Gobierno de Validos y Conflictos Internos
Felipe III: En 1609 se produce la expulsión de los moriscos, motivada por su impopularidad entre la población, el temor ante una posible alianza con turcos y berberiscos y por el hecho de querer el estado controlar sus riquezas. Fueron unos trescientos mil los expulsados que fueron a parar a Túnez y Marruecos. Los territorios de Valencia, Aragón y Murcia quedaron seriamente afectados, pues con la expulsión se perdía una valiosa mano de obra e importantes rentas. Además, se cambiaron los cultivos de azúcar y arroz por los de morera, viña y trigo.
Felipe IV: Su valido, el Conde Duque de Olivares, emprendió varias reformas, como prohibir la emigración, premiar a las familias numerosas, abolir la prostitución y encargar la educación a los jesuitas o hacer que todos pagaran impuestos. Pero en su gobierno se produjeron varios problemas. En 1640 Cataluña y Portugal se sublevan ante el intento de Olivares de fortalecer la monarquía con la centralización, la unificación legislativa de los reinos y la contribución equitativa en política exterior. Esto último se realizó en 1626 con el nombre de Unión de Armas, haciendo que cada reino colaborara en las campañas militares con dinero y hombres. Las cortes de Aragón se niegan y Olivares las suspende. Durante la Guerra de los Treinta Años se estableció un frente contra Francia en los Pirineos orientales. Las tropas de Felipe IV saqueaban con frecuencia la zona. El 7 de junio de 1640 (Corpus de Sangre) los segadores se levantan en armas y van a Barcelona. Allí matan al virrey, al Conde de Santa Coloma y ofrecen el condado a Luis XIII. En 1652, tras quince meses de asedio, los ejércitos de Felipe IV toman Barcelona.
En Portugal también se da la rebelión. Las hostilidades con los Países Bajos repercuten en las colonias portuguesas de Asia y Brasil, así que el Conde Duque de Braganza se proclama rey con el apoyo de ingleses y franceses. En 1656 firma la paz con los holandeses, saliendo estos de Angola y Brasil. Finalmente, tras varios enfrentamientos, se firma la Paz de Lisboa por lo que la regente Mariana de Austria reconoce la independencia de Portugal.
En 1640 también se produjeron rebeliones en Andalucía, Aragón y Nápoles, que finalmente fueron sofocadas.
Carlos II: Su madre, Mariana de Austria, fue la regente. Esta se apoyó en Nithard y Fernando de Valenzuela. Con Carlos II destacan como validos el Duque de Medinaceli y el Conde de Oropesa. Este último lleva a cabo una reforma económica devaluando la moneda y bajando los impuestos. En Europa, como ya se dijo, se perderá el poder alcanzado en el siglo XVI.
Evolución Económica y Social. La Cultura del Siglo de Oro
Economía
En el siglo XVII se da una crisis demográfica en toda Europa. España pasa de 8 a 7 millones de habitantes. Entre las causas está la emigración a América, las guerras, la expulsión de los moriscos, las epidemias y las malas cosechas.
Podemos hablar de una crisis económica, sobre todo en Castilla:
- Agricultura: La principal característica es la despoblación de los núcleos rurales y el aumento de los impuestos sobre los que se quedan.
- Ganadería: Disminuyen las cabezas de ganado y se dan problemas en la exportación de la lana.
- Artesanía: Se reduce la actividad. Disminuye la demanda de la industria textil al haber menos población. Hay una competencia de los productos ingleses, franceses y holandeses.
- Metalurgia y construcción naval: También la crisis general afecta a estos sectores. La causa es la quiebra económica de la monarquía. De América llega menos demanda porque comienza a desarrollar su propia industria. A esto hay que añadir la bancarrota de las finanzas estatales por los gastos de las continuas guerras.
Con todo esto se producen continuas subidas de impuestos y la monarquía tiene que recurrir a préstamos de familias poderosas extranjeras para hacer frente a una deuda política enorme. Otra mala salida a esta crisis es la emisión masiva de vellón (moneda de plata y cobre de mala calidad) lo que causa una gran inflación, con la consiguiente subida de precios debido al poco poder adquisitivo de la moneda. El resultado son las sucesivas bancarrotas. Algunos intelectuales proponen soluciones o arbitrios a esta situación. Son los llamados arbitristas. Entre sus propuestas está la reforma de los impuestos, estimular la producción y proteger la industria del país. Pero, en general, la monarquía y la nobleza harán caso omiso a estas proposiciones.
Sociedad
La sociedad del siglo XVII se caracteriza por una polarización:
- Minoría: Posee los recursos, los cargos públicos y disfrutan de una vida ociosa.
- Mayoría empobrecida: Campesinos sin tierras, artesanos humildes, vagabundos y mendigos.
El modelo social es vivir de rentas como la nobleza o emprender la aventura americana. El trabajo manual se considera una actividad plebeya, sin prestigio social.
En resumen, en esta polarización tenemos enfrentados a nobles, hidalgos y pícaros con campesinos, artesanos y comerciantes.
Cultura
En la primera parte del XVII continúa el esplendor cultural del llamado Siglo de Oro. Se avanza poco en ciencia debido al peso de la iglesia en la mentalidad de la época, pero tenemos literatos como Góngora y Quevedo, dramaturgos como Lope de Vega, Calderón de la Barca y Tirso de Molina. Entre los ensayistas sociales debemos mostrar a Baltasar Gracián y en el arte, del cual es mecenas la iglesia, la monarquía y la nobleza y cuyo contenido principal sigue siendo religioso, destacamos en arquitectura a Churriguera o Narciso Tomé, en escultura la obra de Gregorio Fernández, Luis Montañés, Pedro de Mena y Salzillo y, por último en pintura, Ribera, Zurbarán, Murillo y, quizás por encima de todos, Velázquez, uno de los artistas más importantes de toda la historia del arte, maestro en la utilización del color, la luz y el espacio y autor de una obra con una tremenda variedad temática para su época.