España en el Siglo XX: Análisis de Documentos Clave (1898-1933)

Manifiesto de Primo de Rivera (1923)

a) Estamos ante un texto histórico de carácter político. Se trata del manifiesto donde el capitán general de Cataluña, Miguel Primo de Rivera, expone en 1923 los motivos de su golpe de Estado y su programa político. Presentándose como depositario de la voluntad popular, alude a las “desdichas” que asolan a España, remontándose al desastre colonial de 1898, refiriéndose veladamente a los disturbios protagonizados por el activismo obrero desde 1917 y terminando por el más reciente descalabro militar español en el protectorado marroquí establecido en el Rif desde el Tratado de Algeciras de 1906. Con este manifiesto, Primo de Rivera declara al margen del gobierno a la clase política e inicia una dictadura que, desde 1923 a 1930, terminará con el régimen de la Restauración apoyado hasta entonces en la Constitución de 1876.

b) La idea principal es la instauración de una dictadura militar a partir del momento de la publicación de ese manifiesto. Con ella se da por finalizado el régimen de la Restauración, que desde 1875 a 1923 ha sido marco de una serie de problemas que no han solucionado ni el sistema de alternancia bipartidista ni los programas políticos regeneracionistas tras el desastre del 98. Varias son las ideas secundarias que arroja el texto: Ante este escenario, el autor lamenta violar la legalidad vigente, legitimando este hecho como único modo de calmar el dolor de la Patria, el cual atribuye a los políticos, llamándolos “profesionales”, un término frío y distante, que emplea intencionadamente en contraposición a la espiritualidad de “cuantos aman a la Patria”, a los que califica de “pueblo sano”; a continuación, presenta el nuevo gobierno como un Directorio. El carácter militar del mismo, así como su provisionalidad, se explica por la necesidad de eliminar los últimos restos de desorden heredados de la situación que afronta, transmitiendo una sensación de determinación, estabilidad y seguridad; después, tachándose de “no imperialista”, asegura una solución al problema rifeño. No lo considera determinante para la restitución del prestigio militar español, pero paradójicamente le dedica más líneas que al diseño del gobierno directorial; finalmente, el último renglón de su manifiesto le convierte en un juez que culpa a los partidos políticos de los problemas de España y los sentencia a la exclusión.

c) Desde el fin de la Guerra de Cuba en 1898, España entra en una crisis identitaria, reflejada en el auge de los nacionalismos y regionalismos, con partidos como el PNV o la Liga Regionalista. Surge el movimiento Regeneracionista, liderado por Joaquín Costa, denunciando las irregularidades del sistema político de la Restauración, conocido como el “encasillado” o el “caciquismo”. Sin embargo, sus líderes no logran solucionar los problemas del país. La difícil situación se agrava con la Semana Trágica de 1909, la Primera Guerra Mundial y la creciente tensión social por el movimiento obrero, que convoca numerosas huelgas y manifestaciones.

El malestar social se acentúa en 1917 y llega a su punto álgido con la Crisis de Annual en 1921. Ante esta situación, se descarta un modelo de revolución social como en Rusia y se opta por una intervención militar, similar a la de Italia con Mussolini. Así surge el golpe de Primo de Rivera en 1923, con apoyo de los regeneracionistas y la burguesía. Se le atribuye el papel de “cirujano de hierro”, y la mayoría de partidos, incluido el PSOE y la UGT, muestran su conformidad.

Desde 1923 a 1925, Primo de Rivera instaura el Directorio Militar, con medidas como la restauración de la “paz social” y el “descuaje del caciquismo”. Para ello, suspende las garantías constitucionales, declara el Estado de Guerra, reprime huelgas y manifestaciones, y persigue a los nacionalismos catalán y vasco. Alfonso XIII asume la jefatura del Estado y apoya la dictadura de Primo de Rivera, denominada la “Dictadura con Rey”, similar a la de Mussolini.

Durante su mandato, logra cierto desarrollo económico, paz social y éxito internacional en Marruecos, obtenido este último con ayuda francesa. Sin embargo, suspende la Constitución, prohíbe la actividad política y controla la prensa. Busca establecer un Estado corporativo inspirado en el fascismo, con un partido único y una ley que consagraba un estado personalista y autoritario. Su modelo fracasa con la crisis de 1929, y tras su caída, España enfrenta nuevamente problemas políticos y económicos. Tras la breve experiencia democrática de la II República (1931-1936), la Guerra Civil se gestaba.

La dictadura de Primo de Rivera fue un régimen autoritario y militar, basado en una justificación regeneracionista con valores e ideales militares. Su régimen tuvo gran significado histórico, ya que muchos de los principios adoptados por Primo van a ser utilizados por Franco, quien además aprenderá de sus errores.

La Constitución de 1931

a) Texto histórico de carácter jurídico-político donde se exponen una serie de artículos de la Constitución española que en 1931 aprobaron las Cortes, una vez proclamada la República que dio fin a la Dictadura de Primo de Rivera. En estos artículos, como luego veremos, se reflejan algunos aspectos fundamentales por los que se había de regir la vida de la nación. El autor es colectivo, dado que es presentado por las Cortes, y su destinatario es público y nacional. Está datado el 9 de diciembre de 1931 y seguramente publicado en el Boletín Oficial que se edita en Madrid. Tiene la firma de don Julián Besteiro, presidente de las Cortes.

b) Resumen de sus ideas principales. Como antes indicábamos, el texto recoge algunos principios fundamentales del ordenamiento jurídico por el que se había de regir España. Las ideas quedan reflejadas en cada uno de los artículos: organización republicana del Estado, soberanía popular, igualdad ante la ley, aconfesionalidad del Estado, estatuto de las órdenes religiosas, división de poderes y posibilidad de aprobar estatutos de autonomía. El artículo 1 aborda la definición del estado, concebido como una república de todas clases de trabajadores. La pretensión es transmitir la idea de una soberanía popular, que era en la práctica lo que ocurría. Pero ese término presentaba mucha oposición, así como el de soberanía nacional (que molestaba a los nacionalistas catalanes y vascos). Un segundo aspecto importante es la definición de estado integral, que aleja a la Segunda República de los planteamientos federales y cantonales de los políticos de la Primera, en una definición clara de estado centralizado. Ahonda en esta definición el artículo 11, donde se abre la posibilidad de crear regiones autónomas, pero con un carácter alejado de los planteamientos federales de 1873. Se queda solo en una autonomía administrativa, sujeta a la aprobación del Congreso, lo que permitirá que este demuestre, con la paralización de varios estatutos, sus intenciones poco autonomistas. Los artículos 3 y 27 establecen la separación iglesia-estado, el fin del apoyo a la iglesia e incluso abren la puerta a la expulsión de parte de ella, lo que levantará la primera gran división entre los partidos republicanos. Se sigue la idea regulatoria de la ley del Candado de Canalejas, convirtiendo a la Iglesia en una asociación alejada de toda actividad no pastoral. A diferencia de leyes como la del sexenio se corta toda relación, incluso financiera.

El artículo 39 es un claro ejemplo de los derechos recogidos, con amplio apoyo a los sociales, como este de asociación. Se abre aquí una definición muy amplia de derechos, muy protegidos y estructurados en dos campos: políticos, y familiares e individuales. A partir del artículo 51 se fijan las instituciones del estado y la separación de poderes. Los dos primeros reducen el poder legislativo a las cortes, en este caso unicamerales, alejando toda intervención en este terreno de otros poderes y estableciendo el voto universal, que será masculino y femenino, por primera vez en la historia.

c) El resultado de las urnas el 12 de abril de 1931 fue favorable, por amplia mayoría, a las candidaturas monárquicas. Sin embargo, basados en una interpretación antidemocrática de los votos y en la traición que determinados políticos hicieron a Alfonso XIII los firmantes del Pacto de San Sebastián proclamaron la República, siendo el primer Ayuntamiento en hacerlo el guipuzcoano de Eibar. Con la República proclamada y el rey en el exilio se formó un Gobierno Provisional cuyas dos principales tareas fueron: mantener la tranquilidad en la calle y convocar elecciones generales y constituyentes. A estas elecciones se presentaron tres bloques de candidaturas: la derecha, el centro de Lerroux y la izquierda. Serán estos últimos quienes triunfen por amplia mayoría. Niceto Alcalá Zamora será el Presidente de la República y Manuel Azaña el Jefe de Gobierno. Como era previsible, una de sus primeras tareas será la elaboración de una nueva Constitución que sustituyese a la anterior de 1875 cuando se proclamó la Restauración monárquica. El texto nos presenta, precisamente, algunos de los artículos de esta Constitución. Finalizaremos nuestro Comentario con unas breves reflexiones a modo de conclusión en las que se recoja lo fundamental de lo ya dicho y sus consecuencias. La proclamación de la República trajo consigo la necesidad de elaborar una nueva Constitución que sustituyese a la monárquica de 1876. El hecho de que el primer gobierno de la república fuese una coalición de republicanos y socialistas motivó que esta Constitución fuese claramente de izquierdas. Los principales puntos que se señalan son: República unitaria, posibilidad de Estatutos de Autonomía, el castellano como lengua oficial y la aconfesionalidad del Estado. Esta Constitución estará vigente hasta 1939 cuando, finalizada la guerra civil, será abolida por el régimen franquista. Sólo en 1978 saldrá a la luz la nueva Constitución aún vigente en nuestros días.

El Desastre de Annual

a) Mapa histórico de contenido bélico que muestra El desastre de Annual fue una grave derrota militar española en la guerra del Rif y una importante victoria para los rebeldes rifeños comandados por Abd El-Krim. Se produjo entre el 22 de julio y el 9 de agosto de 1921, cerca de la localidad marroquí de Annual, situada entre Melilla y la Bahía de Alhucemas.

b) En el mapa podemos ver lo siguiente: fechas verdes, de ataques rifeños, fechas negras, que representa la retirada española, círculos rojos, que son posiciones españolas junto a las que aparecen también cruces que representa a los fallecidos en combate y en la retirada. En 1906 la Conferencia de Algeciras concedió a Francia y España el protectorado conjunto sobre el sultanato, y esto fue el inicio de una serie de conflictos con los lugareños que comienzan en 1909 y no terminarán hasta bien entrado la década de los años 20, en la dictadura de Primo de Rivera. Tras la I Guerra Mundial Francia acelera la carrera y hace saber a España que si no ocupa su zona la ocupará ella. De manera precipitada se hacen los preparativos para concluir la conquista. Enfrente están las cabilas rifeñas de Abd-el-Krim que conocen perfectamente el terreno y desarrollan actos de hostigamiento al ejército español. El comisario español en Marruecos (máxima autoridad militar del Protectorado) es el general Berenguer, éste se encargará de ocupar la zona occidental; la zona oriental estaría al mando del general Fernández Silvestre que iniciará la ocupación desde Melilla. Silvestre, sin embargo, en una pésima actuación diseñada en la comandancia de Melilla, inició una penetración rápida, sin tomar la precaución de no quedar aislado de la retaguardia, con lo que quedaría a merced de las tropas irregulares de Abd-el-Krim, el caudillo rifeño. Las tropas españolas, aisladas en la ratonera de Annual en 1921, sufrieron un gran descalabro, huyendo en desbandada mientras eran acribilladas por Abd-el-Krim. Trece mil hombres perdieron la vida en una acción tan desastrosa.

c) Las principales consecuencias del Desastre de Annual fueron varias. Desde el punto de vista político, desde la perspectiva militar, el nuevo gobierno eliminó trabas burocráticas para la operativa del Ejército y triplicó el presupuesto de campaña para el Ejército de África, dotándolo con nuevo armamento. Por su lado, desde el punto de vista social, las consecuencias fueron una desmoralización de la ciudadanía ante la guerra africana, que se extendía desde 1907 y que había tenido otros momentos críticos, como la matanza del Barranco del Lobo (1909). Pero también la inflamación del espíritu nacional y un alistamiento masivo de muchos jóvenes para combatir en África. El ejército africano se nutría con soldados procedentes de pueblos y ciudades españolas, generalmente personas humildes que pasaban tres años de servicio militar y se enfrentaban a situaciones de combate en Marruecos inimaginables, con una falta absoluta de medios militares y de pertrechos. Fotos de la época muestran que los soldados, en determinadas campañas, no contaban con botas militares y debían usar chanclas y alpargatas, por ejemplo. Para determinar las responsabilidades del desastre de Annual se inició la instrucción de una investigación: el Expediente Picasso. Pero el 13 de septiembre de 1923 se produjo el golpe de Estado del capitán general de Cataluña, Miguel Primo de Rivera, dando comienzo la dictadura consentida por el rey Alfonso XIII. Tras la significativa derrota, la guerra continuó hasta que el exitoso desembarco de Alhucemas de septiembre de 1925 le puso fin. Los combates aún se prolongaron hasta julio de 1927 pero en esa fecha Abd-el-Krim se vio obligado a reconocer la legitimidad del Protectorado español de Marruecos. El territorio permanecería bajo dominio español hasta la independencia de Marruecos en 1956.

La Semana Trágica de Barcelona

a) El texto histórico de carácter político y social. Se trata de una moción o proclama salida de una asamblea de obreros como reacción a unos hechos determinados, ya que refleja la tensa situación de las clases obreras de la época al tiempo que critica las acciones del gobierno de la época. El autor es la agrupación de sindicatos catalanes agrupados en Solidaridad Obrera. Los destinatarios son los aludidos: gobierno, diputados republicanos, aristócratas y principalmente la clase obrera.

b) El propósito es movilizar a la clase obrera en contra de la gestión del gobierno en la guerra de Marruecos, en concreto, la movilización de los reservistas. Se enmarca en el conflicto colonial de Marruecos y su gestión por el gobierno del conservador Maura (1907-1909) que provocó la Semana Trágica de Barcelona, donde se vivía un clima de tensión por el sistema de quintas y las reivindicaciones anarquistas y anticlericales. Los ataques rifeños a Melilla llevaron a la movilización de los reservistas en Madrid y Barcelona, y el desastre en el Barranco del Lobo puso la guinda al estallido social. El tema del texto es la moción anarquista en favor de una convocatoria de huelga general contra la movilización de reservistas para la guerra de Marruecos. Destacan dos ideas principales: La primera (puntos 1 y 2) es una crítica al colonialismo, compartida por el movimiento obrero europeo; y al sistema de quintas que permite la redención a cambio de dinero, por lo que solo van a la guerra los pobres, librándose los burgueses. En este caso, con el agravante de ser padres de familia que ya cumplieron su servicio militar. La segunda (punto 3) refleja el anticlericalismo alentado por el partido radical de Lerroux, presente entre las clases medias urbanas y entre los obreros. Se fundaba en la visión que se tenía de la Iglesia como parte de la oligarquía dirigente durante el ya caduco régimen de la Restauración. Muestra además el distanciamiento de los obreros respecto a los partidos republicanos clásicos.

c) El Gobierno Maura decidió enviar al ejército y aprovechar la ocasión para ensayar el plan de movilización de reservistas. Ordenó la incorporación de éstos en Madrid y Barcelona. En ambas ciudades se produjeron fuertes protestas y manifestaciones protagonizadas por mujeres y madres de los alistados. Días después se produjo el primer choque contra los marroquíes cerca de Melilla. Las primeras noticias del desastre del Barranco del Lobo, que causó más de 1.200 bajas, coincidieron con el inicio de una huelga general en Barcelona, el día 26, convocada por Solidaridad Obrera y respaldada por UGT. El paro fue total, y se declaró el estado de guerra, mientras la huelga se extendía a las ciudades industriales vecinas. Durante tres días se sucedieron asaltos y quemas de conventos, luchas callejeras, incendios y enfrentamientos entre huelguistas y miembros de la policía y el Ejército. Barcelona quedó aislada del exterior. El balance fue de más de un centenar de muertos, numerosos heridos y edificios destruidos. Luego llegaron las detenciones en masa y los juicios. Las consecuencias de la Semana Trágica fueron importantes. Provocó la caída de Maura, muy desprestigiado.

La Constitución de 1931

Las elecciones del 28 de junio de 1931 dieron la victoria a la coalición republicano-socialista. Una Comisión Constitucional nombrada por las cortes era la encargada de elaborar la nueva Constitución de carácter democrático y progresista, aprobada en diciembre de 1931. Esta Constitución se inspira en el constitucionalismo europeo de la época de entreguerras, con influencias de la Constitución alemana de Weimar y la austriaca, y recoge la influencia de la Constitución mexicana que constitucionaliza los llamados derechos fundamentales de la tercera generación o derechos sociales y económicos.

El poder Ejecutivo es dualista, propio de un sistema parlamentario, y se establece un modelo de Estado regional descentralizado, con Cortes unicamerales, ya que, como es sabido, un Estado de estructura federal o cuasi federal tiene su representación en una Cámara Alta o Senado.

La Constitución es un texto de extensión media, con 125 artículos agrupados en nueve títulos, más uno preliminar. Su artículo primero define a España como una “República democrática de trabajadores”, organizada en régimen de Libertad y Justicia, para afirmar a continuación que “la República constituye un Estado integral, compatible con la autonomía de los municipios y las regiones”. Lo que se pretendió en 1931 fue superar los conceptos tanto unitarios como federales.

Los principios fundamentales de la Constitución de 1931 son la democracia, el regionalismo, el laicismo y la economía social. La soberanía popular se consagra en el sufragio universal, en las formas de democracia directa y en las instituciones representativas. La Constitución también incluye una declaración de derechos que abarca no solo los derechos civiles y políticos, sino también los derechos sociales y económicos, con un sistema de garantías de todos los derechos que culmina en el Tribunal de Garantías Constitucionales.

Los miembros de las Cortes se eligen por sufragio universal, igual, libre, directo y secreto. Esta Constitución reconoció, por primera vez, el voto femenino en igualdad de condiciones con el masculino, gracias a la iniciativa de Clara Campoamor, diputada del Partido Radical, quien fue la mayor promotora de esta causa. Su propuesta, que se debatió intensamente en las Cortes, encontró oposición en Victoria Kent, diputada socialista, quien argumentaba que las mujeres votarían mayoritariamente influenciadas por sus maridos y la Iglesia con su ideología conservadora.

Entre las facultades de las Cortes estaban la potestad legislativa, el control del Gobierno a través de la moción de censura y el nombramiento del Presidente de la República, que se realiza conjuntamente con un número de compromisarios elegidos por los ciudadanos.

En cuanto a la distribución de poderes, se fortaleció al Parlamento frente al Ejecutivo y la Jefatura del Estado. El Presidente de la República tiene conferidas atribuciones muy relevantes en el sistema institucional, como nombrar al Jefe del Gobierno y a los ministros, disolver el Parlamento y participar en la aprobación de leyes.

La Constitución afirma que “el Estado no tiene religión oficial”. El artículo 27 establece la libertad de conciencia y de culto. El artículo 26 suprime todo apoyo económico estatal a la Iglesia Católica y las órdenes religiosas, considerándolas como asociaciones y prohibiéndoles el ejercicio de la enseñanza.

Esta Constitución de 1931 ha sido una de las más polémicas de la historia. Para unos fue “la más terminante y rigurosa expresión del realismo español” para otros representó “un modelo teórico y doctrinal” que no tomó suficientemente en cuenta a la sociedad de su época.

El Bienio Reformista (diciembre 1931 – noviembre 1933)

Aprobada la Constitución se decidió la continuidad de las Cortes, y se eligió a Niceto Alcalá Zamora como presidente de la República y a Manuel Azaña como presidente del Gobierno. El nuevo Gobierno de republicanos de izquierda y socialistas, planteó un ambicioso programa de reformas.

  • La cuestión religiosa. La Constitución de 1931 estableció la no confesionalidad del Estado, garantizó la libertad de cultos y suprimió el presupuesto de la Iglesia. Se permitió el divorcio y el matrimonio civil, y se secularizaron los cementerios. Además, se prohibió que las órdenes religiosas se dedicasen a la enseñanza.
  • La modernización del Ejército. Anticuado y con exceso de oficiales, fue reformado mediante la Ley de Retiro de la Oficialidad, que permitía la retirada con sueldo íntegro a los oficiales que no se comprometieran con la República. Casi la mitad de la oficialidad aceptó la oferta. Se cerró la Academia Militar de Zaragoza, vivero de los sectores más golpistas, y se creó la Guardia de Asalto, una fuerza de orden público fiel a la República.
  • La reforma agraria buscaba modernizar la agricultura, acabar con el latifundismo y mejorar las condiciones laborales. Una serie de decretos establecieron los salarios mínimos y la jornada de 8 horas. La Ley de Reforma Agraria permitió la expropiación de tierras sin indemnización de la nobleza (los “Grandes de España”) y con indemnización a las mal explotadas. Sin embargo, aumentó la tensión social, ya que los grandes propietarios se opusieron a la reforma y los campesinos no vieron cumplidas sus expectativas y se orientaron hacia posturas revolucionarias y de enfrentamiento con las fuerzas del orden.
  • La reforma del Estado centralista para permitir a las regiones con sentimientos nacionalistas tener una organización propia y acceder a la autonomía era una cuestión pendiente.
    • En Cataluña, el 14 de abril de 1931 Francesc Macià, presidente de Esquerra Republicana, proclamó la República Catalana. Tras la negociación entre el Gobierno Provisional y los dirigentes catalanes, se permitió la formación de un gobierno autonómico que elaboró de un Estatuto de Autonomía.

En 1932 se aprobó en referéndum popular el Estatuto de Nuria: el nuevo régimen autonómico catalán contaba con un Gobierno autonómico, un Parlamento (Generalitat), y competencias en materia económica, social, educativa, cultural. También se reconocía la cooficialidad de la lengua catalana.

  • En País Vasco, el Estatuto de Estella se atrasó (aprobado en 1936) debido a que la oposición lo consideró en exceso confesional, poco democrático e incompatible con la Constitución de 1931. José Antonio Aguirre, principal dirigente del PNV, fue elegido primer lendakari.
  • En Galicia, el proceso fue más lento. En 1936, se aprobó en referéndum un proyecto de estatuto, que nunca sería debatido en las Cortes españolas por el estallido de la guerra civil.
  • La obra educativa y cultural. Gobierno impulsó una educación liberal y laica, centrándose en la enseñanza primaria. Se crearon 10.000 escuelas, 7.000 plazas para maestros y se aumentó el presupuesto educativo en un 50%. Se adoptó un modelo de escuela mixta, laica, obligatoria y gratuita. Para acercar la cultura a la población, se impulsaron las misiones pedagógicas, que llevaron bibliotecas, conferencias, cine y teatro a zonas rurales, destacando La Barraca de Federico García Lorca.
  • En el ámbito laboral, Francisco Largo Caballero impulsó reformas para mejorar las condiciones laborales como la negociación colectiva, jurados mixtos para mediar los conflictos y la jornada laboral de 40 horas semanales. Estas medidas generaron oposición entre los empresarios, que lograron frenar algunas.

Los efectos de la crisis económica mundial afectaron a España a partir de 1932, reduciendo exportaciones e importaciones, frenando la industrialización y aumentando el desempleo y el malestar social.

Las reformas y la conflictividad social disgustaron a las élites (Iglesia, terratenientes y empresarios) y a los sectores conservadores, que se organizaron en partidos para oponerse al gobierno. En este contexto, en 1932, el general Sanjurjo intentó un golpe de Estado, que, aunque fracasó, evidenció el descontento militar.

Los conflictos sociales derivaron en huelgas e insurrecciones, con los anarquistas de la CNT y la FAI promoviendo levantamientos rurales como el de Casas Viejas (Cádiz) en 1933, revuelta que acabó con la vida de 14 campesinos, dos guardias civiles y un guardia de asalto, que inició una campaña de desgaste que llevó a la dimisión de Manuel Azaña y a la convocatoria de elecciones en noviembre de 1933 por Alcalá Zamora.