1. El Teatro Español a Principios del Siglo XX
En España, el desarrollo del teatro a principios del siglo XX se vio condicionado por las preferencias del público burgués, que asistía mayoritariamente a las salas. Este público no mostraba interés por las problemáticas sociales o ideológicas, ni por las innovaciones formales. La falta de interés del público se traducía en la falta de recursos para montar obras que no se ajustaran a sus gustos.
Como consecuencia, el teatro español de la época se caracterizó por su inmovilismo, dando la espalda a las vanguardias europeas y mundiales. La mayoría de las obras que se representaban eran convencionales y carentes de profundidad, envejeciendo rápidamente. Algunos autores intentaron romper con esta tendencia, pero sus esfuerzos se vieron limitados al ámbito literario más que al escénico.
1.1. Antecedentes del Teatro en la Segunda Mitad del Siglo XIX
El drama romántico de la primera mitad del siglo XIX evolucionó hacia formas más equilibradas y reflexivas, culminando en la alta comedia.
Características de la alta comedia:
- Ambientación contemporánea.
- Observación de la realidad del momento.
- Finalidad educativa con una tesis moral.
A pesar de su intención realista, la alta comedia conservaba elementos del Romanticismo, como el uso del verso, el efectismo exagerado y cierto sentimentalismo burgués.
Los máximos representantes de la alta comedia fueron Adelardo López de Ayala (Consuelo, 1878) y Manuel Tamayo y Baus (Un drama nuevo, 1867).
Durante la Restauración, la alta comedia dio paso al neorromanticismo de José Echegaray, con un retorno al drama romántico más extremo.
A finales del siglo XIX, autores como Benito Pérez Galdós (Realidad, 1892), Jacinto Benavente (El nido ajeno, 1894) y Joaquín Dicenta (Juan José, 1895) intentaron introducir un teatro más cercano al Naturalismo europeo. Sin embargo, sería Benavente quien finalmente lograría consolidar un nuevo estilo teatral.
1.2. El Teatro de Principios del Siglo XX
La Comedia Benaventina
Jacinto Benavente (1866-1954) adaptó su estilo a las exigencias del público burgués, logrando gran éxito con obras como La comida de las fieras (1898). Sus obras se caracterizan por:
- Tramas con conflictos leves.
- Diálogos elegantes, naturales e ingeniosos.
Entre sus obras más destacadas se encuentran Rosas de otoño (1905), La malquerida (1913) y Los intereses creados (1907).
La Comedia Costumbrista
Los sainetes, representados por autores como Carlos Arniches (El santo de la Isidra, 1898) y los hermanos Serafín y Joaquín Álvarez Quintero (El patio, 1901), retrataban ambientes pintorescos y personajes típicos de diferentes regiones españolas.
El Teatro Poético
Influenciado por el Modernismo, el teatro poético se caracterizaba por el uso del verso, temas históricos y un tono conservador. Destacan autores como Eduardo Marquina (En Flandes se ha puesto el sol, 1910) y los hermanos Machado (La Lola se va a los puertos, 1929).
Los Intentos Renovadores de la Generación del 98
Dentro de la Generación del 98, destaca la figura de Jacinto Grau, con obras como El señor de Pigmalión (1921), que exploraban temas tradicionales con un lenguaje poético y una visión crítica de la sociedad.
1.3. La Obra Teatral de Valle-Inclán
Ramón María del Valle-Inclán (1866-1936) es considerado un autor visionario que se adelantó a su tiempo. Su teatro, caracterizado por su originalidad, radicalidad y riqueza lingüística, se alejó de las convenciones teatrales de la época.
Evolución del Teatro de Valle-Inclán
Valle-Inclán transitó por diferentes estilos, desde el Modernismo decadente hasta la creación del esperpento, un género propio que deformaba la realidad para mostrar la decadencia de la sociedad española.
- Ciclo mítico: Comedias bárbaras (Águila de blasón, 1907; Romance de lobos, 1908; Cara de Plata, 1922) y Divinas palabras (1920).
- Farsas: Farsa italiana de la enamorada del Rey (1920) y Farsa y licencia de la Reina Castiza (1920).
El Esperpento
El esperpento, cuyo máximo exponente es Luces de bohemia (1920), se caracteriza por la deformación sistemática de personajes y valores, creando un mundo grotesco que refleja la realidad española.
Rasgos del esperpento:
- Personajes grotescos.
- Uso de contrastes.
- Riqueza lingüística.
- Acotaciones con valor literario.
Obras Esperpénticas
- Trilogía Martes de Carnaval (Los cuernos de don Friolera, 1921; Las galas del difunto, 1926; La hija del capitán, 1927).
- Luces de bohemia (1920 y 1924).
2. El Teatro en la Generación del 27
La Generación del 27 buscó acercar el teatro al pueblo a través de iniciativas como La Barraca, de Federico García Lorca, y las Misiones Pedagógicas.
Autores destacados:
- Alejandro Casona (1903-1965): La dama del alba (1944), La barca sin pescador (1945).
- Max Aub (1903-1972): Espejo de avaricia (1935), San Juan (1943).
2.1. La Obra Teatral de Federico García Lorca
Federico García Lorca (1898-1936) se dedicó intensamente al teatro en sus últimos años de vida. Su obra se caracteriza por su lirismo, la presencia de la muerte, el amor y la frustración, y la lucha del individuo contra la autoridad.
Clasificación del Teatro de Lorca
- Farsas: Tragicomedia de don Cristóbal y la señá Rosita (1923), Retablillo de Don Cristóbal (1931), La zapatera prodigiosa (1929-1930), Amor de Don Perlimplín con Belisa en su jardín (1930).
- Teatro lírico: Mariana Pineda (1923).
- Teatro surrealista y comprometido: El público (1929), Así que pasen cinco años (1931), Comedia sin título (1935).
- Dramas rurales: Bodas de sangre (1932), Yerma (1934), La casa de Bernarda Alba (1936).
Las obras de Lorca, con su lenguaje poético, sus personajes femeninos fuertes y sus temas universales, siguen siendo relevantes en la actualidad.