I. Institucionalización y Consolidación del Régimen Franquista (1939-1975)
La institucionalización del régimen franquista se caracterizó por dos hechos fundamentales: la promulgación de las Leyes Fundamentales, que definieron los órganos del sistema político, y la consolidación de diversas familias políticas con ideologías dispares. Franco, reacio a establecer con precisión los órganos y atribuciones del poder, prolongó el proceso de institucionalización por casi tres décadas. Además, se opuso a la creación de una Constitución que recordara al sistema liberal.
Las instituciones reflejaban la dictadura personal de Franco y el carácter corporativista del régimen. En los años sesenta, con la inserción internacional de la dictadura y el desarrollo económico en marcha, el régimen buscó su consolidación y continuidad a través de reformas políticas. La Ley Orgánica de 1967 intentó combinar dictadura, monarquía y corporativismo, presentándose como la “definitiva Constitución española”. La Ley de Sucesión de 1969 estableció el mecanismo para la sucesión de Franco por Don Juan Carlos, quien juró fidelidad a los Principios del Movimiento y recibió el título de Príncipe de España. Esta sucesión no implicaba un retorno a la monarquía anterior, sino la instauración de una nueva con la misma dinastía Borbón.
A. Órganos de Gobierno e Instituciones Básicas
1. Órganos de Gobierno
- Jefatura del Estado: Detentada por el General Franco con poder absoluto.
- Gobierno: Presidido por Franco, quien también dirigía el Consejo de Ministros. (La Ley Orgánica de 1967 separó la Jefatura del Estado y del Gobierno, aunque la presidencia se entregó a Carrero Blanco en 1973).
- Cortes: Órgano consultivo sin capacidad legislativa real. Sus miembros (procuradores) eran designados por razón de su cargo, nombrados por Franco o por los Sindicatos Nacionales. La Democracia Orgánica de los sesenta introdujo elecciones de procuradores a través de los “órganos naturales” (familia, municipio y sindicato), además de los designados por el gobierno.
- Consejo del Reino: Asesoraba al Jefe del Estado. Tras la Ley Orgánica del Estado de 1967, el presidente del gobierno sería designado por el Jefe del Estado a propuesta de una terna del Consejo del Reino.
- Consejo Nacional del Movimiento: Sin facultades legislativas, actuaba como foro de discusión. Sus consejeros eran también procuradores en Cortes.
- Administración de Justicia: Altos cargos nombrados por el Jefe del Estado.
- Consejo de Regencia: Asumiría el poder en caso de incapacidad o muerte del Jefe del Estado.
2. Otras Instituciones Básicas
- Ejército: Columna vertebral del régimen y garante de la unidad, se mantuvo fiel a Franco gracias a la selección, formación de sus miembros y la acción del Servicio de Información y Policía Militar (SIPM).
- Iglesia Católica: Pilar esencial del régimen, con beneficios económicos y mayor poder que antes de la República (enseñanza y control moral). El apoyo de la Iglesia disminuyó tras el Concilio Vaticano II (1962-1965).
- Partido Único (FET de las JONS o Movimiento Nacional): Cuadros de mando integrados por sectores afines al régimen. Jerarquizado y leal a Franco, dirigido por el Consejo Nacional del Movimiento.
- Sindicato Vertical (CNS): Único sindicato, de afiliación obligatoria y dependiente del Movimiento Nacional.
B. Las Familias Políticas
Los partidos políticos fueron prohibidos, excepto la Falange, que se integró en el Movimiento Nacional. Franco se apoyó en diversos grupos ideológicos (“familias políticas”) para formar su gobierno. Todas compartían la lealtad a Franco y la defensa de los principios del régimen (autoritarismo, catolicismo, anticomunismo), pero con diferencias entre ellas:
- Militares: Colaboradores directos de Franco, como el General Alonso Vega o el Almirante Carrero Blanco. Franquistas “puros” o “integrales”, con lealtad incondicional a Franco.
- Falangistas: Aunque perdieron influencia, controlaron el poder sindical y local. Formaron parte del “núcleo duro” del régimen.
- Católicos: Representados por la Asociación Católica Nacional de Propagandistas (ACNP) y el Opus Dei. El Opus Dei, con miembros altamente cualificados (tecnócratas), dominó el gobierno a partir de los 60 e impulsó el desarrollo económico.
- Monárquicos: Divididos en carlistas (con menor importancia) y donjuanistas (partidarios de D. Juan de Borbón). Franco nunca pretendió restaurar la monarquía en la figura de D. Javier. Los monárquicos colaboraron con el régimen, ocupando puestos importantes, especialmente en el cuerpo diplomático.
Estas “familias” eran instrumentales para Franco, quien carecía de una ideología clara y las utilizaba para equilibrar el poder, evitando que alguna acumulara demasiada influencia.
II. El Desarrollismo: Crecimiento Económico y Transformaciones Sociales
A. El Desarrollismo
En 1959, el Plan de Estabilización entró en vigor para abordar la alta inflación, el déficit público y la deuda. La autarquía limitaba el desarrollo industrial. Impulsado por tecnócratas vinculados al Opus Dei, como Alberto Ullastres y Mariano Navarro Rubio, el plan incluyó medidas como la devaluación de la peseta, recortes del gasto público, restricción del crédito, congelación salarial y eliminación de horas extra. El plan contuvo la inflación y liberalizó la economía, pero con costes sociales como la congelación salarial, el aumento del paro y el desequilibrio entre la industria y el sector primario.
Superada la recesión inicial, se inició el Desarrollismo, con el objetivo de aumentar la renta per cápita. Los Planes de Desarrollo estatales priorizaron sectores económicos con inversiones, exenciones fiscales y desgravaciones, creando empleo y polos de desarrollo en ciudades como Burgos, Huelva, Vigo, La Coruña, Valladolid, Zaragoza y Sevilla. Diseñados por la Comisaría del Plan de Desarrollo, liderada por Laureano López Rodó, los planes lograron duplicar la renta per cápita entre 1963 y 1971.
Tres factores contribuyeron al desarrollismo:
- Turismo extranjero: Atraído por los bajos precios y el clima.
- Emigración: Alivió el paro y aportó divisas.
- Inversiones extranjeras: Facilitadas por el régimen.
El crecimiento económico transformó las estructuras productivas, abrió la economía al mercado capitalista mundial y mejoró las condiciones de vida, cambiando la mentalidad social.
B. Transformaciones Sociales
La sociedad española se transformó de rural y atrasada a urbana, industrial, de clase media y consumo.
1. Movimientos Migratorios
- Migraciones interiores: Éxodo rural hacia polos industriales como Madrid, Barcelona, Zaragoza, Valencia y Vigo, generando desequilibrios urbanísticos, ciudades dormitorio y chabolismo.
- Emigración exterior: Más de un millón y medio de españoles emigraron a Europa (Francia, Alemania, Suiza) entre 1960 y 1973, aliviando la presión social y el paro.
- Modernización de la estructura social: La población activa en los sectores secundario y terciario superó a la del primario, con un aumento de las clases medias.
2. Bienestar
El aumento de la renta per cápita y los salarios mejoró el nivel de vida, con cambios en el consumo: mejor alimentación, mayor construcción de viviendas (con fines especulativos), adquisición de electrodomésticos y automóviles (el Seat 600 se convirtió en un símbolo).
3. Cambio de Mentalidad
Impulsado por:
- Mayor formación e información (aumento de la escolarización y nuevas publicaciones).
- Incorporación de la mujer al trabajo.
- Contacto con Europa: Influencia de turistas y emigrantes, que introdujeron nuevas ideas y estilos de vida. Europa se convirtió en un modelo de libertad.
Surgimiento de una nueva mentalidad, especialmente entre los jóvenes urbanos, que aspiraban a la libertad moral, cultural y política, en contraposición a la mentalidad autoritaria y conservadora de los años 40 y 50.
4. Otros Cambios
- Aumento de la población urbana.
- Crecimiento del número de obreros industriales, influyendo en el desarrollo del movimiento obrero y un nuevo sindicalismo.
III. La Oposición al Sistema
La falta de libertades y la prohibición de partidos y sindicatos obligaron a la oposición a actuar de forma clandestina, minoritaria y esporádica.
A. Los Primeros Tiempos
El exilio de cientos de miles de personas permitió la reorganización de partidos y organizaciones, incluyendo un gobierno republicano en el exilio. En el interior, pequeños grupos guerrilleros se refugiaron en las montañas hasta los años cincuenta. Las conspiraciones monárquicas presionaron por la transición, pero Franco las neutralizó al asegurar la sucesión de Juan Carlos.
B. La Reorganización de la Oposición
La consolidación del régimen en los años cincuenta dificultó la oposición. Anarquistas, PSOE y UGT perdieron influencia. El PCE y el PSUC lograron reorganizarse, aunque con la dirección en el exilio. A partir de 1950 surgieron nuevos grupos (Movimiento Socialista de Cataluña, demócratas-cristianos, nacionalistas), con actividad limitada. Movimientos como la huelga de tranvías de Barcelona (1951), las huelgas en Asturias y las movilizaciones universitarias (1956) sentaron las bases para los movimientos de los 60.
C. El Fortalecimiento de la Oposición
En los años 60, la oposición se consolidó, con nuevos núcleos de dirección en el interior que desafiaron a los dirigentes en el exilio.
1. Reconstrucción del Movimiento Obrero y Estudiantil
La reactivación económica y los convenios colectivos aumentaron la conflictividad obrera. Las huelgas se multiplicaron y dejaron de ser delito de sedición. Surgieron las Comisiones Obreras (CCOO) como órganos de representación obrera, aunque fueron declaradas ilegales en 1966. El movimiento estudiantil democrático se fortaleció, con los Sindicatos Democráticos desplazando al SEU falangista.
2. Renacimiento de los Nacionalismos
El nacionalismo catalán aglutinó a amplios sectores sociales, con la Asamblea de Cataluña en 1971. En el País Vasco, la Iglesia jugó un papel clave en la oposición. El PNV mantuvo su hegemonía, pero su conservadurismo propició la radicalización de grupos como ETA, que inició acciones armadas en 1962.
3. Las Diferentes Fuerzas Políticas
El PC mantuvo su organización clandestina y se acercó a otras fuerzas antifranquistas. El PSOE, dividido entre la dirección en el exilio y el interior, se renovó en el Congreso de Suresnes (1974) con el liderazgo de Felipe González. Sectores católicos se unieron a la oposición, formando organizaciones demócrata-cristianas. Excolaboradores del régimen, como José María de Areilza, Ruiz Jiménez y Dionisio Ridruejo, se manifestaron a favor de la democracia. En 1962, la oposición moderada y exiliados (excluyendo comunistas y anarquistas) se reunieron en Munich (“contubernio de Munich“) para debatir las condiciones para la entrada de España en el Mercado Común Europeo, incluyendo instituciones democráticas, derechos individuales, reconocimiento de la personalidad de los pueblos de España, libertades sindicales y legalización de partidos políticos.
IV. La Crisis Final del Régimen Autoritario (1973-1975)
A comienzos de 1973, la dictadura franquista entró en crisis. La oposición democrática exigía su desaparición, mientras que dentro del régimen se enfrentaban inmovilistas (“búnker”) y aperturistas.
A. Carrero Blanco, Presidente del Gobierno
Tras el asesinato de un inspector de policía por el FRAP en mayo de 1973, Franco nombró presidente del gobierno al almirante Luis Carrero Blanco, representante del sector inmovilista. La crisis del petróleo en noviembre de 1973 agravó la situación económica, con una alta inflación y aumento de la conflictividad social. El 20 de diciembre de 1973, Carrero Blanco fue asesinado por ETA, generando incertidumbre sobre el futuro político.
B. El Espíritu del 12 de Febrero
Carlos Arias Navarro, sucesor de Carrero Blanco, propuso en febrero de 1974 una “apertura controlada” con la legalización de asociaciones políticas y mayor participación. Sin embargo, la ejecución de Salvador Puig Antich y el “caso Añoveros” (obispo de Bilbao que defendió la identidad vasca) frenaron la apertura. La Revolución de los Claveles en Portugal incrementó la lucha política en España. En julio de 1974, la oposición creó la Junta Democrática, mientras que un atentado de ETA en agosto reforzó la represión y destituyó al aperturista Pío Cabanillas.
C. El Final del Régimen
A finales de 1974, se aprobó la ley de asociaciones políticas con restricciones. En 1975, Arias Navarro incorporó al aperturista Fernando Herrero Tejedor al gobierno, sucedido tras su muerte por Adolfo Suárez. La represión continuó con el estado de excepción en el País Vasco y una dura ley antiterrorista. La oposición, dividida entre la Junta Democrática y la Plataforma de Convergencia Democrática, exigió amnistía, libertades y elecciones libres. En septiembre de 1975, la ejecución de miembros de ETA y el FRAP generó protestas internacionales. Franco, enfermo, falleció el 20 de noviembre de 1975, marcando el fin de la dictadura.