Estructura Social y Trabajo a Través de la Historia: Egipto, Grecia, Roma, Edad Media y Moderna

Egipto

La sociedad egipcia se dividía en clases. En la cúspide estaba el faraón, máxima autoridad que poseía todas las riquezas y poderes, y cuyas tumbas eran las pirámides. Los nobles, miembros de la familia real, tenían varios siervos y distintos niveles de poder político. Los escribas, funcionarios que leían y escribían jeroglíficos, redactaban leyes, medían campos, recaudaban impuestos y llevaban los registros del tesoro real. Los sacerdotes conectaban con los dioses y su cargo estaba vinculado a los templos. Los artistas y artesanos (escultores, ebanistas, etc.) trabajaban en talleres situados en templos y palacios. Los campesinos, la mayoría de la población, recibían una pequeña parte de la tierra que cosechaban, a menudo insuficiente para mantener a sus familias.

Los siervos, personas muy pobres pero libres, servían a los nobles en tareas domésticas. Los esclavos, condición hereditaria, no eran libres salvo que su amo decidiera liberarlos. El ejército se componía de mandos nobles y tropas campesinas. Los descubrimientos arqueológicos revelan que en la construcción de las pirámides hubo trabajadores asalariados. El trabajo era obligatorio para las clases más bajas, y los súbditos debían cumplir los deseos del faraón, lo que les daba derecho a alimentos, vestimenta y vivienda. El salario en especie era común, y el sueldo diario promedio era de 10 panes y una medida de cerveza. En 1165 a.C. se registró la primera huelga conocida, pero las condiciones sociales no mejoraron significativamente, como lo indican numerosos registros de saqueo de tumbas por los mismos constructores. La civilización egipcia requirió mucha mano de obra para la economía agraria, ganadera y sus conquistas militares, todo en beneficio del faraón. La mujer en el Antiguo Egipto tenía igualdad ante la ley, podía manejar su herencia, dirigir negocios, ser médica y consejera política. Las mujeres aristócratas tenían estancias propias (opet) y al casarse mantenían su nombre, con matrimonios basados en separación de bienes. El divorcio estaba permitido, aunque las mujeres solían llevarse menos patrimonio.

Grecia

La sociedad griega se dividía en libres y no libres. Entre los libres estaban los ciudadanos, poseedores de tierras y dedicados a los asuntos de la polis, incluyendo militares, políticos, jueces y abogados. Los ciudadanos pobres, aunque vivían en explotación y pobreza, no podían ser esclavos. Las mujeres ciudadanas estaban bajo la tutela de un hombre, con funciones limitadas a casarse y tener hijos.

Las mujeres ciudadanas pobres y esclavas trabajaban en la producción textil. Los metecos, extranjeros residentes en la polis, eran mercaderes y comerciantes sin derecho a poseer tierras.

Entre los no libres estaban los esclavos, propiedad de sus amos, que no tenían derecho de vida o muerte sobre ellos. Los esclavos podían ser prisioneros de guerra, piratas o bandidos. Platón y Aristóteles defendían la esclavitud. Había esclavos públicos, disponibles para cualquier tarea, y domésticos, que podían ser enterrados en la sepultura familiar. Los esclavos en minas de plata de Laurión tenían las peores condiciones. Podían comprar su libertad y convertirse en metecos. En emergencias, los esclavos eran alistados como remeros y liberados si sobrevivían.

Roma

La familia romana era la base de la organización social, encabezada por el padre con autoridad total, incluyendo derecho a vida o muerte sobre su esposa e hijos. La sociedad se dividía en libres y no libres. Entre los libres estaban los patricios, nobles ciudadanos romanos con plenos derechos, y los clientes, hombres libres pobres dependientes de un patricio. Entre los no libres estaban los esclavos, considerados “res” (cosas) sin capacidad jurídica. La esclavitud podía surgir por nacimiento, guerra, sentencia penal o imperativo legal, y se extinguía por manumisión, muerte del amo o compra de libertad con el peculio. Los libertos, esclavos liberados, adquirían ciudadanía plena pero con derechos limitados.

El trabajo en Roma tenía una valoración negativa. Profesiones como la medicina y arquitectura eran honorables sin lucro. Sectores productivos incluían agricultura, minería e industria. La organización del trabajo incluía hombres libres, libertos, esclavos, colonos y encomendados. Instituciones de trabajo incluían el colonato, con grandes propietarios parcelando tierras a trabajadores libres, y el patronato/encomienda, donde un hombre libre buscaba protección de otro a cambio de servicios. Los contratos de trabajo eran consensuados y remunerados en moneda o especie.

La mujer en Roma era dependiente de un hombre y podía divorciarse legalmente si era libre. Con la llegada de esclavas, las mujeres ricas delegaron las tareas domésticas y se dedicaron al ocio. La ley que les prohibía heredar fue derogada, permitiéndoles cierta independencia económica y la administración de sus propios bienes.

Edad Media

La Edad Media, desde la caída del Imperio Romano de Occidente hasta la caída del Imperio Romano de Oriente, se divide en Alta (S. V-X) y Baja (S. XI-XV). Aunque se consideró una época de estancamiento, hubo creatividad tecnológica y nacieron instituciones económicas importantes. Con la caída del Imperio, surgió el feudalismo, un sistema de relaciones políticas y militares basado en el vasallaje. La sociedad era una pirámide con el rey en la cima, seguido por nobles, clero y campesinos. La esclavitud fue reemplazada por la servidumbre. En la Baja Edad Media, el crecimiento demográfico y el surgimiento de burgos impulsaron la economía de mercado y nuevas profesiones en comercio e industria.

La mujer en las ciudades medievales dependía del hombre, podía heredar y trabajaba en el sector textil y mercados locales.

Edad Moderna (S. XV-XVIII)

La Edad Moderna comienza con el descubrimiento de América en 1492 y termina con la Revolución Industrial, la independencia de EE. UU. y la Revolución Francesa. Este periodo se caracteriza por cambios geográficos, demográficos, sociales, políticos, culturales, religiosos y económicos. El feudalismo fue reemplazado por naciones estado centralizadas. Surgió el mercantilismo, centrado en la acumulación de oro y plata, y el capitalismo comercial, basado en el comercio y colonización. La sociedad seguía estratificada, con el rey, nobleza, Iglesia y el pueblo llano, que incluía burgueses, artesanos y campesinos.

El trabajo forzoso y la esclavitud reaparecieron, especialmente en las colonias americanas. El trabajo libre incluía contratos de arrendamiento y trabajo a domicilio. El calvinismo promovía el trabajo como una forma de adorar a Dios. La mujer seguía siendo dependiente del hombre, pero su incorporación al trabajo creció, especialmente en el campo y talleres familiares.

Las Leyes de Indias, iniciadas por Isabel la Católica, protegieron los derechos de los indígenas en América, prohibiendo su esclavitud y estableciendo normas sobre su trato justo, salarios, descanso y salud.