Crisis de 1808: Guerra de Independencia y Revolución Liberal en España
En el inicio de la Edad Contemporánea hay varios hechos históricos de gran trascendencia para la historia de España: La Revolución Francesa de 1789, como ejemplo de revolución liberal, y el Imperio Napoleónico (1804-1815), que significó la ocupación de la Península, y, como consecuencia, la Guerra de Independencia (1808-1814). Simultáneamente a estos hechos, se produjo en España la revolución liberal.
Antecedentes: Alianzas y Conflictos
Entre 1793 y 1795 la España de Carlos IV le hizo la guerra a la Francia revolucionaria, ante el temor de su extensión. Pero en 1795 Francia y España firmaron la paz de Basilea, que dio lugar a trece años de alianzas, dirigidas contra Portugal y, sobre todo, contra Inglaterra. Como fruto de este enfrentamiento se registró la importante derrota de la armada hispano-francesa frente a la inglesa, en la batalla de Trafalgar (1805).
El Tratado de Fontainebleau y la Ocupación Francesa
Por otra parte, el primer ministro de Carlos IV, Manuel Godoy, firmó con Napoleón el tratado de Fontainebleau (1807). Por este tratado Francia y España se fijaban el objetivo común de repartirse Portugal y su imperio colonial. Para llevar a cabo este proyecto, las tropas francesas entraron en España. Pero, en realidad, el objetivo de Napoleón era la ocupación de la Península completa, para convertirla en un reino controlado por Francia. Su hermano José sería el monarca de este reino.
Este objetivo quedó de manifiesto cuando el ejército francés tomó la dirección de lugares estratégicos (Madrid, Barcelona, Cádiz, Lisboa). Godoy preparó entonces la evacuación de la familia real hacia América. En ese momento, marzo de 1808, se produjo el motín de Aranjuez, provocado por el príncipe de Asturias. Como consecuencia del motín, Godoy fue destituido y el propio Carlos IV abdicó en su hijo, Fernando VII.
Las Abdicaciones de Bayona y el Estatuto de Bayona
Entonces fue cuando Napoleón aceleró los planes de ocupar la Península. Atrajo a Carlos IV y a Fernando VII a Bayona (Francia), y les forzó a abdicar a favor de su hermano, José Bonaparte. Para ratificar este hecho, unas Cortes, celebradas en Bayona, elaboraron un Estatuto (Estatuto de Bayona). Por otra parte, este documento es el primero que establece la igualdad ante la ley de los ciudadanos españoles, y la abolición de la Inquisición, entre otros aspectos también innovadores.
El Levantamiento del 2 de Mayo y las Juntas de Defensa
En España, algunos ilustrados, los “afrancesados”, apoyaron a José Bonaparte, creyendo que era la oportunidad de llevar a la práctica muchas reformas liberales. Pero la mayor parte de la población española se opuso a estos planes, y la nueva situación política creada por Napoleón no llegó a consolidarse.
El 2 de mayo de 1808 se produjo un alzamiento popular contra Napoleón. Aparecieron las Juntas Provinciales de Defensa, después articuladas en una Junta Central, que en ausencia del rey, asumieron la soberanía de la nación. Éste es un hecho trascendental. Por una parte, por su significado político, revolucionario y liberal. Gobernar en ausencia del rey, organizar la base legal para instaurar el liberalismo (por ejemplo, la convocatoria de las Cortes de Cádiz), etc., demuestra el deseo de estas Juntas de ruptura con el Antiguo Régimen. No todos sus componentes eran liberales, pero la necesidad de tomar decisiones, en ausencia del rey, y de forma clandestina ante la administración francesa, convirtió a todos sus componentes en revolucionarios.
La Guerra de Independencia (1808-1814)
Pero las Juntas se ocuparon también de algo tan fundamental como dirigir la guerra contra Francia, la Guerra de Independencia (1808-1814). Contra Francia pudieron movilizarse algunas unidades del ejército español, pero escasas y dispersas. Más efectivo fue el papel del propio pueblo. Se organizó por una parte la guerrilla, que acosó permanentemente al ejército francés, y una fuerte resistencia en las ciudades, que obligaba a las tropas francesas a mantener largos “sitios”, desatendiendo otros lugares. Hacia el final de la guerra, el ejército británico tendría una participación decisiva en apoyo de la causa española.
En 1808 el ejército francés tuvo ya la primera gran derrota, en la batalla de Bailén. Esto provocó la presencia directa de Napoleón para dirigir las operaciones, incrementando las tropas en 250.000 hombres. En los tres años siguientes hubo una terrible guerra de desgaste contra Francia (guerrilla, sitios). Las tropas francesas estaban consiguiendo el control de las ciudades principales, pero no de las zonas rurales. En 1812 Francia tuvo que desplazar a buena parte de su ejército a Rusia para atender aquel frente. Las consecuencias en España fueron inmediatas. El mismo año un ejército británico desembarcó en Portugal, y entró en España. Desde ese momento, tropas combinadas hispano-británicas, dirigidas por Wellington, iniciaron una serie de enfrentamientos y victorias contra las tropas francesas (Arapiles, Vitoria, San Marcial). Estas victorias, junto con el acoso continuo de las guerrillas, acabaron con la supremacía militar francesa, que también estaba siendo diezmada en otros puntos de Europa.
El Final de la Guerra
Napoleón prefirió pactar la retirada, y, a finales de 1813, ya no quedaban tropas francesas en España. La Guerra de Independencia había terminado.