España en la economía global: retos y oportunidades en un mundo interdependiente

La Globalización y la Economía Española

La crisis financiera y económica internacional de los últimos años ha puesto de manifiesto el alto grado de interdependencia de las economías mundiales, cuya actividad sobrepasa las fronteras nacionales en un mundo cada vez más globalizado. Aunque en tiempos de crisis la globalización supone un riesgo, puesto que puede retrasar la recuperación de la actividad y el empleo, los teóricos de los organismos multilaterales la defienden como motor del desarrollo. Esto ha sido clave en el caso español, que ha pasado de ser la economía europea más cerrada durante la primera parte de la dictadura franquista a estar entre las primeras economías del mundo.

España ocupa el puesto decimotercero en la lista de las economías mundiales que elabora el Fondo Monetario Internacional (FMI), al contar con un PIB cercano a 1,1 billones de euros. No obstante, la crisis ha provocado que sea adelantada en esa clasificación por países como Canadá, India, Rusia y Australia, que han alejado la posibilidad de que pueda volver a situarse entre los diez primeros en el medio plazo.

El Sector Exterior como Pilar de la Economía

El sector exterior español se ha mantenido fuerte a pesar de la crisis y en la actualidad es el único pilar de la economía que aporta crecimiento, frente a una demanda nacional que se mantiene estancada o a la baja. En 2011, las exportaciones de bienes crecieron el 8,5 por ciento y las de servicios -que incluyen el turismo- el 5,8 por ciento, en tanto que el gasto que los no residentes realizan en España aumentó el 6,4 por ciento, de acuerdo con los datos del Instituto Nacional de Estadística (INE). En línea con la escasa demanda interna, las importaciones de bienes y servicios cayeron el 0,9 por ciento en 2011 y el gasto que los españoles hacen en el resto del mundo decreció el 4,5 por ciento.

La Organización Mundial del Comercio (OMC) sitúa a España como decimoctavo exportador mundial de mercancías, al mismo nivel que países como Emiratos Árabes Unidos y Australia, mientras que en lo que se refiere a importaciones le coloca en el puesto decimoquinto, al lado de países como México, Rusia y Singapur.

Competitividad de la Economía Española

Otro de los indicadores económicos que sitúan a España en el mundo globalizado es el de competitividad, elaborado por el Foro Económico Mundial, que le ubica en el puesto 36 de una lista de 144 economías, clasificadas por el nivel de exportaciones en relación con la calidad de vida de la población.

Fortalezas y Debilidades

Los factores que sitúan a España en la franja alta de la competitividad son la calidad de sus infraestructuras de transporte -reconocidas con el décimo puesto absoluto-, el tamaño de su mercado o las altas tasas de matriculación en educación superior, así como el buen nivel del país en implantación de tecnologías de la información y comunicación.

Frente a esas fortalezas, el Foro Económico Mundial señala debilidades que perjudican la competitividad como los desequilibrios macroeconómicos, el desequilibrio de las cuentas públicas, la corrupción local, la falta de crédito y el insuficiente gasto en investigación, desarrollo e innovación (I+D+i), que es considerado crucial como elemento para la transformación económica de un país.

Inversión Extranjera Directa

En lo que respecta al grado de inversión directa, en 2011 España se situó en el puesto número 13 de la lista de países que más invierten en el exterior y en el puesto número 14 en lo que se refiere a la recepción de inversiones, según los datos de la Conferencia de Naciones Unidas para el Comercio y el Desarrollo (UNCTAD). Este organismo subraya que las inversiones directas de las firmas españolas en el exterior han caído más del 80 por ciento desde 2007, antes de que comenzara la crisis y pinchara la burbuja inmobiliaria.

El Futuro de España en un Mundo Globalizado

El futuro de España se juega en un mundo globalizado. Los centros de poder político y económico son cada vez más heterogéneos. La diversidad social, la riqueza cultural y lingüística, la innovación y la pujanza de nuestra sociedad permiten que España pueda jugar un papel influyente en la globalización. Nuestra presencia en el mundo debe buscar contribuir a la justicia y la prosperidad defendiendo nuestros legítimos intereses y proyectando nuestros valores.

Nuestros grandes desafíos, requieren instancias globales o multilaterales que los puedan liderar. Por ello, la acción exterior de España y de la Unión Europea son claves para preservar nuestro modelo de sociedad y de bienestar. La política exterior es fundamental para defender nuestros legítimos intereses y para proyectar nuestros valores. Para reducir las desigualdades, para ser competitivos e innovadores, para hacer frente a las amenazas terroristas de toda índole, para canalizar los movimientos migratorios, para garantizar la sostenibilidad medioambiental y el aprovechamiento energético, España necesita presencia y acción internacional. Para construir la España que queremos, tenemos que actuar también en el exterior, en un entorno volátil e inestable.