Estilo narrativo en Los Cachorros
Esta novela es un experimento estilístico, dada su original voz narrativa de carácter coral. La pandilla de Pichulita, ya adulta, relata en una original retrospección la biografía de su amigo, muerto trágicamente.
1. Oralidad
El relato está dividido en seis capítulos que corresponden a las distintas etapas de la vida del grupo, desde los ocho años hasta los treinta y tantos. Vargas Llosa adapta en todo momento el lenguaje de los narradores a la edad que tienen en cada capítulo. Sus distintas etapas vitales se caracterizan por un particular uso del lenguaje.
Onomatopeyas
Se observa un uso reiterado de onomatopeyas a lo largo de la novela:
- Onomatopeya de Tarzán: En las acciones de Cuéllar se esboza una parodia juvenil de la figura clásica del superhombre, que mediante su virilidad siempre conquista.
- Onomatopeya del Águila Enmascarada: Cuéllar siente la profunda necesidad de superarse y, por consiguiente, sufre más de este complejo de inferioridad. Por eso, se identifica con los románticos seres solitarios de la ficción.
- En el segundo capítulo encontramos onomatopeyas relacionadas con el despertar sexual del grupo, como “Bandangan”, referida a los golpes que el débil Cuéllar reparte.
- Representación gráfica del tartamudeo de Cuéllar cuando se le insta a consolidar su relación con Teresita.
- El asco de Teresita al ver muerta a la mariposa, símbolo de la ambigüedad sexual de Pichulita.
- Códigos de entretenimiento colectivo.
Diminutivos
Se utilizan los diminutivos (-ito, -cito y -ecito) de forma constante. Los narradores mantienen un tono de habla infantil, demostrando la falta de tránsito de la adolescencia a la edad adulta. Hay diminutivos dirigidos a las mujeres (“señoritas”, “hembrita”, “cholitas”) y otros dirigidos a Cuéllar (“chiquito”, “jovencito”, “pichulita”). Cuéllar, ante las conquistas de la pandilla, se muestra “nerviosito” y “pesadito”. Dos momentos climáticos en el uso de los diminutivos son las escenas con Teresita y la fría despedida del grupo a Cuéllar. En estas escenas hay diminutivos como sentadita, manitas, zapatitos, alitas, deditos, vocecita, pobrecita, casita, barriguitas, pequitas, arruguitas. También encontramos aumentativos como: cabezazo, pelotazo, patadón, cuerpazo, pichulaza, rosquetón, pintón, olones.
Fórmulas de conversación
Es constante la utilización de fórmulas orales como: sí, no, ya, claro, y el uso de interrogaciones retóricas.
Yuxtaposición y asíndeton
La trabazón estilística que une las distintas materias yuxtapuestas es tan estrecha que estas llegan a fundirse totalmente.
2. Procedimientos narrativos
Los Cachorros es un fragmento de una exploración total: intentar la narración en todas las personas a la vez hasta disolver los puntos de vista individuales en una sola entidad, un narrador colectivo que relata en un continuum avasallador. Si los personajes se unifican en un gran “Nosotros”, ese “Nosotros” quisiera abrazar también al lector y hacerlo partícipe. Benedetti afirma que es una manera de instalar al lector en esa culpa tribal, de hacerle sentir de alguna manera un escozor de prójimo. A la vez, se consigue que la expresión se haga más rápida, más espontánea.
Polisíndeton
Existe una presencia constante de la conjunción “y” en la estructura. La sorpresa del lector al comprender que se trata de la muerte de Cuéllar se debe a que este dato está colocado dentro de una fórmula paralela. La intrascendencia del hecho anterior, junto con el adverbio “ya”, confunde al lector, que espera otra cosa. Irónicamente, el único elemento de este periodo que se destaca es “pero este final es un hecho que se lo buscó”.
Vocativos
Se utilizan vocativos como: hermano, corazón, pobre.
3. Peculiaridades léxicas
Anglicismos
Se utilizan anglicismos como: hotdog, bowling, smoking.
Feísmos
Se emplean feísmos como: maricones, orinar, mierda, pendejo.
Americanismos
- De a medio pelo: gente de moralidad dudosa.
- Pintón: guapo.
- Cuetes: corrupción del término cohete.
- Pituquitas: presumida.
- Locumbeta: loco.
- Polillas: prostitutas.
- Potoncita: culona.
- De mamey: vida cómoda.
Peruanismos
- Tirar plan: relación pasajera amorosa.
- Volteado: bebido de un trago.
- Muachafitas: mujer de clase media que simula tener lo que no tiene.
- Rocanrolero: gamberro.
- Pichicatero: drogadicto.
- Bulines: bares con prostitución.
Habla coloquial
Se utilizan expresiones del habla coloquial como: morirse por alguien, apachurrados, volvió a las andadas.
4. Recursos literarios predominantes
Metáforas
Se emplean metáforas como: el puñalito, el revólver, la mariposa, el mismo Judas y los cuatro conejitos blancos. El Ford de Cuéllar vuela.
Símiles
Se utilizan símiles como: Le habían pegado el apoyo como una estampita. Cuando Cuéllar vomitó por primera vez le dicen: Te has manchado hasta el alma Cuéllar, tosiendo y escupiendo como un borracho. A Cuéllar le gusta Teresita como un chicle. Teresita le dice al grupo que considera a Cuéllar como un amigo.
Metonimias
Se emplean metonimias como: Bebe Cuéllar, sin cesar, Cristales, capitanes. Cuéllar se hacía pasar por un cráneo. El humo de los Lucky y los Viceroy. Los coches como: Ford, Chevrolet, Ford, Nash, Volvo.
Antítesis
El drama íntimo de Cuéllar descansa en la oposición entre la agresividad de Judas y la fragilidad de los conejitos. De chaconcito a cuerpazo. De gamberro a un caballerito formalito. La pandilla celebra jocosa su carpe diem vital. La ciudad de Lima, representación del orden social burgués, frente a la selva, Tingo María, un desesperado locus amoenus donde se refleja Cuéllar.
Animalizaciones
Se utilizan animalizaciones como: Cuéllar, caballo loco. Perrito faldero. El abandono de Teresita es considerado como una perrada.
Gradación
La temporalidad es la base estructural de esta novela; se pormenoriza, en todo momento, la enumeración cronológica de las distintas etapas vitales de Cuéllar y de su pandilla (“pantalón corto”, “pantalón largo”).
Repeticiones
Se repiten palabras como feliz, risa. Especialmente, se repite el verbo “saber” aludiendo a la castración de Cuéllar de forma eufemística.
Imágenes visuales
Dominio del color rojo. Judas, que es sustituido por los conejillos, la referencia de Cuéllar “la mariposa espachurrada” y de Teresita destacan sus manitas blancas.