1. Las palabras
Las palabras son signos lingüísticos compuestos por dos elementos asociados de forma convencional: una expresión y un contenido. Algunas palabras tienen significado léxico, con el que nombramos a los referentes. Otras palabras tienen significado gramatical, que permiten hacer referencia a las palabras de significado léxico.
2. El significado de las palabras
- La significación primaria es la parte estable del significado.
- La significación secundaria procede de las asociaciones que los hablantes establecen con otros significados o de valores afectivos que añaden a los significados denotativos.
3. El cambio semántico
El cambio semántico provoca que las palabras amplíen o reduzcan su significado.
- La metáfora es el procedimiento de ampliación del significado de una palabra, que se aplica a otro referente con el cual el primer referente guarda una relación de semejanza. La elección de una metáfora responde a propósitos distintos: puede resaltar aspectos positivos (metáforas ennoblecedoras), o destacar aspectos negativos (metáforas envilecedoras).
- La metonimia es el procedimiento de ampliación del significado de una palabra, que se aplica a otro referente con el cual el primer referente guarda una relación de contigüidad. Puede adoptar las siguientes formas: el lugar o época por el acontecimiento, el lugar por la institución, la materia por el objeto, el continente por el contenido, la marca por el producto, el objeto por el usuario, la parte por el todo.
- La elipsis ocurre cuando una palabra toma el significado de otra a la que habitualmente acompaña y que se omite. La elipsis afecta sobre todo a los adjetivos.
4. Relaciones semánticas
Las palabras no son entidades aisladas, sino que están estrechamente relacionadas entre sí, y su significado depende de sus relaciones. Las relaciones que se establecen entre las palabras son fundamentalmente de tres tipos: semejanza, oposición y de inclusión.
- La sinonimia es la relación que se establece entre dos palabras que comparten uno o varios significados. Hay dos tipos de sinonimia: la parcial y la total. La parcial se da cuando las palabras coinciden únicamente en algunos de los significados. La total solo se produciría en el caso de que una palabra fuera sustituible por otra en cualquier contexto.
- La antonimia es la relación semántica basada en la oposición o diferencia de significados. Hay tres clases de antónimos: binarios o complementarios, inversos o recíprocos y de grado. Los binarios o complementarios son aquellas parejas de palabras con significados incompatibles entre sí. Los inversos o recíprocos son palabras que expresan una relación recíproca entre dos cosas o personas; dos palabras son antónimos inversos si al sustituir una por otra es obligatorio cambiar el orden sintáctico en que aparecen las cosas. Los antónimos de grado representan los extremos opuestos de una escala en la que pueden aparecer ordenados gradualmente otros significados.
- La hiponimia es la relación que se establece entre dos palabras o expresiones cuando el significado de una de ellas está incluido en el significado de la otra. En estos casos, al término incluido se le llama hipónimo, y al término que lo incluye, hiperónimo. Cuando un hiperónimo tiene más de un hipónimo, se dice que los hipónimos son cohipónimos.
5. Procedimientos de composición de oraciones
Existen diversos procedimientos para la formación de oraciones compuestas:
- Poner en relación dos o más oraciones completas para formar una unidad oracional superior.
- Hacer funcionar una oración como un sintagma constituyente de otra oración.
6. Grupos oracionales: la relación de coordinación
Un grupo oracional es el conjunto formado por dos o más oraciones independientes relacionadas entre sí. La coordinación es la relación sintáctica existente entre ellas. Cada una de las oraciones del grupo oracional es independiente de la otra en dos sentidos:
- Comunicativamente, cada oración realiza un propósito comunicativo y constituye un enunciado que podría formar un mensaje por sí mismo.
- Sintácticamente, las oraciones coordinadas son también independientes, en el sentido de que una no funciona como constituyente de la otra.
7. Mariano José de Larra
Nació en Madrid en 1809. Era hijo de un afrancesado, partidario de Napoleón. En 1813, con la retirada de los franceses, su familia tuvo que emigrar a Francia. Cuando Larra regresó a España, pudo comprobar las grandes diferencias que existían entre la moderna sociedad francesa y la atrasada sociedad española. En 1833, bajo el régimen liberal, pudo expresarse con mayor libertad, con el sobrenombre de Fígaro. Su ideología política había ido evolucionando hacia un liberalismo progresista. A pesar de su éxito, Larra estaba cada vez más decepcionado de la política. A esta decepción hay que unirle sus fracasos amorosos. Sumido en una gran depresión, se suicidó de un disparo en la cabeza en 1837.
Larra escribió artículos periodísticos que se clasifican en tres grupos:
- Artículos de costumbres: critican la sociedad española de su tiempo, atrasada e inculta. No se basa en la nostalgia del pasado, sino en la defensa de la europeización, la modernización del país. Su modelo es la sociedad francesa. Esta actitud es compatible con su patriotismo.
- Artículos políticos: atacan con dureza a los carlistas, partidarios del absolutismo, pero también a los gobiernos liberales moderados.
- Artículos literarios: son comentarios sobre diversas obras literarias, en especial teatrales. Larra pretende convencer al público, y para ello utiliza un estilo directo y sin complicaciones, aunque con un lenguaje muy cuidado. Casi siempre se sirve de anécdotas o pequeños relatos inspirados en la vida cotidiana. En su obra, Larra emplea la ironía. Como buen romántico, no se limita a describir, sino que se implica en sus artículos.
8. Benito Pérez Galdós
Pérez Galdós nació en Las Palmas de Gran Canaria. A los diecinueve años se marchó a Madrid, en la que vivió el resto de su vida. Su ideología era progresista e intervino como diputado en la política. Pasó sus últimos años de vida enfermo, ciego y con dificultades económicas. Su producción literaria es muy extensa: ochenta novelas, veinticuatro obras teatrales y ensayos. Sus novelas se agrupan en tres grandes grupos: los Episodios Nacionales, las novelas de la primera época y las novelas contemporáneas. A estas se le añaden sus últimas obras correspondientes a la etapa espiritualista.
8.1. Episodios Nacionales
Son una reconstrucción novelada de la historia de España en el siglo XIX, que abarca desde la batalla de Trafalgar hasta los comienzos de la Restauración. Constan de 46 novelas, agrupadas en cinco series de 10 volúmenes cada una excepto la última que está compuesta por 6. La primera serie es la más conocida y está protagonizada por Gabriel Araceli, un muchacho que interviene en la guerra de la Independencia. La segunda serie contiene los últimos episodios de la guerra de la Independencia y el reinado de Fernando VII. La tercera contiene la guerra carlista y llega hasta el matrimonio de Isabel II. La cuarta cuenta los hechos de cuando Isabel II es destronada por la Revolución. La quinta comienza con la descripción del gobierno provisional y termina con la Restauración.
8.2. Novelas de la primera época
Fueron escritas al mismo tiempo que los Episodios Nacionales. La Fontana de Oro es la primera novela galdosiana, y al mismo tiempo, también es la primera novela realista española. Todas ellas tratan del enfrentamiento ideológico que dividía la España de la época.
8.3. Novelas contemporáneas
Escribió 24 novelas españolas contemporáneas. Constituyen un amplio retrato de la sociedad española, en el que aparecen todas las clases sociales de la época. Galdós no divide los personajes según sean buenos o malos en función de sus ideas, sino que los describe de manera profunda y compleja. Una de sus obras más destacadas es La Desheredada.