España en el Siglo XVI: Economía, Sociedad y el Descubrimiento de América

Economía y Sociedad en la España del Siglo XVI

Durante el siglo XVI, la Península Ibérica experimentó una etapa de crecimiento demográfico y económico:

  • El crecimiento demográfico fue general. Se produjo un cambio en la distribución de la población: las ciudades del norte de Castilla entraron en cierta decadencia, mientras que las ciudades del sur y de la costa crecieron. En Aragón no hubo cambios sustanciales.
  • Hubo un notable desarrollo económico en Castilla, y también en Aragón, debido al aumento de la demanda, tanto en la Península como en América. Este crecimiento se vio impulsado por un alza continuada y sostenida de los precios y la llegada de metales preciosos de América.
  • Sin embargo, se produjo una crisis al inundarse el mercado de productos extranjeros. La subida de salarios y la presión fiscal hicieron que muchos castellanos invirtieran su dinero en deuda del estado o en vivir de las rentas, y las empresas comenzaron a tener pérdidas. Además, las guerras en Europa dificultaron los negocios.

La política europea de Felipe II y el endeudamiento de la Hacienda real terminaron de abocar a Castilla a la recesión económica a finales de siglo.

Dos rasgos son significativos de la sociedad española en el siglo XVI:

  • La progresiva intolerancia religiosa e ideológica.
  • La hidalguización de la sociedad.

En España se consolidó la separación entre cristianos viejos y cristianos nuevos y se extendió la obsesión por la limpieza de sangre. Esto llevó al cierre y aislamiento de los reinos peninsulares hacia las ideas que llegaran de Europa. La hidalguización supuso el desprestigio de las actividades artesanales y comerciales.

El Descubrimiento de América

En los siglos finales de la Edad Media se generaron una serie de condiciones que propiciaron los grandes descubrimientos:

  • El desarrollo de la cartografía y de instrumentos de navegación permitieron navegar con cierta seguridad por las aguas oceánicas.
  • El crecimiento del comercio internacional y la necesidad de buscar una nueva ruta hacia las Indias.

Cristóbal Colón había concebido el proyecto de llegar a las Indias navegando hacia el oeste, basándose en la esfericidad de la Tierra. Colón presentó su proyecto a los Reyes Católicos y, en abril de 1492, se firmaron las Capitulaciones de Santa Fe, en las que se estipulaba la financiación de la empresa por la Corona. Colón sería nombrado Almirante de la mar Océana y virrey y gobernador de las tierras que se descubrieran.

El viaje se inició el 3 de agosto. La nao Santa María y las carabelas La Pinta y La Niña avistaron tierra el 12 de octubre de 1492. Era la isla de Guanahaní, del archipiélago de las Bahamas. Tomaron posesión de ella en nombre de los Reyes Católicos y entraron en contacto con los indígenas. Tras explorar la isla, siguieron su ruta y el 16 de enero de 1493 emprendieron el regreso. A su vuelta, Colón fue recibido el 15 de abril en Barcelona con todos los honores.

Los Reyes Católicos solicitaron al Papa que confirmara su soberanía sobre las tierras descubiertas. La bula Inter Caetera, de mayo de 1493, entregaba a Castilla el derecho a tales tierras y a las que se descubrieran. Los portugueses no estuvieron de acuerdo, por lo que en junio de 1494 ambos reinos firmaron el Tratado de Tordesillas, que otorgaba a Portugal derechos sobre Brasil.

Colón realizó tres viajes más. El objetivo era colonizar e iniciar la evangelización de los indios, a cargo de frailes dominicos y franciscanos. Los llamados viajes menores completaron el conocimiento de las Antillas, descubrieron la costa de América del Sur entre Panamá y Brasil y fueron explorando la Tierra firme y las islas. En 1500, Juan de la Cosa realizó el primer mapa del nuevo continente.

Una expedición portuguesa descubrió en 1499 Brasil, y en 1500 el italiano Américo Vespucci reconoció la costa sur. Curiosamente, su nombre sería propuesto en 1507 por un cartógrafo lorenés para bautizar al que ya por entonces era considerado un nuevo continente.

La pésima actuación de Colón como gobernante concluyó con su detención y vuelta a Castilla acusado de abuso de poder. Murió en 1506 sin saber que había descubierto un nuevo continente.

El Imperio de Carlos V: Conflictos Internos, Comunidades y Germanías

Tras la muerte de Fernando en 1516, Carlos de Habsburgo fue proclamado rey de Castilla y de Aragón, con sus territorios en Italia, África y América. La herencia por vía materna de su padre ya había pasado a su poder y, al morir su abuelo, heredó sus posesiones en Alemania y Austria, además de los derechos al título de emperador del Sacro Imperio.

Cuando Carlos I llegó a la península en 1517, no conocía el castellano y venía acompañado de consejeros flamencos que ocuparon los más importantes puestos en la corte y en la iglesia, lo que dificultó su aceptación por los castellanos y los aragoneses.

Cuando murió Maximiliano de Austria, Carlos convocó Cortes para obtener nuevos impuestos que le permitieran viajar a Alemania y ser nombrado emperador. El malestar fue general y los castellanos recordaron al rey su obligación de residir en el reino y de respetar sus leyes. El descontento creciente devino en la sublevación de las Comunidades de Castilla.

La mayor parte de las ciudades de la zona central del reino se rebelaron contra la autoridad del monarca. La revuelta tuvo un carácter político, cariz social y antiseñorial que impulsó a la nobleza a apoyar al emperador. Juntos consiguieron la derrota de los sublevados en Villalar. La autoridad real volvió a ser cuestionada en Castilla.

Casi al mismo tiempo se produjo en Valencia y Mallorca la revuelta de las Germanías. Este fue un conflicto de carácter social que enfrentó, por un lado, a la burguesía urbana (artesanos) y a la nobleza por el control de las ciudades de realengo y, por otro, a campesinos y a la nobleza. En 1522, los nobles, con el apoyo de las tropas imperiales, derrotaron a los sublevados.

Ambos conflictos reforzaron la monarquía y la nobleza. Carlos permanecerá siete años en Castilla y se casará con Isabel de Portugal.