España en Crisis y Regeneración: 1876-1902

Crisis de 1917

El texto es un fragmento del libro “La España de Alfonso XIII”, publicado en Madrid en el año 2005 y cuyo autor es Carlos Seco Serrano. Es un texto de naturaleza historiográfica y se trata de una fuente de carácter secundario.

En 1917, el sistema político de la Restauración entra en crisis y coincidieron una **crisis política**, el **descontento de los militares** y la **conflictividad social**, lo que dio lugar a una protesta de carácter antigubernamental que implicó a los partidos situados al margen del turno, a los militares y a las organizaciones obreras.

La **crisis militar** tuvo sus causas en el excesivo número de oficiales, las deficiencias del ejército, los ascensos por méritos de guerra y la pérdida de capacidad adquisitiva de los salarios de los militares. El descontento desembocó en la formación de las **Juntas de Defensa**, asociación de militares que reclamaban un aumento salarial y se oponían a los ascensos por méritos de guerra. En el Manifiesto de junio de 1917, las Juntas culpaban al gobierno de los males del ejército y del país, haciendo un llamamiento a la renovación política.

La **crisis política** se inició cuando el gobierno, ante la situación, suspendió las garantías constitucionales, clausuró las Cortes e impuso la censura de prensa. Como reacción, se promovió la **Asamblea de Parlamentarios** que exigió la formación de un gobierno provisional que convocara elecciones a Cortes Constituyentes para la renovación integral de la vida política española.

La **crisis social** fue motivada por el descenso de los salarios, en un momento en el que las empresas acumulaban beneficios, lo que hizo crecer la conflictividad laboral. La tensión estalló cuando, a raíz de un conflicto ferroviario en Valencia, la UGT hizo un llamamiento a la huelga general, con el objetivo de lograr derribar al gobierno y la convocatoria de elecciones a cortes constituyentes. La reacción del gobierno consistió en la declaración de la ley marcial y en el envío del ejército para reprimir el movimiento, encarcelándose a los miembros del comité de huelga.

Pese a la amplitud de la protesta, el movimiento no consiguió sus objetivos.

La consecuencia más importante de los sucesos fue la formación de sucesivos gobiernos de concentración que pusieron de manifiesto la incapacidad de los políticos de los partidos dinásticos para consensuar un programa común y que no evitaron la progresiva descomposición del régimen político.

Idea principal. La crisis de 1917 supuso la quiebra del sistema político de la Restauración, que entró en un proceso de descomposición que culminó con el golpe militar de 1923 y el establecimiento de la Dictadura de Primo de Rivera que puso fin al régimen liberal.

Ideas secundarias. La crisis de 1917 supuso la liquidación de la paz social y política que había garantizado el sistema político de la Restauración.

Se puso fin al turno pacífico, amenazado desde que en 1909 los liberales apoyaron la campaña para hacer caer al gobierno Maura y por las divisiones internas de los partidos dinásticos. Como salida a la crisis se formaron gobiernos de concentración nacional.

Las fuerzas de oposición al sistema se fortalecieron y optaron por la vía revolucionaria, siguiendo el ejemplo ruso.

La separación entre militares y políticos se produjo a raíz del desastre del 98, de manera que el ejército aspiraba a hacerse con el poder, poniendo fin al régimen liberal parlamentario y a la “vieja política”. El resultado final será el establecimiento de una Dictadura militar que contará con el apoyo de Alfonso XIII.


La Constitución de 1876

El texto es un fragmento de la Constitución de 1876, expresión jurídico-formal del Estado de la Restauración. Es un texto de naturaleza jurídico-legal y de temática política.

El pronunciamiento del general Martínez Campos significó la restauración de la monarquía y de la dinastía borbónica en la persona de Alfonso XII.

Cánovas del Castillo fue configurando el régimen político de la Restauración. Contó con el apoyo de las clases dominantes, que esperaban que la monarquía garantizase la estabilidad política, económica y social frente a la radicalización del Sexenio y la irrupción del obrerismo.

El sistema canovista pretendía superar la falta de alternancia política pacífica que había caracterizado el reinado de Isabel II, lo que no dejaba otra salida a la oposición que el recurso al pronunciamiento militar y en último término significó la caída de la monarquía borbónica.

Los pilares del sistema eran la **Corona**, institución que debe garantizar la alternancia en el poder entre los partidos políticos que acepten el nuevo marco político, los **Partidos dinásticos**, que comparten el poder de forma alternativa, renunciando al pronunciamiento y el **Ejército** cuyo objetivo es mantenerlo alejado de la vida política.

El sistema político de la Restauración se basa en la existencia de dos partidos dinásticos que coinciden en la defensa de la monarquía borbónica, el Partido Conservador de Cánovas y el Partido Liberal de Sagasta.

El **turno pacífico** consistió en la alternancia regular en el poder de los dos partidos, garantizado por la Corona con el objetivo de asegurar la estabilidad institucional. La alternancia queda garantizada cuando el gobierno sufre un proceso de desgaste político, el monarca encarga al jefe del partido de la oposición la formación de un nuevo gobierno, al tiempo que disuelve las Cortes y convoca elecciones con el objetivo de construir al nuevo gobierno una mayoría parlamentaria que le permita ejercer el poder de manera estable. El fraude electoral asegura al nuevo gobierno unos resultados favorables. El mecanismo del turno presidido por Sagasta que sustituyó al gobierno de Cánovas, quedó garantizado por el llamado Pacto del Pardo, tras la muerte de Alfonso XII.

Idea principal. La Constitución de 1876 configura el régimen político de la Restauración. Se trata de un texto ecléctico que recoge elementos de la Constitución moderada de 1845 y de la Constitución democrática de 1869, en un intento de conjugar la tradición doctrinaria con los principios liberales del Sexenio, con el objetivo de posibilitar la alternancia en el poder de las dos familias del liberalismo.

Ideas secundarias. En el preámbulo se recoge la soberanía compartida entre la Corona y la nación siguiendo la fórmula de la Constitución de 1845.

El artículo 11 trata la cuestión religiosa y en él puede apreciarse el carácter ecléctico de la Constitución, ya que junto a la confesionalidad católica del Estado se respeta la libertad de cultos de la constitución.

El artículo 13 reconoce diferentes derechos, tanto individuales, como colectivos.

El artículo 18 recoge que el poder legislativo lo comparten las Cortes, como expresión de la voluntad nacional, y la Corona.

El artículo 19 define unas Cortes bicamerales, siguiendo el modelo que nació con la Constitución de 1837.

El artículo 20 establece la composición del Senado.

El artículo 27 remite a una ley electoral la amplitud del censo y el procedimiento de elección de los diputados, lo que deja abierta tanto la restauración del sufragio censitario con Cánovas como el retorno del sufragio universal masculino con Sagasta.

El artículo 50 deja en manos del rey el poder ejecutivo.

El artículo 75 establece unos mismos códigos para todos los territorios de la monarquía, lo que acaba con los privilegios territoriales, al igual que la igualdad jurídica de los ciudadanos puso fin a los privilegios estamentales.


El Tratado de París (1898)

El texto es un fragmento del Tratado de París, firmado en la capital francesa el 10 de diciembre de 1898 entre España y EE.UU. y que puso fin a la guerra que mantenían ambos países desde abril de ese mismo año en Cuba y Filipinas. Se trata de un texto de naturaleza jurídico-legal, concretamente de un Tratado internacional.

Tras la Paz de Zanjón que puso fin a la Guerra Larga de Cuba, los gobiernos españoles no acometieron con decisión las reformas descentralizadoras defendidas por los autonomistas cubanos, lo que, junto a una política fuertemente proteccionista que estrangulaba la economía cubana, favoreció el surgimiento de nuevas revueltas que condujeron a la independencia de la isla. Además, los políticos norteamericanos eran firmes partidarios de la independencia cubana porque consideraban América como su área natural de expansión imperialista.

La insurrección independentista comenzó en la parte oriental de la isla, con el “Grito de Baire”, dirigida por Antonio Maceo y Máximo Gómez, que consiguieron extender la guerra a la parte occidental de la isla. El gobierno Cánovas designó al general Martínez Campos para dirigir la lucha contra la revuelta y buscar una salida negociada a la crisis, pero su fracaso decidió al gobierno a su sustitución por el general Valeriano Weyler. La ofensiva militar permitió la recuperación de gran parte del territorio y fue acompañada de una política de concentración de los campesinos en aldeas cerradas, para privar a los insurrectos de apoyo popular.

Más tarde, EE.UU. se decidió a declarar la guerra a España, con el pretexto del hundimiento del acorazado Maine, fondeado en el puerto de La Habana. El gobierno norteamericano responsabilizó a España de la voladura del barco y tras proponer la compra de la isla, lanzó un ultimátum que amenazaba con la guerra si en tres días España no renunciaba a la soberanía.

El desarrollo de las operaciones fue rápido y contundente, dada la superioridad militar y técnica norteamericana y la mayor cercanía a los teatros de operaciones. En Filipinas, los barcos estadounidenses destrozaron la flota española, tras lo cual se hicieron con el control de Manila y en Cuba, la flota del almirante Cervera, recibió la orden de salir de puerto y fue destrozada por los barcos estadounidenses.

En diciembre de 1898 se firmó la Paz de París, por la cual España abandonaba Cuba, Puerto Rico y Filipinas, que pasaron al dominio e influencia de EE.UU, lo que supuso el fin del imperio colonial español y sumió al país en un estado de frustración que dio lugar a la “crisis del 98”.

Idea principal. El Tratado de París significa la pérdida de los últimos territorios coloniales españoles en América y Asia al tiempo que EEUU inicia su expansión imperialista en América y el Pacífico.

Ideas secundarias:

En el artículo primero del Tratado, España renuncia a su soberanía sobre Cuba. La isla pasará a estar controlada por Estados Unidos, con la obligación de proteger las personas y sus propiedades.

En el artículo segundo, España cede a EEUU, Puerto Rico, otra de las grandes Antillas y la isla de Guam, en el Pacífico.

En el artículo tercero, España cede Filipinas a Estados Unidos, a cambio de una indemnización de 20 millones de dólares.

En el artículo quinto, EE.UU. se hace cargo de la repatriación a España de los soldados hechos prisioneros en Filipinas, tras la batalla de Cavite y la toma de Manila.


Regeneracionismo y la Cuestión Social

El texto es un fragmento de la obra “La Tierra y la Cuestión Social”, publicada en el año 1902 y cuyo autor es Joaquín Costa. Se trata de un ensayo de temática histórico-literario.

El “desastre del 98” extendió en la sociedad y la clase política española un sentimiento de frustración, consecuencia de la destrucción del imperio español, al tiempo que la prensa extranjera calificaba a España como un país decadente, con un sistema político corrupto y un ejército ineficaz.

El desastre dio lugar a una crisis moral e ideológica que favoreció la aparición de movimientos culturales y políticos que criticaron el sistema de la Restauración y defendieron la regeneración y modernización de la vida política española. El **regeneracionismo** defendía la modernización de la economía para superar el atraso español y la alfabetización de la población, junto al desmantelamiento del sistema caciquil, abriendo el sistema político a otras fuerzas y acabando con las prácticas electorales fraudulentas.

El comienzo del reinado de Alfonso XIII se caracterizó por el intento de modernizar el sistema político, mediante una política reformista que intentaba dar una respuesta a la conmoción provocada por el desastre del 98. Sin embargo, el temor a aceptar los riesgos de una participación democrática mantuvo el turno dinástico, lo que hizo imposible una reforma en profundidad del sistema y éste terminaría entrando en crisis.

El ascenso al poder de una nueva generación de políticos influida por el regeneracionismo, impulsó los más importantes proyectos de reforma desde el interior del sistema.

Durante los gobiernos de Maura se llevó a cabo un proyecto reformista impulsado por los conservadores en un intento de regeneración del sistema para lograr el apoyo social. El proyecto maurista consistía en la realización de una revolución que configurara un Estado fuerte y eficaz que desmantelara el sistema caciquil, al tiempo que impidiera que las clases populares adquiriesen excesivo protagonismo.

El gobierno de Canalejas se propuso profundizar en la modernización de la vida política, intentando atraer a ciertos sectores populares a partir de un mayor reformismo social y de limitar el poder de la Iglesia.

Idea principal. La libertad sólo se puede afianzar mediante la universalización de la educación y garantizando la subsistencia a todos los ciudadanos.

Ideas secundarias.

El liberalismo no ha modificado la mísera condición social de las clases populares, lo que el autor interpreta como un fracaso del régimen liberal.

No es suficiente con reconocer la libertad en las leyes, sino que es necesario afianzarla mediante la universalización de la instrucción y mediante una reforma agraria que incluya un aumento de la productividad, para hacer descender el precio y el acceso de los jornaleros a la propiedad de la tierra.

Para garantizar la libertad individual, primero ha de garantizarse la subsistencia del individuo, de manera que ningún ciudadano dependa de otro para su supervivencia.

Hace referencia a la Primera República, cuando se dieron los primeros pasos en política social que debe retomarse para garantizar la paz social y la estabilidad política.