite, los jesuitas, El Pilar, que viven en los mismos barrios, La Moraleja, Serrano, que veranean en los mismos sitios, Marbella, San Sebastián, que visten en las mismas tiendas, Loewe, DG… comparten estos mismos gustos que les permiten aproximarse entre sí y formar parte de un mismo grupo que sería las clases medias y altas, y que hacen barrera, por ejemplo, a la hora de contraer matrimonio, dificultando que, por ejemplo, la hija de Botín pueda llegar a casarse con su portero.

La Teoría de Aristóteles:

S. III a.C. Discípulo de Platón, preceptor o maestro de Alejandro Magno, porque en Grecia son los filósofos los que aconsejan a los jóvenes y dirigen, y no los sacerdotes, como todavía sucedía en la España franquista. Según este filósofo, los valores que debían transmitirse para alcanzar la felicidad, que es el fin de la vida humana, son la salud, ciertos bienes materiales o económicos, la amistad, la participación política (porque si no participamos en política, las decisiones sobre los sueldos, las vacaciones, si ir a la guerra o no, sobre la vivienda, las toman otros por nosotros). La sabiduría tiene que ver con el punto anterior, porque gracias a ellos podemos dirigir y gobernar nuestra vida en gran medida, por ejemplo, no aceptar unas condiciones laborales injustas, saber que es necesario estudiar para progresar en la vida, que son necesarios los amigos, que no hay que ser senólogo, porque pertenecemos a un país de emigrantes y que hay que participar en política, porque así no nos gobiernan otros en cierta medida.

J. Habermas y la Teoría:

Según esta teoría, para llegar a una moral universal válida para todos, no hay otro camino que el diálogo y el intento de convencer a los demás de lo que consideramos justo y moral. Esto podría hacerse en los parlamentos, en la comunidad europea, etc. El problema es que hay intereses contrarios que son difíciles de armonizar, por ejemplo, lo relativo a los sueldos, vacaciones, a lo que debe ser justo. Es difícil que empresarios y trabajadores se pongan de acuerdo; también es difícil el acuerdo, por ejemplo, sobre la inmoralidad de la guerra, que como en EE. UU. pretenden tener el control del mundo. Igualmente, sería difícil el acuerdo entre lo que se considera moral entre hombres y mujeres. Toda esta teoría se basa en la ética; no es una ciencia del mismo tipo que las ciencias naturales, porque las verdades de estas últimas se basan en observaciones que todo el mundo puede realizar. Por ejemplo, el agua hierve a 100º y, por lo tanto, no caben diversas opiniones; son incuestionables. Sin embargo, por ejemplo, el aborto, la homosexualidad, la sexualidad, las relaciones prematrimoniales no se basan en hechos observables, porque, por ejemplo, en el caso del aborto, observamos simplemente la destrucción de un feto, pero nada que tenga que ver con si es un asesinato y si es bueno o malo, y por este motivo hay opiniones distintas. Respecto a la homosexualidad, observamos dos cuerpos que se juntan, pero nada que tenga que ver con si es bueno o malo. Respecto a si es mejor el trabajo o el ocio, cuando observamos a alguien muy trabajador o alguien que combina trabajo con ocio, no podemos observar nada que nos diga que un valor es superior a otro.

Discriminación Política:

Intenta contrastar la discriminación negativa que sufren determinados colectivos, como por ejemplo: las mujeres, los jóvenes, los inmigrantes, los gitanos… Ciertamente, por ejemplo, las mujeres sufren discriminación en lo relativo a los salarios y se dice que pueden ganar en torno a un 20% o 30% menos. En lo relativo a su presencia en relevancia económica, política, social e incluso religiosa. Sabemos en este sentido que hay pocas mujeres empresarias, directivas, empresariales, jefas de gobierno y, por supuesto, las mujeres no pueden llegar a cardenal ni papa. Por ello, se han tomado iniciativas legales que obligan a que la mujer ocupe el 50% de las listas electorales de los partidos políticos. Por ejemplo, en los consejos de los partidos políticos, en los consejos de administración de empresas, se busca la equidad y los permisos de paternidad colectivos.

División o Tipos de Instituciones:

Institución familiar: Se dice que la familia hoy está en crisis y, efectivamente, lo que puede decirse es que tiene una enorme fragilidad, entre otras cosas, porque se basa esencialmente en vínculos sentimentales y psicológicos. También por el individualismo de nuestra sociedad, que determina que ya no buscamos el bien de la familia, sino el nuestro propio, y de ahí la frecuencia de los divorcios. En el último año, los divorcios, en el primer año de matrimonio, han aumentado en un 330%. Ciertamente, antes la familia no solo se basaba en vínculos psicológicos, sino que transmitía un vínculo, un título, una profesión, etc. Mientras que hoy, los padres, fundamentalmente, la función que cumplen es asegurar la educación de los hijos, delegando a su vez la educación en la escuela, en los medios de comunicación y en el grupo de jóvenes. Lo que supone, con frecuencia, que los hijos tienen dificultades de comportamiento, de falta de respeto, de no saber comportarse. En nuestros días, por todo lo anterior, asistimos a una multiplicación de modalidades de familia que, a diferencia de lo sucedido en el pasado, donde el matrimonio era obligatorio para todas las parejas, elegimos libremente. Existen parejas por la iglesia, parejas de hecho, parejas homosexuales, monoparentales (la unidad constituida, por ejemplo, por uno de los cónyuges y los hijos precedentes de un divorcio) y, por último, parejas que no comparten domicilio. En el pasado, en la generación de nuestros abuelos/padres, la familia era el centro de la vida, mientras que hoy le damos muchísima importancia a la profesión, la amistad…

La Utopía Comunista/Marxista:

Aspira a una sociedad comunista, en la cual los medios de producción: industrias, tierras… pasarían a ser colectivos, lo que no implica que también, por ejemplo, propiedades como un coche, un piso, una pequeña empresa o negocio, también fueran colectivizadas. De esta manera, desaparecerían la base de las desigualdades sociales, de las injusticias y las clases sociales que anteriormente habían enfrentado a la inmensa mayoría de la población, que vive de un salario, con los grandes propietarios. Para llegar a este punto, era necesaria una dictadura del proletariado, como la que existe en China, en Cuba, etc., porque la burguesía no aceptaría pacíficamente la expropiación de sus bienes. Hoy en día, los partidos comunistas, como por ejemplo Izquierda Unida, plantean que es necesario llegar a través de las urnas y la democracia a un régimen como este, cuando una mayoría de la población, por lo tanto, fuera favorable a ella.

Plusvalía:

Significa el dinero que no se le paga al trabajador y que va a engrosar el capital del empresario. Un trabajador hace diez sillas en diez horas y le pagan 100 euros. El empresario lo vende por 200 euros, lo que significa que solo le ha pagado la mitad de las horas de trabajo y ese es el resto de dinero y de tiempo, el origen del capital.

Teoría del Valor:

Significa precisamente que lo que eran el valor y la riqueza es el trabajo y no la inversión del capital. Si nadie trabajase en una mina, el campo o una industria, no habría creación de objetos y de riqueza.