España a finales del siglo XIX: Modernismo, teatro y la estética de Valle-Inclán

Contexto histórico y literario

A finales del siglo XIX, España inicia una etapa convulsa y dramática. La pérdida de las colonias en 1898 (Cuba, Puerto Rico y Filipinas) evidenció los problemas del país: un sistema político corrupto, desigualdad económica, escaso desarrollo industrial, pobreza y emigración. La guerra de Marruecos agravó la situación y generó rechazo social.

Paralelamente, surge un cambio cultural. El agotamiento del positivismo da paso a corrientes vitalistas e irracionalistas, recuperando el individualismo y subjetivismo romántico. La desconfianza en la razón y el progreso fomentó una actitud pesimista en la literatura.

Este cambio se cristaliza en el auge del subjetivismo y la lírica. La Modernidad se caracteriza por la importancia del lenguaje artístico y el esmero estilístico, rasgo esencial en la obra de Valle-Inclán.

El esteticismo militante se manifiesta en la actitud elitista del “arte por el arte”, una creación pura alejada del utilitarismo burgués. En Luces de Bohemia, esta perspectiva se aprecia en la caricatura de los modernistas.

El teatro español: entre la tradición y la vanguardia

En Europa, el teatro evoluciona del Realismo y Naturalismo al Simbolismo, Expresionismo y Vanguardismo (Chejov, Ibsen, Brecht, Artaud). La obra teatral incorpora un complejo sentido simbólico y una técnica más elaborada, influida por la pintura, la música y otros códigos.

En España, el panorama es diferente. Coexiste un teatro conservador, comercialmente exitoso, con un teatro innovador o de vanguardia, con precursores como Valle-Inclán y Lorca.

El teatro español se moderniza más tarde que la poesía (Azul de Rubén Darío, 1885) y la novela (Niebla de Unamuno o La Voluntad de Azorín). La lenta formación del público explica la tardía representación y éxito del teatro de Valle y Lorca.

Frente al teatro tradicional, el nuevo repertorio presenta cuatro innovaciones:

  1. Los “experimentos” teatrales del 98.
  2. El esperpento de Valle-Inclán: teatro expresionista y simbólico.
  3. La recuperación de la tragedia con un trasfondo simbólico (Lorca).
  4. Nuevas formas de comicidad (Mihura).

El esperpento de Valle-Inclán

La creación del esperpento responde a la necesidad de Valle-Inclán de mostrar la realidad española desde una nueva perspectiva. Influenciado por las vanguardias pictóricas, deforma y exagera los rasgos físicos y ambientales para crear un retrato emocional de la sociedad.

Valle-Inclán considera que la realidad española, deformada y grotesca, requiere una estética igualmente deformada. Esta estética, definida en la escena XII de Luces de Bohemia, se plasma en los retratos de sus personajes.