C. Época moderna.
El Renacimiento representa los albores de la época moderna. Entre los siglos XIV y XVI, en Europa asistimos al paso de la filosofía medieval a la filosofía moderna, pues se produce un giro humanista. Frente al teocentrismo medieval, el Renacimiento, sin olvidar a Dios, convierte al hombre en el centro de sus intereses. Se trata de un ser humano más crítico e individualista. Junto con el interés por la antigüedad y la cultura griega, durante estos siglos se asiste al surgimiento de un pensamiento original de la época. Así pues, aparecen diferentes corrientes filosóficas, con pensadores de gran relevancia dentro de la historia de la filosofía. Tras el Renacimiento se entra en la época moderna. El principal estímulo externo lo constituyeron las matemáticas y la física, así como los grandes descubrimientos geográficos del Renacimiento. El conocimiento humano es el gran protagonista. Existen cuatro grandes sistemas
Racionalismo. Intenta solucionar problemas referidos al conocimiento humano. Los filósofos de esta corriente viven la revolución científica o nueva ciencia.
Dentro de este contexto, una de las carácterísticas del Racionalismo es la de ver en las matemáticas un saber que parte de principios básicos evidentes (axiomas), de donde se deduce todas las verdades del sistema, que son universales y necesarias. Para los racionalistas el conocimiento de la realidad debe ser derivado de ideas o principios evidentes, que son innatos. Destacan los pensadores René Descartes, Baruch Espinoza y Gottfried Leibniz.
Empirismo. Sostiene que la filosofía debe olvidar los delirios de universalidad y necesidad, así como la especulación, para centrarse en la base del conocimiento. Éste punto de partida es la experiencia sensorial, entendida como el conjunto de sensaciones que el sujeto recibe a través de la percepción externa e interna. Es especialmente significativa la filosofía ética y política de John Locke, que es el gran precursor del liberalismo. Junto a su teoría contractual está la de Thomas Hobbes, que justifica la existencia del estado absoluto. Otros pensadores empiristas son Francis Bacón, George Berkeley y David Hume.
Criticismo de Kant. Evita el dogmatismo y el escepticismo de la razón al reunir los contenidos del Racionalismo y del Empirismo. De esta forma logra una síntesis conciliadora entre ambas corrientes, pero a la vez la supera con el criticismo. Su gran su gran preocupación fue investigar la naturaleza y los límites del conocimiento humano, así como averiguar si la metafísica es un saber científico o no. Su método crítico lo aplica posteriormente a la moral, que establece como autónoma formal y basada en el deber, la libertad y el imperativo categórico. Por último este método también lo aplica a la relación existente entre el arte-historia y la peculiaridad de la experiencia estética.
Idealismo alemán. Tiene como representante principal Hegel, quien, en su Filosofía de la historia, revaloriza el estado frente a la sociedad civil. Esto tendrá
8 TEMA 1. La filosofía y el mundo del saber
gran repercusión en los movimientos revolucionarios contemporáneos. También es importante su teoría dialéctica, que será revisada y asumida por el materialismo histórico. Otros representantes del idealismo alemán son: Fichte y Schelling.
D. Época contemporánea.
Suele denominarse época contemporánea a la compleja actividad filosófica desarrollada en los siglos XIX y XX. Son múltiples las corrientes de esta época las más significativas son:
Positivismo. Augusto Comte representa la primera oposición a Hegel. Este pensador rechaza la metafísica y la aspiración de un saber absoluto y pretende implantar un saber positivo, científico, como base de una nueva organización político-social.
Marxismo. Recoge los fundamentos lógicos de la dialéctica hegeliana pero, al mismo tiempo, representa con su filosofía materialista, una segunda reacción radical al idealismo absoluto de Hegel. La obra de sus dos máximos representantes, Karl Marx y Friedrich Engels, adquiere un gran significado no sólo crítico-filosófico, sino también en el ámbito de la política, la economía y las organizaciones sociales como, por ejemplo los sindicatos. Para ellos no se trata sólo de interpretar la realidad (teoría), sino sobre todo de transformarla (praxis).
Vitalismo. Su principal representantes Friedrich Nietzsche, quien aporta como gran innovación en la filosofía la defensa de la vida y de lo irracional frente a la racionalidad de la ciencia y los fenómenos fisicoquímicos. Existencialismo. Reivindica la originalidad y peculiaridad de la existencia individual. Esta corriente filosófica otorga prioridad a la existencia frente a la esencia, pero también a la vida frente a la razón, a la praxis frente a la teoría, y a la libertad frente a la determinación. Destacan Soren Kierkegaard, Martín Heidegger, Jean Paúl Sartre y Albert
Camus.
Filosofía analítica. Es una corriente filosófica que considera que los errores del pensamiento son fundamentalmente errores lingüísticos. Centra su atención en temas lógicos y epistemológicos, así como en el contexto del análisis del lenguaje. Sus máximos representantes son: Ludwig Wittgenstein, Bertrand Russell.
Neopositivismo. No acepta la metafísica en la convicción de que no hay más conocimiento auténtico que el que proporcionan las ciencias empíricas o experimentales. Su principal pensador es Rudolf Carnap.
Escuela de Frankfurt. Se propone una reflexión crítica de la sociedad posindustrial y del concepto de razón que la ha configurado (razón instrumental). Sus máximos representantes son: Max Horkheimer, Theodor Adorno, Herbert Marcuse y Jürgen Habermas.
Posmodernismo. Según Gianni Vattimo es un pensamiento paradójico que construye y destruye a la vez conceptos y da lugar a una multiplicidad de códigos y heterogeneidad de modelos o paradigmas. Además, es un pensamiento que expande la filosofía hacia los múltiples espacios culturales (ciencia, tecnología, medios de comunicación y arte). El “todo
9 TEMA 1. La filosofía y el mundo del saber
vale” del pensiero debole o pensamiento débil de Vattimo se convirtió en la actitud epistemológica de la sociedad posmoderna.
4. LAS PREGUNTAS EN LA FILOSOFÍA.
Preguntas estrictamente humanas como ¿qué es el bien, la justicia, la verdad, belleza?, etc. Son parte sustancial de los intereses de la filosofía. ¿Qué es el ser humano y qué sentido tiene su existencia? ¿Cómo se puede alcanzar la felicidad? ¿Somos líderes? Todas estas preguntas que incumben al ser humano son el núcleo originario de la actividad filosófica.
Muchos de los planteamientos que se han hecho los seres humanos a lo largo de la historia han podido perder peso e interés o incluso modificarse en según qué épocas. Sin embargo, esos planteamientos se han sucedido en la historia de las ideas y han contribuido a la formación de nuestro mundo actual pues, en realidad, cualquier corriente filosófica está también estrechamente relacionada con el presente. En consecuencia, existen problemas que han tenido cierta continuidad a lo largo de la historia y pueden emerger en distintos momentos si las circunstancias son las adecuadas. De igual modo, también pueden aparecer situaciones absolutamente nuevas, que provocan el nacimiento de nuevos ámbitos de indagación filosófica. Ejemplo de ello son la tecnología, la bioética, etc. Sin embargo a pesar de estos cambios, modificaciones o innovaciones se pueden rastrear una serie de problemas constantes a lo largo de la historia de la filosofía.
Como decía Kant en su Crítica de la razón pura, todos los intereses del ser humano se resumen en las tres cuestiones siguientes: ¿qué puedo saber?, ¿Qué debo hacer?, ¿Qué me cabe esperar? Estas tres preguntas se integran en una más general y fundamental: ¿qué es el hombre? Para responder a esta pregunta hay que aclarar previamente determinados temas fundamentales como son el conocimiento, la ciencia, el lenguaje o la ética. Y previamente a ello dos conceptos fundamentales:
El concepto de ser. Este es el concepto que más ha preocupado la filosofía durante siglos. Es fundamental para definir lo esencial de las cosas y apuntar la verdad o falsedad de su existencia, es decir, para poder establecer y reconocer la diferencia en lo meramente aparente y lo verdaderamente real.
La actividad productiva humana. Aunque, después de Aristóteles, fue asunto al que los filósofos le dedicaron poca atención, desde el Siglo XVIII y, sobre todo, a partir de las últimas décadas, es un tema de absoluta necesidad. Por una parte, la acción transformadora. Ésta se encuentra propiciada por el desarrollo técnico y tecnológico del Siglo XX. Da lugar a una reciente filosofía de la tecnología preocupada por las relaciones entre ciencia técnica y ética. Por otra parte está la creación artística. Representa el aspecto de innovación y genialidad que supone la intervención humana en la reproducción de la realidad o en su recreación.
El Renacimiento representa los albores de la época moderna. Entre los siglos XIV y XVI, en Europa asistimos al paso de la filosofía medieval a la filosofía moderna, pues se produce un giro humanista. Frente al teocentrismo medieval, el Renacimiento, sin olvidar a Dios, convierte al hombre en el centro de sus intereses. Se trata de un ser humano más crítico e individualista. Junto con el interés por la antigüedad y la cultura griega, durante estos siglos se asiste al surgimiento de un pensamiento original de la época. Así pues, aparecen diferentes corrientes filosóficas, con pensadores de gran relevancia dentro de la historia de la filosofía. Tras el Renacimiento se entra en la época moderna. El principal estímulo externo lo constituyeron las matemáticas y la física, así como los grandes descubrimientos geográficos del Renacimiento. El conocimiento humano es el gran protagonista. Existen cuatro grandes sistemas
Racionalismo. Intenta solucionar problemas referidos al conocimiento humano. Los filósofos de esta corriente viven la revolución científica o nueva ciencia.
Dentro de este contexto, una de las carácterísticas del Racionalismo es la de ver en las matemáticas un saber que parte de principios básicos evidentes (axiomas), de donde se deduce todas las verdades del sistema, que son universales y necesarias. Para los racionalistas el conocimiento de la realidad debe ser derivado de ideas o principios evidentes, que son innatos. Destacan los pensadores René Descartes, Baruch Espinoza y Gottfried Leibniz.
Empirismo. Sostiene que la filosofía debe olvidar los delirios de universalidad y necesidad, así como la especulación, para centrarse en la base del conocimiento. Éste punto de partida es la experiencia sensorial, entendida como el conjunto de sensaciones que el sujeto recibe a través de la percepción externa e interna. Es especialmente significativa la filosofía ética y política de John Locke, que es el gran precursor del liberalismo. Junto a su teoría contractual está la de Thomas Hobbes, que justifica la existencia del estado absoluto. Otros pensadores empiristas son Francis Bacón, George Berkeley y David Hume.
Criticismo de Kant. Evita el dogmatismo y el escepticismo de la razón al reunir los contenidos del Racionalismo y del Empirismo. De esta forma logra una síntesis conciliadora entre ambas corrientes, pero a la vez la supera con el criticismo. Su gran su gran preocupación fue investigar la naturaleza y los límites del conocimiento humano, así como averiguar si la metafísica es un saber científico o no. Su método crítico lo aplica posteriormente a la moral, que establece como autónoma formal y basada en el deber, la libertad y el imperativo categórico. Por último este método también lo aplica a la relación existente entre el arte-historia y la peculiaridad de la experiencia estética.
Idealismo alemán. Tiene como representante principal Hegel, quien, en su Filosofía de la historia, revaloriza el estado frente a la sociedad civil. Esto tendrá
8 TEMA 1. La filosofía y el mundo del saber
gran repercusión en los movimientos revolucionarios contemporáneos. También es importante su teoría dialéctica, que será revisada y asumida por el materialismo histórico. Otros representantes del idealismo alemán son: Fichte y Schelling.
D. Época contemporánea.
Suele denominarse época contemporánea a la compleja actividad filosófica desarrollada en los siglos XIX y XX. Son múltiples las corrientes de esta época las más significativas son:
Positivismo. Augusto Comte representa la primera oposición a Hegel. Este pensador rechaza la metafísica y la aspiración de un saber absoluto y pretende implantar un saber positivo, científico, como base de una nueva organización político-social.
Marxismo. Recoge los fundamentos lógicos de la dialéctica hegeliana pero, al mismo tiempo, representa con su filosofía materialista, una segunda reacción radical al idealismo absoluto de Hegel. La obra de sus dos máximos representantes, Karl Marx y Friedrich Engels, adquiere un gran significado no sólo crítico-filosófico, sino también en el ámbito de la política, la economía y las organizaciones sociales como, por ejemplo los sindicatos. Para ellos no se trata sólo de interpretar la realidad (teoría), sino sobre todo de transformarla (praxis).
Vitalismo. Su principal representantes Friedrich Nietzsche, quien aporta como gran innovación en la filosofía la defensa de la vida y de lo irracional frente a la racionalidad de la ciencia y los fenómenos fisicoquímicos. Existencialismo. Reivindica la originalidad y peculiaridad de la existencia individual. Esta corriente filosófica otorga prioridad a la existencia frente a la esencia, pero también a la vida frente a la razón, a la praxis frente a la teoría, y a la libertad frente a la determinación. Destacan Soren Kierkegaard, Martín Heidegger, Jean Paúl Sartre y Albert
Camus.
Filosofía analítica. Es una corriente filosófica que considera que los errores del pensamiento son fundamentalmente errores lingüísticos. Centra su atención en temas lógicos y epistemológicos, así como en el contexto del análisis del lenguaje. Sus máximos representantes son: Ludwig Wittgenstein, Bertrand Russell.
Neopositivismo. No acepta la metafísica en la convicción de que no hay más conocimiento auténtico que el que proporcionan las ciencias empíricas o experimentales. Su principal pensador es Rudolf Carnap.
Escuela de Frankfurt. Se propone una reflexión crítica de la sociedad posindustrial y del concepto de razón que la ha configurado (razón instrumental). Sus máximos representantes son: Max Horkheimer, Theodor Adorno, Herbert Marcuse y Jürgen Habermas.
Posmodernismo. Según Gianni Vattimo es un pensamiento paradójico que construye y destruye a la vez conceptos y da lugar a una multiplicidad de códigos y heterogeneidad de modelos o paradigmas. Además, es un pensamiento que expande la filosofía hacia los múltiples espacios culturales (ciencia, tecnología, medios de comunicación y arte). El “todo
9 TEMA 1. La filosofía y el mundo del saber
vale” del pensiero debole o pensamiento débil de Vattimo se convirtió en la actitud epistemológica de la sociedad posmoderna.
4. LAS PREGUNTAS EN LA FILOSOFÍA.
Preguntas estrictamente humanas como ¿qué es el bien, la justicia, la verdad, belleza?, etc. Son parte sustancial de los intereses de la filosofía. ¿Qué es el ser humano y qué sentido tiene su existencia? ¿Cómo se puede alcanzar la felicidad? ¿Somos líderes? Todas estas preguntas que incumben al ser humano son el núcleo originario de la actividad filosófica.
Muchos de los planteamientos que se han hecho los seres humanos a lo largo de la historia han podido perder peso e interés o incluso modificarse en según qué épocas. Sin embargo, esos planteamientos se han sucedido en la historia de las ideas y han contribuido a la formación de nuestro mundo actual pues, en realidad, cualquier corriente filosófica está también estrechamente relacionada con el presente. En consecuencia, existen problemas que han tenido cierta continuidad a lo largo de la historia y pueden emerger en distintos momentos si las circunstancias son las adecuadas. De igual modo, también pueden aparecer situaciones absolutamente nuevas, que provocan el nacimiento de nuevos ámbitos de indagación filosófica. Ejemplo de ello son la tecnología, la bioética, etc. Sin embargo a pesar de estos cambios, modificaciones o innovaciones se pueden rastrear una serie de problemas constantes a lo largo de la historia de la filosofía.
Como decía Kant en su Crítica de la razón pura, todos los intereses del ser humano se resumen en las tres cuestiones siguientes: ¿qué puedo saber?, ¿Qué debo hacer?, ¿Qué me cabe esperar? Estas tres preguntas se integran en una más general y fundamental: ¿qué es el hombre? Para responder a esta pregunta hay que aclarar previamente determinados temas fundamentales como son el conocimiento, la ciencia, el lenguaje o la ética. Y previamente a ello dos conceptos fundamentales:
El concepto de ser. Este es el concepto que más ha preocupado la filosofía durante siglos. Es fundamental para definir lo esencial de las cosas y apuntar la verdad o falsedad de su existencia, es decir, para poder establecer y reconocer la diferencia en lo meramente aparente y lo verdaderamente real.
La actividad productiva humana. Aunque, después de Aristóteles, fue asunto al que los filósofos le dedicaron poca atención, desde el Siglo XVIII y, sobre todo, a partir de las últimas décadas, es un tema de absoluta necesidad. Por una parte, la acción transformadora. Ésta se encuentra propiciada por el desarrollo técnico y tecnológico del Siglo XX. Da lugar a una reciente filosofía de la tecnología preocupada por las relaciones entre ciencia técnica y ética. Por otra parte está la creación artística. Representa el aspecto de innovación y genialidad que supone la intervención humana en la reproducción de la realidad o en su recreación.