La Guerra Civil Española (1936-1939)
Contexto y Causas Inmediatas
A partir de la crisis del 98, aparecieron muchas dificultades para la modernización del país (en todos los sentidos) que continuaron con las crisis de los años siguientes, derrumbando el sistema canovista y trayendo la alternativa militar de Primo de Rivera. Esta también fracasó y fue sustituida por un sistema democrático, la Segunda República. Al fracasar esta última opción, se desencadenó esta guerra. Además, la propia dinámica social y política del momento provocaron que las clases privilegiadas abandonaran la vía legal y parlamentaria, decantándose por el golpe de Estado.
La Guerra Civil española constituye el momento más importante y trágico de la historia contemporánea de España. En esta guerra se concentraron muchos de los problemas que la sociedad española venía arrastrando. Ni el conglomerado de fuerzas que se sublevaron contra la República ni las autoridades y partidos republicanos habían previsto la posibilidad de que el alzamiento nacional fracasado se convirtiera en una guerra con tanto odio y afán de exterminio recíproco. Además, al intervenir rápidamente países extranjeros por motivos ideológicos y estratégicos, la convirtieron en una guerra total y distinta a las anteriores, habiendo un enfrentamiento entre las clases sociales, las concepciones religiosas, los nacionalismos enfrentados y la democracia frente a la dictadura. Esta guerra, y el régimen que la sucederá, serán también una forma de regeneracionismo.
El Estallido del Conflicto y la División de España
La sublevación militar empezó el 17 de julio en Marruecos y pasó a la Península el 18 de julio. El alzamiento fracasó en las grandes ciudades, pero triunfó en las zonas rurales y algunas capitales del interior. Esta guerra dejó a España dividida en zonas, recursos y bases sociales entre nacionales y republicanos.
El triunfo del golpe en las distintas zonas de España estuvo condicionado sobre todo por las características políticas y sociales de la zona. La adscripción a uno u otro bando de una gran parte de la población dependió de si triunfó o no el golpe donde vivía (sobre todo en las clases medias). La España republicana contaba con la minería, con las zonas industriales y las agrícolamente más desarrolladas, con la flota y la aviación (aunque casi sin mandos), con la ayuda rusa y con las reservas del Banco de España. En cambio, la España nacional contaba con las zonas agrícolas, con gran parte de los mandos del ejército, la oligarquía, los terratenientes, la Iglesia, y con la ayuda italiana y alemana.
Desarrollo Militar de la Guerra
Primeras Operaciones y Avance Nacional
Dividida España, el gran problema de los nacionales era trasladar el ejército de África a la península, hecho que se pudo hacer con la ayuda de la aviación alemana, dándose el primer puente aéreo de la historia. A raíz de ello, el avance fue rápido, enlazando con las tropas del norte dirigidas por Mola, pero al llegar al Sistema Central les opusieron resistencia y detuvieron este rápido avance durante un tiempo. La intención inicial de dirigirse a Madrid fue postergada y Franco, sorprendentemente, se desvió y conquistó Toledo y el Alcázar, donde un grupo de soldados allí refugiados habían resistido a las fuerzas de la República.
El tiempo perdido en esta operación sería perjudicial para el ejército nacional, pues cuando llegaron a las puertas de Madrid en noviembre, la ciudad estaba defendida por las milicias y las Brigadas Internacionales.
La Defensa de Madrid y la Campaña del Norte
El ataque a Madrid, a partir de noviembre del 36, se hizo tanto por el norte como por el sur. Los militares republicanos, las milicias políticas y sindicales y las Brigadas Internacionales repelieron a los nacionales en la Ciudad Universitaria. Franco entonces intentó aislar la ciudad con dos batallas que resultaron un fracaso: la Batalla del Jarama, que pretendía cortar las comunicaciones con Valencia, y la Batalla de Guadalajara, sonora derrota de los voluntarios italianos fascistas. A partir de estas dos batallas es cuando el ejército republicano se profesionalizó y se militarizó.
Por el Norte, el general Mola tomó en septiembre Irún y San Sebastián, haciéndose con el control de la frontera con Francia y aislando la zona norte republicana del resto de la Península.
Cambio de Estrategia: La Caída del Norte y Guernica
Tras el fracaso de la conquista de Madrid, Franco cambió de estrategia, abandonando el objetivo de Madrid temporalmente y llevando la ofensiva a otros frentes. Conquistó la Cornisa Cantábrica de este a oeste. Los republicanos intentaron contrarrestar la presión y los logros militares desencadenando batallas que lograran la dispersión y distracción del ejército nacional, al mismo tiempo que aliviaran a las zonas atacadas. En el 37, conquistada la Cornisa Cantábrica, también cayó Málaga en poder de los nacionales, quienes posteriormente se dirigieron al este, dividiendo la zona republicana. Además, en este año se produjo el bombardeo de Guernica, en el que los alemanes bombardearon la ciudad de civiles sin ninguna razón estratégica aparente, sino para probar sus bombas con vistas a la futura Guerra Mundial. Mola, en este año también, decidió coger una avioneta para ir a Salamanca, pero no llegó a despegar y se estrelló, lo que produjo su muerte instantánea.
Fases Finales de la Guerra
La Batalla del Ebro
Ante esta situación desfavorable y con la esperanza de que las democracias internacionales acudieran en apoyo de la República si se declaraba la Segunda Guerra Mundial, para resistir y ganar tiempo, los republicanos decidieron realizar una gran ofensiva en el este, ofensiva ideada por Negrín y conocida como la Batalla del Ebro. En una incursión rápida y por sorpresa, los republicanos lograron un gran avance de sus filas, llegando hasta la otra orilla del Ebro desde Cataluña, pero Franco contraatacó y los republicanos tuvieron que volver a sus posiciones iniciales. Perdida la Batalla del Ebro, el fin de la guerra estaba próximo.
La Ofensiva sobre Cataluña y el Fin del Conflicto
Franco decidió entonces emprender definitivamente la ofensiva sobre Cataluña. Primero entró en Barcelona, conquistando toda Cataluña inmediatamente después. En febrero, a la República le quedaba la zona Centro-Este: el triángulo que iba desde Madrid-Valencia-Almería. En marzo, el presidente del gobierno republicano, Negrín, apoyado por los comunistas, seguía siendo partidario de resistir con la intención de unir la Guerra Civil con la inminente guerra mundial.
El general Casado, con el apoyo de Besteiro y la UGT, dio un golpe de estado y creó una Junta de Defensa con la intención de negociar el fin de la guerra con Franco. Sin embargo, éste sólo aceptó la rendición incondicional y, el 28 de marzo, las tropas nacionales entraron en Madrid y después en Almería. El 1 de abril de 1939, Franco firmó el último parte de guerra, declarando el fin del conflicto.
Aspectos Políticos Durante el Conflicto
Por otro lado, en cuanto al aspecto político se refiere, la Guerra Civil destruyó el Estado republicano. De 1936 a 1939, en ambas zonas tuvo lugar la creación de un nuevo estado político, simultaneando dicha tarea con la de la guerra.
La Zona Nacional: Consolidación del Poder
En la zona nacional, el estado de la República desapareció fulminantemente. Progresivamente se fue creando otro distinto, caracterizado por la concentración del poder, la militarización, la disciplina y el nacionalcatolicismo como ideología imperante. Sanjurjo iba a ser el líder de los nacionales, pero su muerte dejó a estos sin un jefe claro. Confirmado el fracaso pero no la derrota del golpe, se creó una Junta de Defensa Nacional integrada por los militares más importantes participantes en el golpe y dirigida por Cabanellas. La primera tarea de esta Junta fue el nombramiento del jefe del mando militar, nombramiento que recayó en Franco por el avance de su ejército de África, las simpatías alemanas e italianas y por ser el más cauto y menos ideologizado en cuestión de régimen de los candidatos.
La toma del Alcázar de Toledo y la legitimación dada por parte del pueblo sublevado y por la Iglesia hicieron que la Junta de Defensa Nacional nombrara a Franco Generalísimo de los ejércitos y Jefe del Gobierno y del Estado. El paso siguiente a esta rápida concentración del poder también lo dio Franco, disponiéndose a crear la institucionalización del régimen tomando dos iniciativas fundamentales:
- Unificó a falangistas, tradicionalistas (carlistas) y restos de la CEDA en un nuevo partido: Falange Española Tradicionalista y de las Juntas de Ofensiva Nacional Sindicalista (FET y de las JONS), juzgando y ejecutando a los que se opusieron a ello. La unidad del mando militar sería en el futuro la unidad del mando político, pues Franco era jefe indiscutible del nuevo partido.
- Tras el nombramiento de un Consejo de Ministros, Franco se atribuyó por ley la potestad legislativa y repartió las carteras entre las distintas familias políticas (militares, falangistas, católicos, monárquicos), cuya función principal sería la del revestimiento ideológico del régimen y la de aportación de personal político y administrativo para las diferentes instituciones, lo mismo que en su gobierno dictatorial posterior. Este gobierno, con sus leyes y decretos, inició un lento proceso de institucionalización del nuevo Estado: Fuero del Trabajo (en el que se imponían los sindicatos verticales y la intervención del Estado en la economía), Ley de Prensa (imponiéndose la censura), Ley de Enseñanza Media (en la que se garantizaba a la Iglesia católica el control de ella).
La Zona Republicana: Atomización y Luchas Internas
Por otro lado, la España republicana se caracterizó por todo lo contrario que la nacional: frente a la concentración del poder, atomización de éste y disputas políticas; frente al orden y la disciplina militar, el desorden y el movimiento asambleario; frente a la unión, la división; y frente a la contrarrevolución, la revolución.
El golpe de Estado tuvo tres repercusiones inmediatas en el bando Republicano:
- El nombramiento de Giral como jefe de gobierno (el presidente Casares Quiroga dimitió al inicio y su sucesor Martínez Barrio también, al negarse a entregar armas al pueblo).
- La petición y consecución por parte de partidos obreros y sindicatos de armas para combatir la rebelión (con lo que desapareció el ejército tradicional, ya que la inmensa mayoría de los mandos se habían pasado al bando nacional, lo que dio lugar a la creación de las milicias armadas).
- La colectivización e incautación de los principales medios de producción (no era cierto que en el gobierno del Frente Popular se produjera una verdadera revolución social antes del golpe, pero sí se produjo como reacción a la rebelión armada).
Gobiernos Republicanos y Tensiones Internas
La destrucción del poder del Estado y la proliferación de poderes sindicales locales determinaron el futuro de la revolución, la guerra y la república. El poder se descentralizó, la atomización se impuso y no existió un poder central superior que coordinara y mandara. Giral, ante la imposibilidad de crear un ejército, dimitió, siendo sustituido por Largo Caballero, quien creó un gobierno de concentración en el que estaban representados todas las organizaciones y partidos leales a la República que hacían frente a la rebelión. Se hizo un programa de gobierno en el que se le daba prioridad a ganar la guerra y se aparcaba la revolución. Aunque sus logros fueron importantes, las circunstancias seguían siendo adversas, de modo que el Gobierno se trasladó a Valencia, dando por perdido Madrid. Sin embargo, Madrid resistió, aumentando el peso político de los comunistas.
Los Sucesos de Mayo y el Ascenso Comunista
A partir de aquí, empezó la crisis: los sindicatos querían un gobierno sindical, sin presencia de los partidos; los partidos, al revés, y todo con el trasfondo de la guerra. La crisis estallaría definitivamente con los sucesos de Mayo de 1937 en Barcelona. La CNT y el POUM tomaron la Telefónica en contra de las órdenes del gobierno catalán; el enfrentamiento entre la CNT, POUM y comunistas fue armado, de modo que se creó una guerra civil dentro de la Guerra Civil. Al final se impuso la Generalitat, pero los sucesos de Mayo en Barcelona supusieron la caída de Largo Caballero y el aumento del poder y la influencia de los comunistas.
El Gobierno de Negrín y la Resistencia
Tras esto se formó otro gobierno de concentración, presidido por Juan Negrín, con Indalecio Prieto como Ministro de Defensa y sin la presencia de los sindicatos. Su objetivo era resistir en la guerra del interior y ganar la guerra del exterior (esperando la intervención internacional). La labor del Gobierno consistió en darle un fuerte impulso a las medidas ya iniciadas con Largo Caballero de: consolidación de un ejército regular, centralización de poderes y mantenimiento del orden público y de la mediana y pequeña propiedad. La caída del gobierno de Negrín, y con él el de la República, se debió al fracaso de sus objetivos políticos.
Además, se encontraba la defensa en el interior para no perder la guerra y el deseo de forzar una mediación internacional, que fracasó por la postura de Francia e Inglaterra favorables a la No Intervención.
Prieto y Azaña, llegado este momento, consideraban que la guerra estaba perdida, pero los comunistas y algunos militares, no. En esta situación se produjo la salida de Prieto del Gobierno y la ofensiva del Ebro. Los comunistas seguían queriendo resistir con la esperanza de unir la guerra española con la inminente Guerra Mundial, pero muchos militares eran contrarios a esto. Se produjo entonces el golpe de Estado del general Casado para negociar la rendición. No hubo negociación, pero sí rendición.
Consecuencias de la Guerra Civil
Impacto Demográfico
La guerra supuso una fractura demográfica importante. Por un lado, el impacto en pérdidas humanas fue muy considerable. Se estima que las víctimas de la contienda superaron el medio millón de personas, incluyendo muertos en combates y represaliados en las retaguardias, los ejecutados por los vencedores tras la guerra y las personas exiliadas. En cuanto al poblamiento, hay que señalar que en los años de la posguerra se produjo un estancamiento e incluso un retroceso de la población urbana.
Consecuencias Económicas y Sociales
Por otro lado, las consecuencias económicas y sociales fueron quizás las más importantes. Se estableció una dictadura militar que se prolongaría durante casi cuarenta años, con la consiguiente pérdida de libertades políticas y persecución de la oposición; se enviaron a cárceles y campos de concentración a todos los combatientes del bando republicano que no se exiliaron, siendo otros muchos condenados a muerte y fusilados.
Además, los años cuarenta fueron conocidos como “los años del hambre”. Se habían destruido una gran cantidad de recursos económicos e infraestructuras; la cabaña ganadera y la producción agrícola se redujeron notablemente. La Hacienda Pública estaba arruinada; la inflación multiplicó por diez el índice de precios en la década siguiente a la guerra. Por otra parte, España no pudo beneficiarse de las ayudas americanas para la reconstrucción del Plan Marshall de 1947 por el tipo de régimen dictatorial y el consiguiente aislamiento internacional que provocó la dictadura.
Repercusiones Culturales y Científicas
El aislamiento cultural y científico de España se hizo evidente desde muy pronto; la mayor parte de las figuras de la cultura que habían apoyado a la República fueron represaliadas, silenciadas o marcharon al exilio.
Política Exterior y Aislamiento
En cuanto a la política exterior, el carácter dictatorial del régimen llevó a España a una situación de compromiso con los regímenes fascistas que duró hasta 1942. Después, a una fase de aislamiento que se recrudeció en 1946 por la condena de la ONU al régimen y la retirada de los embajadores. Este aislamiento duró hasta los acuerdos con Estados Unidos en 1953 y la entrada en la ONU en 1955.